Abuchean a Trump en su despedida a la jueza: “¡Voten para echarlo!”
Fue al homenajear a Ruth Ginsburg, fallecida el viernes. Quiere reemplazarla antes del comicio.
El presidente, que suele jactarse de su buena relación con las multitudes, no se lo esperaba. Pero Donald Trump fue recibido ayer con una lluvia de abucheos y silbidos cuando fue a ofrecer sus respetos frente a los restos de la jueza de la Corte Suprema Ruth Bader Ginsburg, fallecida la semana pasada tras una larga batalla con el cáncer y a la que el mandatario quiere reemplazar antes de las elecciones de noviembre.
Centenares de ciudadanos se habían aglomerado frente a la Corte Suprema en un duelo colectivo por el fallecimiento de la célebre jueza, todo un icono del movimiento feminista en Estados Unidos. Con la bandera a media asta, el ataúd con los restos de la magistrada fue colocado sobre la base en la que descansó el sarcófago de Abraham Lincoln en 1865 en la fachada del edificio, adornada con flores blancas. Todos guardaron un silencioso respetuoso.
Pero la aparición de Trump alteró los ánimos de algunos grupos. Antes de que Trump saliera de su vehículo, junto a su mujer, Melania, la multitud lo recibió con abucheos y gritando “voten para sacarlo”, en referencia a los comicios del 3 de noviembre; y “honren su deseo”, en alusión a la última voluntad de Ginsburg, que murió el viernes pasado a los 87 años. La jueza pidió que su reemplazo sea nombrado luego de las elecciones.
El mandatario y la primera dama, ambos con mascarillas negras, permanecieron
de pie a la entrada del tribunal máximo, contemplando el féretro. Luego de los primeros abucheos y los gritos de “¡Voten contra él!”, Trump ingresó al edificio mientras los gritos se hacían más fuertes.
El fallecimiento de Ginsburg, que era de tendencia liberal, le allana el camino a Trump a nominar un juez de derecha, a pesar de que faltan pocas semanas para las elecciones. Los restos de la jueza serán velados en el Capitolio hasta hoy, un honor nunca antes conferido a una mujer y sólo la segunda vez que se le otorga a un miembro de la Corte Suprema. El otro fue William Howard Taft, quien fue también presidente del país.
Ginsburg será enterrada la semana entrante al lado de los restos de su esposo Martin, fallecido en 2010, en el Cementerio de Arlington.
El anuncio de que Trump no respetaría el deseo de la magistrada extinta y de que nombraría a su candidata para llenar la vacante antes de los comicios, desató la indignación de la oposición demócrata.
“Creo que todo va a andar muy bien, que va a ir muy rápido”, dijo Trump a Fox Radio ayer. “Tenemos a cinco mujeres en la lista y todas me gustan”, agregó el mandatario, que ya adelantó que entre las finalistas figura Bárbara Lagoa, jueza conservadora de Miami y de origen cubano. Se ha reportado que Trump anunciará el sábado a su nominado.
Hasta la muerte de Ginsburg, los conservadores tenían una mayoría de cinco frente a cuatro en el tribunal. Si Trump llena la vacante para este puesto vitalicio, la Corte podría quedar anclada en terreno conservador durante décadas, especialmente si nombra a una jueza joven. El mandatario dijo que quiere hacer la nominación con premura debido a la importancia de que haya un número impar de jueces durante las elecciones. El miércoles, Trump dijo que, en su opinión, el comicio acabará en un litigio judicial. ■