Neuss: reconstruyen los minutos previos al femicidio
Peritan computadoras y celulares en busca de pistas.
Cuando Silvia Saravia (69) llegó a su casa, subió directo al dormitorio. Un rato después se desató la locura y el desastre en la casa del country Martindale, de Pilar. Nadie sabe con exactitud cuántos minutos transcurrieron. Esos momentos, previos al femicidio, son los que todavía no están del todo claros. La Justicia trabaja para determinar qué pasó en el dormitorio donde el empresario Jorge Neuss mató a su esposa y luego se quitó la vida. Buscan establecer cómo fueron esos últimos minutos de la pareja.
Según pudieron reconstruir los investigadores, el sábado por la mañana Silvia salió de la propiedad y regresó alrededor de las 11. Su marido desayunó solo, en su cuarto, como lo hacía habitualmente. Nada parecía salirse de la rutina. Cuando volvió, Silvia subió a su dormitorio. En la planta baja estaba una de las empleadas. Afuera estaba la otra. No saben si pasaron 15 minutos o media hora. Según la data de la muerte, a Saravia la mataron entre las 11.30 y las 12.
La secuencia fatal ocurrió en el baño. El empresario sorprendió a su mujer, la inmovilizó y le apuntó con su revólver calibre .357. La tomó del cabello y la mató. Según surge de la autopsia, la mujer intentó defenderse, tenía heridas y hematomas en los brazos, producto del forcejeo para escapar. "Fue un ataque muy violento, con mucha agresividad", indicaron.
Tras matarla, Neuss caminó hasta el vestidor. Ya había decidido dispararse. De acuerdo a las pericias, se gatilló en la cabeza más de una vez, hasta que salió la bala fatal. Se determinó que el revólver quedó tirado a sus pies. El proyectil que lo atravesó terminó incrustado en el techo.
Una de las empleadas escuchó dos disparos y corrió a buscar a su compañera, que en otro sector de la casa sólo sintió un ruido fuerte: lo confundió con un camión de basura. Juntas, se acercaron al cuarto y golpearon la puerta. Nadie respondió. Intentaron abrir, pero no pudieron.
La primera reacción fue llamar a una de las hijas de la pareja, que se comunicó con su hermano, que también vive en Martindale, para pedirle que fuera a ver qué pasaba. Ninguno se imaginaba semejante tragedia, según explicaron luego.
Cuando llegó, Patricio Neuss notó a las empleadas nerviosas. Repitió la escena: golpeó la puerta, los llamó e intentó abrir. Tampoco pudo. Una de las mujeres le advirtió: "Escuchamos disparos". Finalmente, Neuss hijo empezó a preocuparse. Golpeó la puerta y pudo abrirla. Cuando entró se encontró con el desastre. Los signos vitales de su padre eran débiles.
Llamó a su hermano Juan, que vive a 200 metros. Luego al 911 y a los familiares. Pero no había mucho por hacer ya. El empresario murió al llegar al hospital Austral.
"No tenían problemas de convivencia", declaró Juan. También trascendió que fue él quien deslizó la hipótesis del "pacto suicida". Y explicó que hacía unos días le habían diagnosticado leucemia. Según esas versiones, la noticia habría desestabilizado a sus padres.
Sin embargo, según fuentes de la investigación, la causa avanza por otro carril. Fue caratulada como "homicidio agravado por mediar violencia de género, seguido de suicidio". Según consta en la investigación, ni las empleadas ni los hijos de Neuss hicieron referencia a un vínculo violento. Parecía un matrimonio feliz. Pero trascendió que allegados se refirieron a un distanciamiento.
Según consta en la causa, en los testimonios no hay menciones sobre una crisis matrimonial. Sí situaciones de peleas, pero no hay relatos de situaciones en las que hayan tenido que intervenir terceros.
Ahora, se espera el análisis de los teléfonos celulares y las computadoras que secuestraron en la escena. No encontraron ninguna carta suicida de Neuss, pero quieren asegurarse de que no haya dejado algún mensaje en un dispositivo electrónico. Otro plano a investigar, y que no está descartado, es el móvil económico: se trata de una familia con un patrimonio que ronda los 300 millones de dólares.
También buscarán mensajes de texto o conversaciones de Silvia para corroborar si efectivamente la pareja atravesaba una crisis, si ella había advertido hechos de violencia a alguna amiga o persona de su entorno, o si Neuss dejó rastros de haber planificado el femicidio.
Como uno de cada cuatro femicidios en el país, el de Silvia Saravia fue cometido con un arma de fuego. Se presume que el revólver estaba registrado a nombre del empresario, pero aún se espera el informe de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMaC) para certificarlo. Según estadísticas oficiales, el 20% de los femicidas decide suicidarse.
Anteayer, la fiscal María José Basiglio, de la Unidad Especializada en Violencia de Género de Pilar, tomó declaraciones de testigos, entre los que estaban dos hijos de la pareja.
Las repercusiones de la tragedia continuaron ayer en los avisos fúnebres de los medios gráficos, en los que se leyeron mensajes de despedida, incluso de los hijos del matrimonio.
"Su hijo Germán J. Neuss y su mujer Sofia Cardini, con sus hijas Ernestina, Celina y Sofía, recordamos con profunda tristeza a nuestros padres y abuelos y jamás olvidaremos como han dedicado sus vidas a nosotros y a toda la familia. Gracias por todo el amor y momentos compartidos", se leyó en una de las publicaciones.
Otra fue en nombre de los cuatro hijos de la pareja: "Germán, Patricio, Lucila y Juan despedimos a nuestros padres con inmensa tristeza y les agradecemos la vida llena de felicidad y amor que nos dieron. Rogamos una oración en su memoria".
Neuss atacó a Saravia en el baño, por sorpresa. Ella intentó escapar, él la tomó del pelo y la baleó.
No se halló aún ninguna carta final de Neuss en la que se refiera al crimen y a la decisión del suicidio.