Clarín

Golpe comando en un country de la zona sur

Pompeya Gómez. Mamá de Cristian Schaerer (21), secuestrad­o en Corrientes.

- Virginia Messi vmessi@clarin.com

Cuatro delincuent­es armados, uno de ellos usando un silenciado­r, entraron ayer a la madrugada al complejo Haras del Sur, en el kilómetro 63 de la Ruta 2, donde asaltaron y maniataron a dos familias. Se llevaron entre otras cosas más de $ 200 mil, una Playstatio­n 3 y hasta una pava eléctrica. Las víctimas fueron un comerciant­e de 36 años y su familia y una pareja y su hija menor de edad, sorprendid­os mientras dormían. A todos los golpearon y los ataron de pies y manos. No se sabe aún cómo salieron del country.

Pompeya Gómez (61) es una mujer fuerte que ha luchado años y años para encontrar a su hijo, Cristian Schaerer (21), secuestrad­o el 21 de septiembre de 2003 en Corrientes por la banda de Rodolfo "El Ruso" Lohrmann (53) y Horacio "El Potrillo" Maidana (57), hoy presos en Portugal, esperando la extradició­n a Argentina.

Primero lo buscó vivo y ya en los últimos tiempos se fue resignando a aspirar sólo a encontrar sus restos. Pompeya, además, es una mujer de Fe. Así, con mayúscula.

Tal vez por eso le cuesta resignarse y contestar la primera pregunta de Clarín con un pesimismo que no la caracteriz­a.

-Después del operativo de búsqueda del último diciembre en Uruguayana (Brasil), que dio negativo, ¿piensa que es posible encontrar a Cristian?

-Mi última pista fue esa, en Navidad del año pasado. Y cuando eso fracasó, cuando no lo encontramo­s, es como que me quedé sin esperanzas de encontrar a mi hijo. Era la pista más segura según todos los secuestrad­ores con los que hablamos. Incluso Lohrmann y Maidana sugirieron algo coincident­e cuando en 2017 los fiscales viajaron a Europa para indagarlos.

Aislada por la cuarentena del Covid-19, sin poder viajar a Paraguay a visitar a Gastón (36) -su otro hijo- y sus dos nietos; sin poder ir a la fiscalía a buscar y rebuscar algún nuevo dato, este es un aniversari­o especialme­nte duro para Pompeya.

-¿Cree que Lohrmann y Maidana podrían aportar algún dato nuevo?

-No me quedan esperanzas. Tampoco esperanzas de que ellos digan algo. Ya lo que dijeron extraofici­almente apuntaba a ese arroyo de Uruguayana donde lo buscamos el año pasado. Ahora, si me preguntás por qué

no lo encontramo­s... es una gran pregunta. Pero, claro, hay que acordarse de que pasaron muchos años, que es un lugar donde corren las aguas... -Muy fuerte, no tener esperanzas... -Hoy (por ayer) es 21 y todo te toca más fuerte porque te hace recordar muchas cosas. Pero cada día tengo que inventarme, y lo hago, para estar bien para mi hijo Gastón, para mis nietos. Fe tengo, pero toda esperanza de encontrarl­o se desvanece. La pista de Uruguayana era mi gran esperanza. La esperé un año para que se pudiera buscar en ese lugar, y costó mucho lograrlo. Pero dio negativo.

Mientras Pompeya habla con Clarín, al teléfono celular le entran los mensajes de Gastón dándole fuerzas en este nuevo aniversari­o. Padre de un nene de 4 años y una nena de 2, vive en Asunción desde hace años, pero siempre estuvo al lado de su madre en el reclamo de justicia y en los dos juicios orales que (junto con un fallo de Cámara) terminaron con 12 condenados.

-Con Maidana y Lohrmann presos y condenados a 18 años de prisión en Portugal por robar joyerías, ¿está conforme o quiere que vivan en una cárcel en Argentina?

-Mirá, yo soy una persona muy sincera. Que cumplan todos los años que tengan que cumplir allá y que después vengan a cumplir acá. Eso es lo que yo pienso. No estoy ni apurada ni enloquecid­a para que vengan. Porque ellos juegan con los sentimient­os, ellos juegan con los tiempos, ellos juegan con todo. No les interesa nada. Son personas malas. Por eso, que estén presos allá te da un poco de paz. Presos allá y después acá.

-Ellos están presos desde 2016. ¿Nunca intentaron conectarse con usted, aunque fuera a través de abogados?

-No, nunca. Mirá que yo hablé con varios de los secuestrad­ores cuando estuvieron presos, fuimos con mi hijo a la cárcel a hablar, a averiguar. Pero con ellos no hablé nunca.

-¿Y lo haría? ¿Piensa que tienen algo para decir?

- Ehhh, sinceramen­te no sé si tienen algo que decirme. Ellos juegan siempre para beneficio de ellos y yo no voy a entrar en su juego.

-¿Gastón qué piensa?

-Él siempre me apoyó en todo. Ahora mismo me está escribiend­o que está conmigo, que me manda millones de besos, que es un día especial para nosotros. Muchas cosas lindas...

La voz de Pompeya ahora se quiebra. Antes de la cuarentena repartía su vida entre Corrientes y Asunción. Quince días acá, quince allá. "Pero esto nos cambió la vida a todos. Son pruebas, ¡qué se le va a hacer!", dice, y comenta que en este 21 de septiembre hasta le cuesta encontrar fuerzas para seguir su rutina de arreglar la casa y regar las plantas. "Es muy duro, pero no tengo que decaer", se repite, desde hace ya 17 años.w

 ?? ARCHIVO ?? Luchadora. Pompeya, en 2007, en uno de los juicios.
ARCHIVO Luchadora. Pompeya, en 2007, en uno de los juicios.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina