Los secretos de los cuatro arqueros de River para poder trabajar en sus casas
Armani ahora tiene un espacio verde. Bologna “vuela” sin arcos. Lux le ataja al hermano y Centurión, a su padre.
No pueden entrenarse juntos pero más allá de la distancia, hay una conexión especial entre los cuatro arqueros de River. Franco Armani se mudó a un country de Ezeiza, Enrique Bologna vive en un barrio cerrado en Canning, Germán Lux está en Carcarañá y Ezequiel Centurión, en Cipoletti. Y cada uno realiza los trabajos específicos de su puesto, supervisados por el entrenador de arqueros del cuerpo técnico .
Durante los primeros meses del confinamiento realizaban los mismos ejercicios que los jugadores de campo pero desde hace varias semanas les sumaron los trabajos específicos de arqueros.
Son ejercicios de coordinación, ubicación, desplazamiento, potencia y técnica. En general, los trabajos apuntan a que puedan hacerlo solos, sin la necesidad de que alguien les patee una pelota, por si no cuentan con un “ayudante” . Y necesitan de un espacio considerable para poder arrojarse al pasto.
Es por eso que cuando el aislamiento comenzó a hacerse cada vez más largo, Armani se mudó de Puerto Madero a una casa más grande en Ezeiza para contar con ese espacio verde. Y no afloja el arquero de River, ya que en los videos que posteó se lo ve moviéndose con intensidad en el jardín de su casa.
Armani no es el único que se anda revolcando por el pasto. Lux y Bologna, quienes acordaron la extensión de sus contratos hasta diciembre de 2021, y el juvenil Centurión no le pierden pisada al casildense.
Lux, quien sumó solamente 107 minutos en la temporada pasada (90 contra Gimnasia de Mendoza por la Copa Argentina y 17 contra Liga de Quito por la Copa Libertadores ), se lo vio atajando pelotas, tirándose de un lado a otro y hacer repiqueteo entre conitos, entre otras actividades. Todo en el fondo de su casa en Carcarañá, la localidad santafesina en la que nació y creció antes de desembarcar en River cuando era adolescente. Allí se entrena junto a su hermano Javier, ex futbolista, quien hoy trabaja en el campo, pero que lo prueba con sus remates.
Bologna no tiene quien le patee, pero igual se las rebusca para cumplir con el entrenamiento. Se tira a las pelotas de un lado a otro para revolcarse como si estuviera en el campo de juego y detrás tuviera al arco. Siempre de buzo y pantalón
largo, la vestimenta que utiliza habitualmente para pararse bajo los tres palos.
Beto, que en el último tiempo le había ganado la pulseada a Lux a la hora de reemplazar a Armani, jugó por última vez en la derrota contra Liga de Quito por la primera jornada de la fase de grupos de la Libertadores.
Y Centurión, el benjamín del grupo de arqueros, es el que cuenta con más espacio para entrenarse y hasta puede darse el lujo de pararse frente a un arco profesional que hay en la chacra de un familiar en Cipolleti, su ciudad natal. El rionegrino de 23 años volvió para pasar la cuarentena junto a sus padres y su hermano, Facundo, quien ataja en Defensores de Belgrano.
No es el único lujo que puede darse: es que ambos practican con su padre, Rafael, que es entrenador de arqueros. Los tres, además, jugaron en el club Cipoletti, el más importante de Río Negro. Rafael, en la Primera, y sus hijos hicieron allí Inferiores. Todo en familia.w