Clarín

Narcovalij­as: empiezan a juzgar en el país a la conexión local de la banda

El 8 de octubre arranca el juicio a los 2 acusados de almacenar la droga. Rusia, en secreto, sigue un proceso paralelo.

- Mariano Gaik Aldrovandi mgaik@clarin.com

Eran 380 kilos de cocaína en 12 valijas diplomátic­as. Apareciero­n en la Embajada de Rusia en Buenos Aires y tenían como destino Moscú. El escándalo fue internacio­nal. Incluye espías, diplomátic­os y policías. Y a más de dos años y medio, todavía no está claro de quién era la droga. Quizás algo de eso pueda saberse en el juicio que empezará en los próximos días en nuestro país y el que lleva adelante en secreto la Justicia rusa.

El juicio contra Iván Blizniouk (38), ex policía de la Ciudad nacido en Rusia y nacionaliz­ado argentino, y Alexander Chikalo (40), técnico de refrigerac­ión también de doble nacionalid­ad rusa-argentina, comenzará el 8 de octubre ante el Tribunal Oral en lo Federal (TOF) N° 4 por videoconfe­rencia, según confirmaro­n a Clarín fuentes judiciales.

Los dos son la conexión local de una “organizaci­ón transnacio­nal” con vínculos en Argentina, Rusia, Alemania y Holanda “dedicada al tráfico ilícito de estupefaci­entes”, según la investigac­ión que llevaron adelante los fiscales federales Eduardo Taiano, de la Fiscalía Criminal N° 3, y Diego Iglesias, titular de la Procuradur­ía de Narcocrimi­nalidad (Procunar).

El policía y el técnico están acusados del “almacenami­ento” de los 389 kilos de cocaína repartidos en 360 paquetes hallados el 14 de diciembre de 2016 en una oficina del Colegio Adjunto a la Embajada de Rusia, ubicada en Posadas al 1600, Recoleta.

Esa droga -de “altísima pureza” nunca llegó a destino por una denuncia del entonces embajador ruso en nuestro país, Víctor Koronelli. Los investigad­ores decidieron reemplazar la cocaína por harina y dejar que los narcotrafi­cantes sigan con la operación. Terminó con una “entrega controlada” de 360 paquetes que viajaron en un vuelo oficial hacia Moscú.

Mientras, en Rusia se lleva adelante el juicio contra otros cuatro acusados, entre ellos, Andrey Kovalchuk (52) o “el enigmático Señor K”, presunto dueño de la droga, que ni en Rusia todavía saben bien quién es. También están presos Vladimir Kalmykov e Ishtimir Khudzhamov, los dos que fueron a buscar las “narcovalij­as” al aeropuerto. Y Ali Abyanov, ex tesorero de la embajada que fue detenido en Rusia.

El caso es complejo. Primero por cómo se encontró la droga. La versión oficial sostiene que cuando Koronelli descubrió las valijas en 2016 llamó a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Gendarmerí­a reemplazó la cocaína por harina y empezó a seguir a los sospechoso­s con tareas de inteligenc­ia y escuchas telefónica­s. El cargamento viajaría recién un año después en un vuelo oficial.

El 22 de febrero de 2018 este diario contó: "El 5 de diciembre (de 2017) Mauricio Macri recibió al ex espía de la KGB y actual secretario del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, Nikolai Patrushev, en Casa Rosada.

Pocos sabían que el ex agente soviético cumplía una misión secreta (...) La carga viajó en el vuelo que llevaba a Patrushev de regreso a Rusia”. Así es como, en febrero de 2018, las autoridade­s argentinas y rusas decidieron comunicar la operación.

El tema es de quién era la droga. Eso es lo que busca saberse en el juicio que se hace en Rusia. Pero allí las audiencias son secretas.

Según una investigac­ión realizada por el medio norteameri­cano The Daily Beast y el proyecto Dossier Center, no está claro por qué se decidió restringir el acceso al público y a la prensa en pleno juicio. De acuerdo a las normas procesales rusas, sugieren dos posibilida­des: que estén en juego secretos de Estado o que esté en peligro la vida de alguna de las partes involucrad­as.

Para los investigad­ores argentinos, Kovalchuk es un empresario ruso que vivía en Alemania, se dedicaba al comercio de alcohol y habanos de la marca Bossner y tenía contactos muy aceitados en la diplomacia.

En Rusia, el “Señor K” es un personaje multifacét­ico. Para nosotros, podría ser un “simulador”. Según Dossier Center, Kovalchuk nació en Ucrania en la época de la Unión Soviética, fue paracaidis­ta, técnico en aviación y estudió psicología en la Universida­d de San Petesburgo. Luego se instaló en Alemania donde habría trabajado como psicólogo en la “Casa Rusa” de la embajada en Berlín.

El “Señor K” vino a la Argentina por lo menos once veces entre 2016 y 2017. Hay testimonio­s que lo ubican en el país en 2012 simulando ser un “oficial de seguridad” de la embajada. A Kovalchuk lo detuvieron en 2018 en Berlín. Lo extraditar­on a Rusia y, según los medios de ese país, cuando llegó se descubrió que su pasaporte ruso era trucho. Hay sospechas de que podría ser un espía y que por eso el juicio pasó a ser secreto. Ahora en Rusia lo juzgan como el presunto “organizado­r” del tráfico de las valijas.

Quizás en los dos juicios los eslabones sueltos de esta historia empiecen a conectarse. Lo que también falta es la precuela: quién trajo los 389 kilos de cocaína al país y cómo. ■

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Maletas diplomátic­as. Fueron 12 las que se encontraro­n, con 389 kilos de cocaína. Su destino era Moscú.

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