Madrid vuelve al estado de alarma y sus habitantes están desconcertados
Lo decidió el Gobierno nacional. Es en respuesta a la Justicia, que falló en contra de las restricciones.
De cara al fin de semana largo por el feriado del 12 de octubre, los madrileños vuelven a sentir la angustia del estado de alarma. El recuerdo del confinamiento estricto al que toda España se tuvo que someter entre marzo y junio por la crisis sanitaria que provocó aquí el Covid-19 genera escalofríos, incertidumbre y confusión entre los vecinos de la Comunidad de Madrid, donde el gobierno de Pedro Sánchez declaró este viernes el estado de alarma por el aumento de contagios.
Madrid no vuelve, sin embargo, al encierro total que vivió durante el pico de la pandemia: se trata, en realidad, de restaurar las limitaciones en la movilidad y en la vida social de la capital y de otros 8 municipios de la autonomía madrileña que habían sido anuladas el jueves por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.
Desde fines de septiembre, el Ministerio de Sanidad había establecido el cierre perimetral para los distritos madrileños que superaran los 500 casos positivos de covid cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas. Los vecinos de estas localidades debían evitar salir de sus casas salvo para ir a trabajar, a estudiar, al médico, al banco, al súper o a cuidar a personas mayores o niños.
Las reuniones no podían superar las seis personas y los restaurantes y bares, que no estaban autorizados a dar de comer o tomar en la barra, tendrían permiso para ocupar el 50% de sus locales y cerrar a las once de la noche. A partir de este viernes, y durante los próximos 15 días, estas restricciones vuelven a estar vigentes en Alcorcón, Fuenlabrada, Parla, Alcobendas, Torrejón de Ardoz, Madrid, Getafe, Leganés y Móstoles.
“Serán las mismas medidas. Todo sigue igual, simplemente con otras cobertura jurídica porque el Tribunal
Superior de Justicia de Madrid ha expresado que la fórmula adoptada es insuficiente para limitar derechos fundamentales como el de circulación y reunión”, dijo el ministro de Sanidad, Salvador Illa. “Pero las reglas son las mismas”, insistió.
La Comunidad de Madrid, cuyas salas de terapia intensiva están ocupadas casi en un 40% por pacientes con covid, tiene una incidencia acumulada de 563,86 casos de coronavirus por cada 100.000 habitantes en los últimos catorce días. En la capital, la cifra asciende a 611. Illa citó algunas cifras sobre el impacto de la pandemia en la Comunidad madrileña: desde el inicio de la emergencia sanitaria, unas 260 mil personas se infectaron y fueron diagnosticadas por una prueba PCR. “El 70% de estos casos se ha producido desde el 1 de julio”, dijo Illa y mencionó los 1.209 muertos que provocó el coronavirus desde entonces y los 1.458 sanitarios madrileños que se contagiaron desde mayo.
“A partir de aquí la paciencia tiene un límite. No hay más ciego que el que no quiere ver”, se impacientó el ministro. “En consecuencia, hay que tomar medidas para proteger la salud de los madrileños y evitar que esta situación se propague a otras comunidades autónomas y ponga en riesgo la salud de más personas. es muy importante que el nivel de contagios de Madrid no se expanda por el resto de España”, agregó.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, la conservadora Isabel Díaz Ayuso, se negaba a cerrar la capital aunque pedía a los madrileños que no salieran de viaje por el fin de semana largo. Su propuesta era aplicar limitaciones en la movilidad y en la vida social en aquellas áreas de salud que presentan más contagios. Pero el jefe de Gobierno de España, el socialista Pedro Sánchez, adoptó directamente el Estado de Alarma.
Por segunda vez en diez días, el gobierno regional y el nacional superponen anuncios que, en el caso de Madrid, quedan sin efecto en el acto. “La declaración del Estado de alarma en Madrid era evitable. Había alternativas. Lamentablemente, los políticos hemos vuelto a fracasar. Las consecuencias las pagan los ciudadanos. Mis disculpas por ello”, dijo este viernes el vicepresidente madrileño, Ignacio Aguado.
Desconcertados por este ida y vuelta, los madrileños no saben qué hacer, si cumplir o no con las normas. “Estaba yendo a cambiar de talle unas prendas que compré a mi hijita pero me vuelvo a mi casa. Tengo miedo de que me pille la policía y me multe”, se sinceró Ana, en la puerta de El Corte Inglés de Castellana.w
Los vecinos de Madrid y otras ocho localidades sólo pueden salir por cuestiones esenciales.