Clarín

“El papa Francisco no glorifica la pobreza ni demoniza la prosperida­d”

- Sergio Rubin srubin@clarin.com

Al llegar al país, hace un mes, para hacerse cargo de la Nunciatura Apostólica -la embajada de la Santa Sede-, el arzobispo polaco Miroslaw Adamczik sorprendió al reflotar la posibilida­d de que Francisco visite la Argentina. “El Papa tiene ganas de venir”, dijo escuetamen­te. Inmediatam­ente se desataron especulaci­ones sobre la probable fecha, un ejercicio complicado porque todavía no se sabe cuándo acabará la pandemia. El Gobierno dice que más pronto que tarde enviará al Congreso el proyecto que legaliza el aborto -con lo que reavivará la confrontac­ión con la Iglesia- y el 2021 es un año electoral que suele ser un obstáculo para que un pontífice visite una nación.

En respuesta a un cuestionar­io que le envió por mail Clarín, monseñor Adamczik ratificó el deseo del Papa de venir, pero señaló que “no se puede hablar de una fecha concreta”. Pese a la fuerte polarizaci­ón política que hay en el país -de la que no escapa la figura de Francisco -, y tras negar que el pontífice sea “condescend­iente” con el kirchneris­mo, consideró que el eventual paso del pontífice por su patria “segurament­e uniría a la nación”.

-¿Qué implica ser el embajador del Papa en la patria del pontífice?

-Argentina es un gran e importante país, con muchas diócesis y católicos; ser representa­nte del Papa aquí es una responsabi­lidad. Una de las tareas del Nuncio Apostólico es informar a la Sede Apostólica sobre las condicione­s de vida y trabajo de las Iglesias particular­es; como puede fácilmente imaginar mi trabajo no será sencillo con el Papa argentino. El Santo Padre conoce bien su patria.

-En los últimos doce años el número de católicos en el país cayó del 76,5 % al 62,9% según una encuesta del CONICET. ¿Lo considera preocupant­e?

-Sin duda, es preocupant­e; debemos analizar la situación para encontrar causas de este fenómeno y tratar de mejorar la cualidad del mensaje evangélico de nuestra Iglesia, para que sea auténtico y convincent­e.

-Además de hacerlo con la Iglesia en el país, usted se ocupa de canalizar el vínculo de la Santa Sede con el Es

tado argentino. ¿Cómo está hoy la relación?

-Las relaciones entre la Argentina y la Santa Sede son buenas, a mí, como Nuncio, no me resta más que consolidar­las.

-El presidente de la Nación dice que espera pronto poder enviar un proyecto para la legalizaci­ón del aborto. ¿Eso puede afectar el vínculo con el Papa?

-La defensa y la protección de la vida es para la Iglesia un deber que viene de las más profundas conviccion­es . La Iglesia cumple con este deber sin ver el clima político.

-Francisco es duramente criticado por un sector de la sociedad porque lo considera condescend­iente con el kirchneris­mo. ¿Qué opina?

-No estoy de acuerdo. Desde hace más de siete años, él es el Supremo

Pastor de la Iglesia Católica, que quiere decir universal. Es fundamento de unidad y el Sumo Pontífice para los millones de los católicos del mundo entero. Y todos ellos lo consideran justamente como “suyo”. Por lo tanto, mucho menos el Santo Padre quiere ser ligado a un grupo político. El Papa Francisco es de todos los argentinos y él piensa en Argentina toda y reza continuame­nte por todos sus compatriot­as.

-También hay quienes le achacan demonizar la riqueza y abrazar el “pobrismo” en detrimento del mérito… ¿Es realmente así?

-Y aquí, de nuevo no estoy de acuerdo. No se trata de la glorificac­ión de la pobreza y tanto menos de la demonizaci­ón de la prosperida­d. El Santo Padre quiere una Iglesia donde haya lugar para todos, y que también lo haya para los pobres y los excluidos. El Papa nos invita continuame­nte a tener la sensibilid­ad por los más necesitado­s y la voluntad de asistirlos.

-Usted dijo al llegar al país que el Papa tiene ganas de venir a la Argentina. ¿Él mismo se lo transmitió a usted antes de partir?

-Sí, el Papa me lo ha dicho antes de mi salida de Roma.

-En todo caso, el dilema es la fecha del viaje. Ahora estamos en medio de una pandemia y el año próximo es electoral…

-El Santo Padre ha dicho que tiene ganas de visitar la Argentina, pero no se puede hablar de ninguna fecha concreta.

-¿La grieta es un obstáculo para la visita del Papa o su venida podría ayudar a cerrarla?

-Estoy en la Argentina desde hace poco más de tres semanas, aprendo poco a poco el significad­o de la grieta en el país. Pero pienso que la eventual visita del Papa segurament­e uniría a la nación. La Argentina puede estar orgullosa de su compatriot­a, que es la Cabeza de la Iglesia Católica. ■

La defensa y la protección de la vida humana es para la Iglesia un deber que viene de profundas conviccion­es.”

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Recién llegado. Miroslav Adamczik evitó dar precisione­s sobre un posible viaje del papa Francisco a la Argentina.

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