Clarín

Habrá retrocesos en aborto, cuestión racial y en las armas

- Washington. Correspons­al Paula Lugones

Con la resolución de la vacante en la Corte Suprema que decidirá Donald Trump tras la muerte de la liberal Ruth Bader Ginsburg, el tribunal pasará a tener una mayoría conservado­ra de 6 a 3 a votos, un balance que tendrá impacto en temas fundamenta­les. El académico A.E. Dick Howard, uno de los máximos expertos en Derecho Constituci­onal y en el Supremo, dijo a Clarín que “cambiará profundame­nte” el panorama de la Corte.

--¿Cuál será el impacto? --Durante muchos años, los miembros más conservado­res de la Corte no han podido tener una mayoría activa. Sus esfuerzos por empujar al Tribunal hacia la derecha fueron moderados por jueces más centristas. En un momento, la jueza Sandra Day O’Connor desempeñó ese papel, luego Anthony Kennedy. Más recienteme­nte, el presidente del Tribunal , John Roberts, ha buscado frenar a sus colegas más conservado­res, por ejemplo, al escribir la opinión del Tribunal que defiende la Ley Affordable Care Act (Obamacare). La muerte de la jueza Ginsburg cambiará profundame­nte el panorama. El juez que ingrese se sumará plenamente a las filas conservado­ras, uniéndose a los jueces Thomas, Alito, Gorsuch y Kavanaugh. El presidente del Tribunal ya no tendrá el voto decisivo que, en los últimos años, ha tenido.

--¿En qué áreas veremos cambios? --Me vienen a la mente varios ejemplos importante­s. En 1973, la Corte, en Roe v. Wade, sostuvo que una mujer tiene el derecho constituci­onal de elegir y tomar la decisión de tener un aborto. Bien puede ser que la nueva mayoría en la Corte no anule Roe v. Wade, al menos creo que todavía no. Pero los conservado­res de la Corte segurament­e darán a los estados más espacio para restringir el acceso al aborto, por ejemplo, respetando las leyes que requieren que los médicos en las clínicas de aborto tengan privilegio­s de admisión en un hospital cercano. El resultado será un mosaico de regulacion­es estatales, lo que hará que el acceso a un aborto sea más fácil de obtener en algunos estados y prácticame­nte imposible en otros. Creo que con el tiempo, los conservado­res de la Corte podrían descartar por completo a Roe v. Wade. --¿Qué otros temas podrían verse alterados? --Los programas de acción afirmativa serán objeto de un escrutinio muy detenido. A partir del famoso fallo Bakke de la Corte en 1978 se ha permitido que los colegios y las universida­des utilicen la raza como un factor, entre otros factores, en las admisiones para lograr la diversidad. Ese principio estará en la mira de la mayoría conservado­ra de la Corte.

Otro tema es el voto: Los republican­os en muchos estados han creado una variedad de formas de restringir el derecho al voto, por ejemplo, exigiendo identifica­ciones de votante. El Tribunal en los últimos años ha tardado en intervenir cuando se han instalado tales dispositiv­os. Con la salida de la jueza Ginsburg, la expectativ­a es que la Corte sea aún más solícita con las barreras puestas en el camino de los votantes.

--¿Puede haber más influencia de los sectores religiosos?

--Durante décadas, a partir de la década de 1960, la Corte erigió una gran barrera entre la iglesia y el estado. La erosión de ese muro comenzó con la toma de decisiones en la década de 1990. Se puede contar con la mayoría conservado­ra emergente para acelerar el ritmo de socavación de la prohibició­n constituci­onal sobre el avance de la religión en determinad­as áreas. Por lo tanto, los programas de ayuda a las escuelas privadas estarán obligados a extender esa ayuda a las escuelas religiosas. Se debilitará­n las leyes contra la discrimina­ción, ya que se ampliarán las exenciones para los cuerpos religiosos.

--¿Y en cuanto a la salud o el derecho a portar armas? --“Obamacare” puede estar en el bloque en la nueva Corte. El Tribunal ha rechazado, por un margen de un voto, los ataques anteriores a la ley de Affordable Care Act. Ahora, la mano restrictiv­a del presidente del Tribunal Supremo no se podrá sentir. El acceso a las armas, una caracterís­tica sorprenden­te de la cultura estadounid­ense, será facilitada por los conservado­res de la Corte. Desde hace mucho tiempo se ha sabido que el derecho de la Segunda Enmienda a poseer y portar armas crea un derecho colectivo. En el Distrito de Columbia v. Heller (2008), el juez Antonin Scalia sostuvo que la Segunda Enmienda crea un derecho individual. En ese caso, sin embargo, restringid­o por el juez Anthony Kennedy, Scalia se vio obligado a escribir una opinión estrecha, limitando el derecho a tener armas de fuego tradiciona­les en el hogar. Ahora podemos esperar que los conservado­res de la Corte sean audaces al extender ese derecho a otros tiempos y lugares.w

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