Esta vez, Alberto Fernández no se reunió con los infectólogos
“Hay jurisdicciones que perdieron la brújula”. La frase es de uno de los expertos que integra el comité que asesora al presidente Alberto Fernández desde que comenzó la pandemia.
Sin embargo, el infectólogo en cuestión no ha podido emitir opinión en la previa del anuncio presidencial, como así tampoco ninguno de los que hace siete meses asesoran al Gobierno.
La particularidad de esta nueva renovación de la cuarentena, que ya lleva más de 200 días en Argentina, es que por primera vez ese grupo no fue consultado antes de la comunicación oficial.
Clarín habló con algunos integrantes de ese equipo de expertos, que durante este año han dividido aguas: defendidos por un sector de la sociedad y criticados por otro. Entre los que consideran que la cuarentena XL es una solución y los que creen que no.
Los epidemiólogos admiten que la última reunión que mantuvieron con el Presidente fue hace 12 días, una eternidad en términos epidemiológicos. Tienen un grupo de WhatsApp que ha estado mudo desde entonces. Y en estas casi dos semanas la realidad de algunas provincias como Santa Fe, Córdoba y Tucumán se transformó por completo.
Los interlocutores de Fernández esta vez fueron sólo los gobernadores del Interior, el jueves, y los del AMBA, ayer. “Con algunos de nosotros seguro que no”, fue la suspicaz respuesta de un infectólogo del comité cuando fue consultado sobre la rareza de que no hubiera habido reunión con ellos.
¿Hay conflicto entre los infectólogos? ¿O entre algunos infectólogos y el Presidente? Ellos aseguran que no. Que puede haber miradas diferentes sobre los problemas de la pandemia, pero que la cosa no pasa de ahí.
Lo que ha quedado de manifiesto en todo este tiempo son algunas de esas posturas diversas sobre las políticas sanitarias que siguió el país. Por ejemplo, el tema de los testeos. Algunos hicieron mayor hincapié que otros en este aspecto. ¿Qué ocurrió con los tests de antígenos que anunció el Gobierno hace 15 días? El Ministerio de Salud había comunicado la compra de 500 mil. Llamativamente, desde el comité de expertos no pudieron dar una respuesta. No están al tanto de esa situación.
El tan mentado “botón rojo” que el Presidente dijo que no dudaría en apretar si la realidad sanitaria lo ameritaba, reaparecería ahora con precisión ‘quirúrgica’ en algunas ciudades del país, aunque todavía no se sepa cuáles son. A nivel nacional, la tendencia es a una mayor apertura, incluida la decisión política de empezar a habilitar las clases.
El idilio entre el Poder Ejecutivo y los infectólogos estuvo más aceitado mientras todas las miradas estaban enfocadas en la Capital Federal y el Conurbano bonaerense. Y mientras esos dos distritos libraban su “guerra fría” para ver cuál abría más o menos actividades.
En ese contexto, la voz del comité de expertos siempre fue funcional con el interés político de sostener el status quo de la cuarentena del área metropolitana como un todo. El hecho de que la situación en el AMBA haya dejado de ocupar el centro de la escena coincide con un corrimiento de esta instancia de consulta.
Ahora la crisis se traslada al Interior del país y la iniciativa oficial comienza a cambiar, más allá de algunos ajustes puntuales por ahora difusos. Es más lo que el Presidente no dijo en el anuncio que lo que dijo, en momentos en que el área metropolitana ya sobrepasó el pico de casos y el resto del país está lejos de llegar.
La resistencia política y económica en cada territorio de la Argentina de volver a cerrar actividades parece “pesar más” ahora que aquello que el Presidente sostenía en cada renovación de la cuarentena: la voluntad de “salvar vidas”.
Las palabras de los infectólogos no sólo han dejado de ser vinculantes -como lo eran desde marzo cuando el volcán se ubicaba en el AMBA-, sino que directamente no han sido consultados en la víspera. Una señal de que la “guerra fría” ha terminado.w