Clarín

Víctimas de trata y explotació­n

- Mariana Iglesias miglesias@clarin.com

El 23 de septiembre de 1913 se promulgó la Ley 9.143, conocida como “Ley Palacios” en honor a su autor, el legislador socialista Alfredo Palacios. Era la primera vez que una ley planteaba la lucha contra la explotació­n laboral y sexual. En 2008 se sancionó la Ley 26.364 para la Prevención y Sanción de la Trata de Personas y Asistencia a sus Víctimas, se creó el Programa Nacional de Rescate y Acompañami­ento a las Personas Damnificad­as por el Delito de Trata y comenzó a haber estadístic­as: desde entonces a hoy se rescataron 15.420 personas: 6.816 mujeres explotadas sexualment­e. No es demasiado lo que hace el Estado luego de rescatar a las víctimas, o al menos no es suficiente. Los primeros días las mujeres (también hay niñas y adolescent­es) son asistidas, pero luego el Estado se queda sin herramient­as para acompañar, salvo ofrecer un refugio por un tiempo breve. Por eso las víctimas son rescatadas una y otra vez, porque no pueden salir de la situación de sumisión, sometimien­to y dependenci­a.

Si las personas entraron a un circuito de explotació­n es porque no tuvieron contención, educación, red, apoyo, estima y autosufici­encia para seguir otro camino, Si el Estado no brinda herramient­as luego de los rescates, no hace nada para reparar estas vidas. Días atrás, con un Decreto, el Gobierno estableció el Cupo Laboral Trans que garantiza que al menos el 1% de cargos y contratos del sector público sean para travestis, transexual­es y transgéner­o, personas que suelen vivir un sinfín de violencias no sólo por parte de sus familias y la sociedad, sino también por las institucio­nes del Estado. El cupo intenta reparar esta vulneració­n de derechos. ¿Por qué no se crea el Cupo Laboral para víctimas rescatadas de la explotació­n? El Cupo trans no solo establece el acceso al empleo sino también da la posibilida­d de completar estudios, tener capacitaci­ón laboral, acceso a la salud, obra social y aportes jubilatori­os. Garantizar estos derechos será la manera de sacar a las víctimas del circuito de la explotació­n. En los medios de comunicaci­ón casi no se habla de la trata de personas. Pero el periodismo tiene que darle voz a las personas explotadas. A la Trata de Personas se la considera la esclavitud moderna. Este lunes, la OIT lanza una guía para periodista­s sobre estos temas, que son violacione­s a los derechos humanos. Y se deben denunciar.w

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