De antihéroe ridiculizado en memes a cerca de ser campeón
Compañero de James y Davis, le falta apenas una victoria para obtener el anillo de la NBA frente a Miami.
Salvo porque tenía más pelo, Alex Caruso sigue siendo el mismo que hace 10 o 12 años. Sucede que ahora lo ve buena parte del mundo jugando en Los Angeles Lakers y camino al título de la NBA después del triunfo por 102 a 96 ante Miami que puso la serie 3 a 1. En su esencia, sigue siendo ese jugador servicial que, más que ganárselo, forzó el respeto conseguido.
Su apariencia de vendedor de autos y su repentina aparición en la gran escena hace un par de años formaron un combo atractivo y lo convirtieron en algo esperable en tiempos actuales: un tendal de memes. Pero ese hombre que causó simpatía canjeó aquellas sensaciones risueñas por asombro y reverencia.
“Me divertí mucho con los memes; tengo mucho sentido del humor. Cada vez que algo sale me etiquetan y me lo mandan mis amigos”, dijo poco antes de empezar la temporada.
Recién a los 25 años el base tuvo un lugar fijo en un plantel de la NBA tras mucho entrenamiento duro sin renunciar a sus convicciones.
A diferencia de lo que hacen las grandes estrellas, que pasan sólo un año en la universidad (y “obligados” por las reglas de elegibilidad del draft), Caruso cursó cuatro años en Texas A&M, donde estudiaron también sus hermanas y donde trabajaba su papá. Al igual que hoy, siempre fue un jugador de suma utilidad para el equipo: líder, inteligente lector del juego en ataque y defensa, excelso protector de la primera línea y con una buena capacidad atlética.
Esas son las características que se destacaron en los playoffs. Durante el año tuvo el mejor net rating, es decir la diferencia entre puntos convertidos y recibidos por el equipo cada 100 posesiones: +9,8. Mejor que el +8,5 de LeBron James y largamente superior al +5 de Anthony Davis. En la postemporada, incluso, tiene el mejor rating defensivo del equipo entre los jugadores con una cantidad significativa de minutos.
¿Por qué, entonces, tardó tanto en arribar a los primeros planos? En definitiva porque su bendición fue su castigo: en pruebas con presencia de reclutadores de la NBA él jugaba como lo hacía en Texas, como los libros no mandan en esa clase de partidos. O sea, en favor del equipo.
Eso lo hizo pasar desapercibido para los buscadores de talentos: ni siquiera fue elegido en el draft de 2016.
Jugó una Liga de Verano con Philadelphia y otra con Oklahoma, pero no se ganó un contrato. Apenas consiguió un hueco en el equipo filial de los Thunder para la Liga de Desarrollo. Sólo su llegada al equipo de la Liga de Verano de los Lakers le abriría las puertas: hizo una gran dupla con Lonzo Ball y, con mucha más atención encima, se empezó a ver lo que podía ofrecer como complemento.
Aunque en 2017 y 2018 debió luchar desde abajo, con contratos duales (para jugadores de la Liga de Desarrollo que eventualmente pueden ser llamados por su equipo de la NBA).
Entonces sí llegó la explosión en la liga pasada. Firmó un contrato por dos temporadas y 5.500.000 dólares. Y llegaron los memes. Y el CaruShow. Pero Caruso siempre estuvo con los pies sobre la tierra. “Twitter es el país de la fantasía: nada de eso es real. Podés mirarlo y reírte pero al final del día yo tengo que salir, ponerme las zapatillas y jugar”, comentó en una declaración de principios.
Reconocedor también de la realidad, Caruso aseguró: “Si hace dos o tres años me decías que iba a estar jugando con LeBron y AD, probablemente me hubiera reído de vos”. No sólo lo hace: también está a punto de ganar un título con James y Davis.