Mike Pence, el vice conservador que ahora está en el centro de la escena
Ultraconservador y ferviente cristiano, el vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, atrae todas las miradas luego de que el presidente Donald Trump anunciara que dio positivo por coronavirus.
Con una prueba negativa a la covid-19 obtenida horas después de que se confirmara el contagio de Trump, Pence sigue siendo el único disponible de la dupla para hacer campaña en el terreno durante la hospitalización y cuarentena que atraviesa el mandatario republicano, a 32 días de las elecciones nacionales.
En segundo lugar en el orden de sucesión presidencial, la hipótesis de que tome las riendas de la mayor potencia del mundo y de la campaña republicana, si Trump se ve impedido de asumir sus funciones, sigue siendo todavía muy hipotética.
Aspecto alineado, sonrisa discreta, canas cuidadosamente peinadas, el inconfundible estilo de Pence, a sus 61 años, es diametralmente opuesto al estridente y polémico presidente de Estados Unidos.
Nombrado por Trump a principios de año como jefe de la unidad de crisis ante el coronavirus, Pence se hizo cargo del tema con palabras mesuradas, lejos de las imprecisiones y provocaciones del inquilino de la Casa Blanca. Siempre teniendo cuidado de no contradecir directamente a su jefe.
Abogado de formación y exlocutor de radio, conoce bien los misterios de Washington y se ganó el aprecio de los republicanos tras haber sido miembro de las Cámara de Representantes de 2001 a 2013 y presidente de la Conferencia Republicana (número 3 del partido) de 2009 a 2011.
Sin embargo, Pence y Trump no eran particularmente cercanos antes de ser nombrados compañeros de fórmula en 2016. Y durante un tiempo en los corrillos de Washington se corrieron rumores sobre el supuesto deseo de Trump de cambiar de compañero de fórmula este año, con el fin de dar impulso a su campaña.
Pero el presidente recompensó la lealtad de Pence y sus estrechos vínculos con los cristianos blancos de edad avanzada, que desempeñaron un papel clave en su victoria cuatro años atrás.
Muy activo en terreno, especialmente en centro del país, el exgobernador de Indiana se define a sí mismo
como “cristiano, conservador y republicano, en ese orden”. Como gobernador, se distinguió como un heraldo de los valores familiares tradicionales: anti-aborto, anti-matrimonio igualitario y enemigo de la instalación de refugiados sirios en su estado.■