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En Escuela de invierno, video que forma parte de la programación del Festival Nueva Opera 2020, el compositor Oscar Strasnoy y la escritora Florencia Werchowsky conversan sobre ópera. Strasnoy (Buenos Aires, 1970) es uno de los compositores más prolíficos y talentosos de la escena actual y está radicado desde hace varios años en Berlín; Werchowsky es una escritora argentina y ex bailarina clásica del Teatro Colón, que ha realizado además algunas incursiones en el teatro musical contemporáneo, como Las bailarinas no hablan. Ambos artistas mantienen una conversación a distancia, propia de la era pandémica, a la que en cierto modo se suma el director de cine finés Ari Kaurismäki. El cineasta no aparece en cámara, pero sí aparecen sus respuestas por escrito a unas preguntas que le formula Strasnoy (por escrito).
El punto de partida de esta conversación es el siguiente. En enero de 2020 Strasnoy fue a ver La bohème de Puccini a la Ópera Estatal de Berlín, ya que la dirigía un amigo, y dos o tres días después, de una manera casual, el músico vio en la Cinemateca de la ciudad el cine la película de Kaurismäki La vida bohemia (1992), basada en el mismo libro sobre el que se basó la ópera de Puccini, Escenas de la vida bohemia, del francés Henri Murger. Entonces a Strasnoy se le ocurre escribirle un correo electrónico a Kaurismäki y pedirle si le puede hacer algunas preguntas para el video que él y Werchowsky están preparando para un grupo de artistas argentinos sobre “ópera contemporánea” (“sea lo que sea lo que esto signifique”, acota Strasnoy) y sobre el tópico de la “vida bohemia” (que en la Argentina encarnó a la perfección el polaco Witold Gombrowicz, quien como dice Strasnoy pasó casi sin escalas de la adolescencia a la vejez y cuya obra literaria no se dio a conocer hasta bien pasados sus 70 años). Dirigido por Alejo Moguillansky, el video proyecta imágenes del filme de Kaurismäki y de la ópera de Puccini, además de las de Strasnoy y Werchowsky en sus respectivos estudios. Básicamente, se trata de una conversación sobre los tiempos teatrales y musicales de la ópera, de la ópera en general y de Bohème en particular.
¿Cuánto pasó desde que Rodolfo y Mimí se ven por primera vez en el Barrio Latino de París y se prometen ir a vivir juntos? Cuatro, cinco minutos, contabiliza Strasnoy. “Los personajes son de la vida real -concluye el músicopero los contextos son irreales”. Hay que entender todo un mundo en un tiempo concentrado. “En el primer acto hay cuatro inútiles (los bohemios: el pintor, el poeta, el compositor y el filósofo), un alquiler impago y un tipo que se enamora (el poeta Rodolfo de Mimí)”, resume Strasnoy. La película de Kaurismäki no guarda ninguna relación con la ópera de Puccini (“me gusta esa ópera, pero nunca leí el libreto ni la vi en escena”, dice el director), pero sus imágenes aportan lo suyo. Los personajes de Kaurismäki hablan en francés, como en el original de Murger, pero no saben francés; hablan por fonética (el director aclara que trabaja con sus actores amigos finlandeses, y ninguno sabe hablar francés). Es así como esa película tan alejada de la ópera en un punto se acerca a la experiencia de la ópera; o, más precisamente, al tema de la comprensión en la ópera. Porque esos personajes, que hablan de una manera cómica sin dar una idea de que estén sabiendo lo que dicen y lo que oyen, llevan a la pregunta sobre cómo se comprende una ópera o qué se entiende de un libreto.