Lanús y Talleres son los millonarios de un mercado sin ingresos actuales
A sólo cinco equipos de la Superliga se le fueron nada menos que 70 futbolistas. Por nadie entró un peso.
Quince jugadores se fueron de Arsenal, que había sido una de las gratas sorpresas de la Superliga y rápidamente se había quitado el lastre de mirar la tabla de los promedios para no descender, cuestión que en el corto plazo no tendrá sentido. Dieciocho futbolistas dejaron Central Córdoba. De Patronato se fueron 15. De Aldosivi, 11. Gimnasia, que está último en los promedios pero cuando vuelva a rodar la pelota lucirá más aliviado, dejó ir a 11 jugadores. Con sólo esos cinco equipos y tomando las 70 salidas de futbolistas que tuvieron hasta ahora, irrumpe un diagnóstico general: ninguna fue una venta. Por nadie ingresó dinero.
Entre 2004 y 2014, Talleres jugó cuatro años en Primera B Nacional y seis en el Torneo Federal A, tuvo un promedio de ingresos de 22 millones de pesos anuales de los cuales el abono a la cancha y las entradas representó el 71 por ciento mientras la venta de jugadores apenas llegó al 8 por ciento.
En los tres años siguientes, con dos ascensos al hilo para llegar a la máxima categoría y el quinto puesto en Primera que le permitió clasificarse a la Copa Libertadores el reparto cambió: los derechos televisivos se incrementaron de un 4 a un 16 por ciento de sus ingresos anuales (285 millones) pero la venta de jugadores fue por amplio margen el recurso más fructífero: pasó a ser un 35 por ciento.
En el mercado actual el club cordobés volvió a vender jugadores a Europa después de 20 años. Facundo Medina fue transferido a Lens en 4 millones de dólares brutos, de los que el 65 por ciento le quedó y el resto fue para River, donde el futbolista inició su carrera y jugó hasta en la Reserva.
También al fútbol francés emigró Andrés Cubas: a Nimes Olympique por 3.400.000 dólares. Mientras Nicolás Giménez, futbolista que estaba a préstamo en Arsenal, pasó a préstamo por un año con cargo de 550 mil dólares brutos y con opción de compra a Baniyas.
“La crisis encontró al club en una situación de equilibrio y de austeridad”, le remarcó a Clarín, Miguel Cavatorta, el director de Comunicación institucional de Talleres. Y amplió: “El análisis sobre la incertidumbre del inicio del torneo promovió la decisión de cuidar la salud de los jugadores y el patrimonio del club. Las ventas representan el modelo de la gestión: captación de jóvenes talentos, su puesta en valor y venta como ingreso genuino”.
En esa línea se mueve desde hace años Lanús, otro de los pocos clubes que logró activar un mercado de pases con una escasa actividad.
Hernan Arboleya, presidente del departamento de Fútbol, subrayó que desde la venta de Esteban Andrada a Boca el club no había hecho grandes movimientos en los últimos dos mercados y necesitaba vender.
“Siempre lo decimos: Lanús es un club social con fútbol. Tenemos 650 empleados, cuatro sedes. Es indispensable para nosotros vender. Pero al mismo tiempo nos ganamos un respeto, tenemos un nombre y tratamos de defender el capital, el futbolista”, remarcó.
La venta de Marcelino Moreno a Atlanta United ya había sido un bálsamo para la tesorería. Si bien desde Lanús no difunden públicamente las cifras de las transacciones, el pase del mendocino a la MLS rondaría los 7 millones de dólares. Y en las últimas horas se oficializó el préstamo con cargo y opción de compra de Lautaro Valenti a Parma.
“Por la pandemia se devaluó mucho el mercado, pero supimos defender a nuestros jugadores y tanto lo de Marcelino como lo de Valenti fueron dos transacciones muy importantes y necesarias”, apuntó Arboleya.w
“Se devaluó mucho el mercado, pero supimos defender a nuestros jugadores”.