Protestas antirraciales tras un polémico fallo en Kentucky
La policía de Louisville, en Kentucky, arrestó a 127 personas en las protestas contra del racismo que conmovieron la ciudad en la madrugada de ayer. Fue luego de que un jurado decidiera no imputar por homicidio a ninguno de los tres policías que mataron este año a una trabajadora de salud afroamericana, Breonna Taylor, que estaba desarmada dentro de su casa.
Las marchas contra un sistema de justicia penal que, según dijeron los manifestantes, discrimina a la población negra se reprodujeron en varias ciudades del país, sacudido desde hace meses por una ola de protestas antirracistas. Hubo manifestaciones en Nueva York, Boston y Filadelfia, entre otras urbes.
Tras el fallo del jurado, la violencia se apoderó de las marchas en la ciudad natal de Taylor, Louisville, con disparos que hirieron a dos agentes de la policía. Los activistas, las celebridades y los estadounidenses comunes han estado pidiendo que se presenten cargos después de que Taylor, una paramédica, recibiera múltiples disparos de policías blancos que entraron en su casa durante una investigación sobre estupefacientes en marzo.
Brett Hankison, uno de los tres agentes involucrados en el tiroteo contra Taylor, fue imputado por poner en peligro la vida de los demás, en este caso tres vecinos de la víctima. Pero ni Hankison ni los otros dos policías que efectuaron los disparos que mataron a Taylor fueron inculpados por el homicidio de la enfermera de 26 años, una decisión “escandalosa e insultante”, según el abogado de la familia de la víctima, Ben Crump. Antes del anuncio, la municipalidad de la ciudad había declarado el estado de emergencia y movilizado un importante dispositivo de seguridad. Varias personas fueron detenidas por la tarde.
Taylor murió el 13 de marzo por la noche, cuando un grupo de policías derribó la puerta de su casa sin aviso previo, en un allanamiento por drogas que terminó sin encontrar pruebas. El novio de Taylor tenía un arma registrada, creyó que era un robo e hizo un disparo. La Policía respondió con una lluvia de tiros y mató a Taylor. Hankison disparó diez balas, algunas de las cuales alcanzaron el apartamento vecino al de Taylor. Sus otros dos colegas, Jonathan Mattingly y Myles Cosgrove, destituidos en junio, no fueron inculpados de ningún cargo al haber, según el fiscal, actuado en estado de legítima defensa. La investigación no determinó cuál de los policías mató a la mujer. “Esto constituye un nuevo ejemplo de ausencia de responsabilidad por el genocidio de la gente de color perpetrado por los policías”, señaló en un comunicado el abogado Crump.w