Guzmán, sobre el súper cepo: “No son medidas que nos pongan contentos”
Su exposición fue en medio de versiones sobre su posible alejamiento. Pero se mostró tranquilo.
Presentado el primer proyecto de Presupuesto del Gobierno de Alberto Fernández, Martín Guzmán defendió en el Congreso los principales lineamientos de la norma y aprovechó la oportunidad para justificar el endurecimiento del cepo al dólar y fijar posición. “No son medidas que nos pongan contentos. Son para evitar un sendero de mayor inestabilidad”, mencionó el ministro de Economía sobre el final de su exposición en el Salón de los Pasos Perdidos en el Congreso, frente a diputados que estaban presentes y a otros que asistían de manera virtual.
Dentro del Gobierno, Guzmán se oponía a que fuera eliminado el dólar ahorro, una idea que tenía más fuerza dentro del Banco Central. Pero ante la elevada salida de reservas, finalmente se terminó orquestando un endurecimiento del cepo, una posición intermedia pero más en línea con lo buscado por la autoridad monetaria a cargo de Miguel Pesce.
En días en los que las versiones en el mercado fueron de lo más variadas, que incluyeron un posible alejamiento del propio Guzmán, el ministro se mostró tranquilo en su exposición de más de dos horas.
Acompañado de todo su equipo, reiteró que la intención es primero frenar el drenaje de reservas internacionales para luego fortalecerlas, y justificó que “se pierdan en esos volúmenes es peor. El tipo de cambio termina saltando y termina siendo peor para los que estamos en este barco, peor para todos”, defendió.
“Buscamos que la brecha cambiaria se estabilice para que luego se vaya reduciendo”, sostuvo sobre el final de la exposición, frente a consultas de los legisladores.
Guzmán expuso en la Comisión de Presupuesto y Hacienda de la Cámara de Diputados sobre el Presupuesto 2021, que prevé un crecimiento de la economía de 5,5%, una inflación anual de 29% y un dólar a diciembre del año próximo de $ 102,40.
El ministro aseguró que ese valor del dólar es consistente con mantener mantener la competitividad del tipo de cambio oficial tal como se recibió el 10 de diciembre, cuando fue el cambio de Gobierno. Mencionó además que si se quería se podía tomar al Presupuesto como un programa, como un plan, aunque reiteró en varias oportunidades que se trataba de uno de “transición” desde el esquema actual hacia el que se quiere ir. “Si se lo quiere llamar programa está muy bien por nosotros eso”, sostuvo, aunque dijo que para 2022 y 2023, las proyecciones deben tomarse como guía ya que por la “elevada incertidumbre” es difícil hacer pronósticos.
Sobre el final, y antes de las preguntas de unos 10 legisladores, el ministro llamó a una discusión “responsable y civilizada”, tal como la denominó. “La grieta cuesta; la discusión incivilizada tiene un costo para la vida de la gente”, señaló.
Para el año próximo, el ministro dijo que se buscará “impulsar a la economía entendiendo que hay múltiples restricciones de financiamiento y que hay que encontrar un balance entre estos dos principios”.
Es por eso que mencionó que el Presupuesto 2021 apunta a un déficit fiscal primario de 4,5% del PBI.
“Es un nivel que consideramos adecuado en el contexto de las restricciones que enfrentamos para apuntar a una recuperación de la actividad económica”, defendió. Admitió que lo ideal sería que el financiamiento sea casi pleno con el mercado de deuda en pesos, pero que eso no es posible aún, reconoció, por lo que en 2021 “se apunta a financiar con un 40% de deuda pública y un 60% financiamiento del Banco Central”. Sobre la inflación, la calificó de “un problema en la economía argentina” que se debe resolver y admitió diferencias con las estimaciones privadas, que marcan un IPC anual esperado de 44% para el año próximo.w