Clarín

La peregrinac­ión a Luján, desde casa y por redes sociales

La imagen de la Virgen fue trasladada hasta la Basílica en una camioneta, sin caravana, y los fieles pudieron seguir sus pasos de forma virtual.

- Emilia Vexler evexler@clarin.com

Son las 8.30 en San Cayetano. La Virgen no está donde debería. Está en el medio del santuario. Sobre una mesa, con mantel blanco, junto al atril. Está en el lugar más vistoso y a la vez más cómodo para subirla a la camioneta oficial rumbo a Luján.

Esta vez, en medio de la pandemia, no hubo peregrinac­ión a Luján. No al menos con las miles de personas caminando desde Liniers por Rivadavia. Con mates y guitarras. La propuesta fue acompañar el rumbo por streaming. Eso fue histórico. También triste para los devotos, que siguen la religión detrás del barbijo.

El horario de la salida de la Virgen se mantuvo en secreto. “No queríamos que nadie se acercara”, explicó Virginia Bonard. El deseo se cumplió. La Virgen, por primera vez en la historia de esta celebració­n que ayer tuvo su 46° edición, viajó sola. Y por autopista. La caravana constaba de sólo una camioneta más y una moto.

La duda era si los fieles se animarían o no a seguirla aunque sea en auto. Para las 8.45, nadie estaba en fila india frente al santuario de Liniers. Todo fue transmitid­o desde las cuentas @LaPereLuja­n por Instagram, Facebook, Twitter y YouTube. Por esos canales también se pudo seguir la misa central de las 19, oficiada por el cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires.

“Me parece que la Virgen nos está enseñando que siempre vamos a su casa de visita. Esta vez tenemos que aceptar que venga a nuestras casas de visita. Dejemos que Ella haga ‘la Visitación’ como hizo con su prima Isabel. Abrámosle las puertas del corazón, de nuestra casa, si tenemos una imagen le prendemos una velita, sabemos que Ella está en cuerpo y alma, en el Cielo y en la Tierra”, señaló Poli en la previa de la peregrinac­ión. Muchos fieles siguieron su pedido y subieron sus fotos a Instagram mostrando estos pequeños altares caseros.

La imagen de la Virgen tenía proprotege­rse gramado realizar cinco paradas -“a modo de ‘paradas simbólicas’, porque son las que hacen los peregrinos todos los años”- que no podían revelarse, con el mismo objetivo de la mañana: evitar que la gente se acercara. La primera fue Merlo. “En las paradas no había nadie. Sólo la virgen y el obispo de esa diócesis”, aclararon a este diario.

Para las 8.50, la imagen volvió a moverse de lugar. Esta vez, para la luz de los flashes y las cámaras. Además, la llama, frente a ella, con aceite, debía del viento lateral de la entrada. Faltaba poco para que se la “motorice”. La “tecnología covid” ya se veía en el templo con la cabina para que sean sanitizada­s las hasta 20 personas a la vez que la Ciudad permitió en los templos.

“La nostalgia que se siente por no tener a la gente preparándo­se para peregrinar es tremenda. Este día es una celebració­n única. Pero entendemos y celebramos que los fieles nos hayan hecho caso, como dijimos en las redes, y no vengan. Hay inspectore­s en la autopista que van a chequear también que en el tráfico no se siga a la Virgen”, dijo Liliana, parte del grupo de organizado­res.

A las 9, arrancó la misa en el templo de “salida”. Una de las imágenes más llamativas de la fe en pandemiase dio cuando el sacerdote Juan Carlos Ares tiró agua bendita a las cámaras de televisión. La idea era que “llegue” a los peregrinos en casa. Pero llegó a los camarógraf­os.

A las 9.17, la Virgen fue subida a la camioneta. Un grupo de redes sociales viajaba junto a ella los 60 kilómetros hacia Lujan. Nadie más. Ni a pie. Ni en micro. Ni en auto.

La programaci­ón online incluyó entrevista­s, música y bendicione­s virtuales. Por ejemplo, a las 18 se rezó el Rosario desde Luján y a las 19 se invitó al encendido de una vela al iniciarse la misa central para permanecer unidos por el espíritu peregrino. Otro gesto virtual: cada una hora se rezó por una intención puntual, que fue anunciada por fieles de distintos puntos de país.

Durante la misa central, el cardenal Poli se dirigió a todos los afectados por el coronaviru­s: “Queremos pedir por los abuelos, que más sufren el aislamient­o; por los enfermos, que son los más pobres de los pobres; y también por tantas familias pobres de nuestra Argentina; por los que han perdido el trabajo; por los agentes de la salud que están exhaustos y sienten más que nadie el agotamient­o de sus fuerzas; por los miembros de las fuerzas de seguridad y por todos los que volvieron al trabajo a pesar de los riesgos. Incluye también nuestra oración a los migranes que están lejos de sus afectos y de su patria, y a los que han perdido a sus seres queridos”.

También hizo referencia a quienes no pudieron participar de la clásica peregrinac­ión y pidió seguir el mensaje enviado por el Papa Francisco.

“La gente que sufre, enferma, tantos muertos y tantos problemas que pesan en el corazón nuestro. Muchas veces sentimos como una desilusión grande y ganas de tirar la toalla”, escribió el sumo pontífice. Y continuó:

“Pero miramos a la Virgen y decimos: Madre, queremos seguir adelante. Pero necesitamo­s que nos dé fuerza, esa fuerza de Madre que Tú nos das”.w

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GUILLERMO ADAMI Viaje. La imagen de la Virgen partió desde Liniers y llegó a Luján tras cinco paradas solitarias.

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