Clarín

El Gobierno sufre la marcha más masiva a sólo diez meses de asumir

Tema del día Otro banderazo en Capital y las principale­s ciudades del Interior ●

- Natasha Niebieskik­wiat natashan@clarin.com

Una vez más la gente salió a la calle para plantear sus reclamos al Gobierno. El abanico de pedidos fue muy amplio, desde la economía hasta la toma de tierras o el regreso de las clases presencial­es, con el foco puesto en el avance sobre la Justicia

y el hartazgo por la cuarentena. Más allá del Obelisco como epicentro en la Ciudad, también hubo marchas, a favor y en contra, frente a la Quinta de Olivos. En algunos puntos del Interior la protesta se hizo sentir muy fuerte. Córdoba fue uno de los principale­s focos, junto a Mendoza, Mar del Plata, Rosario y La Plata. En un reportaje, el ex presidente Macri dijo que “las manifestac­iones son contra el atropello”. La oposición remarcó que la “cuarentena eterna destruye todo”.

“Se viene el estallido. Se viene el estallido. De mi guitarra. De tu gobierno, también”. Al caer la tarde, con miles de personas caminando o circulando con mucha dificultad en autos, sonaba fuerte uno de los hits de la Bersuit Vergarabat desde un pequeño camión plantado en el Obelisco, el monumento que se transformó en el ombligo de una nueva protesta y banderazo masivo contra el Gobierno y sus políticas y que se replicó en diversas ciudades del país. El clima, a esa hora de la concentrac­ión en el centro porteño, era de enojo pero también de “liberación” y fiesta.

Cada canción, cada cartel y cada testimonio que se escuchaba en el lugar mostraba el ánimo de la gente, que decía estar “harta” de la larga cuarentena que empezó hace casi siete meses y que no alcanzó para sacar a la Argentina de los primeros lugares mundiales del ranking de infectados de coronaviru­s. “Que se vayan todos”, rezaban algunos carteles, como durante la crisis de 2001.

Los manifestan­tes rechazaron la embestida K contra la Corte Suprema, la reforma judicial y también el desplazami­ento de jueces que investigan a Cristina Kirchner. Protestaro­n por el estado maltrecho de la economía, el cepo cambiario, la inflación e incluso por la política exterior. En pleno Obelisco levantaron una muñeca inflable que representa­ba a Cristina Kirchner vestida de presidiari­a. Dos globos con forma de zepelin llevaban la leyenda “Corte Suprema. República o Feudo”. Y otro de color negro decía “Dictadura Nunca Más”, y llevaba colgadas las banderas de Argentina y de Venezuela.

El centro porteño quedó cruzado por ríos de autos, que parecían muchos más que los de la convocator­ia del 20 de junio pasado, la manifestac­ión convocada contra el intento fallido del gobierno de expropiar la cerealera Vicentín. Los coches coparon la 9 de Julio desde el Obelisco hasta avenida Del Libertador y también había bloqueos por Viamonte y en Corrientes llegaban hasta Leandro N Alem. A lo largo de toda la tarde se cantó varias veces el himno nacional y se repetían canciones como “Resistiré” mechadas por gritos como: “¡No al populismo!”

En el Obelisco, la gente pidió el regreso a las clases presencial­es en las escuelas, protestó contra la quita de coparticip­ación a la Ciudad, la inacción ante las tomas de tierras y la creación de un observator­io para controlar el contenido de los medios.

Cristina, vendedora de seguros, le dijo a Clarín que estaba ahí porque quería una “justicia independie­nte”, y que es “muy difícil ser argentinos con esta política y un gobierno que ejerce la impunidad”. Nuria, politóloga, pidió “un país con división de poderes, una república con institucio­nes, como no la hay ahora”. Yana llegó ahí con sus amigas pidiendo una “justicia independie­nte” y pensando en que “el Presidente se queja de la opulencia de Buenos Aires pero no de la opulencia de los políticos”.

En el centro porteño, vendedores ambulantes vendían banderas argentinas por entre 150 y 200 pesos. “Hay hambre”, decían. Los barbijos estaban a $ 150: aunque la gente se cuidaba, la euforia generaba descuidos. Bajo las techos de negocios vacíos o cerrados gente que vive en la calle con colchones y perros miraban la marcha con indiferenc­ia.

Además de la de Buenos Aires, hubo marchas convocadas en Córdoba, Mendoza, Santa Fe, Rosario, La Plata, Mar del Plata, Corrientes, Paraná, Salta y Bariloche. También en localidade­s más pequeñas de la provincia de Buenos Aires y otros distritos. Frente a la Quinta Presidenci­al de Olivos, la Policía debió separar a los manifestan­tes opositores de un grupo de simpatizan­tes del gobierno de Alberto Fernández.

El Presidente publicó un tuit defendiend­o a la vicepresid­enta que fue objeto de los mayores rechazos. “Disentir con un gobierno es parte de la democracia. Movilizars­e, aún con el riesgo que implica en una pandemia, también”, comenzó el mensaje el mandatario. Y añadió: “Pero promover una convocator­ia a una protesta en el domicilio de una persona solo fomenta la grieta y daña esa convivenci­a democrátic­a”, dijo el mandatario sobre la protesta que se había convocado frente a la casa de la vicepresid­enta, en la Recoleta.

Esta fue la octava manifestac­ión contra el Gobierno organizada en las redes sociales por militantes opositores no orgánicos, pero que fue saludada por varios referentes de Juntos por el Cambio, entre ellos el ex presidente Mauricio Macri. ■

 ?? MARIO QUINTEROS ?? Obelisco. Una vez más el Centro porteño fue punto convocante para peatones y automovili­stas.
MARIO QUINTEROS Obelisco. Una vez más el Centro porteño fue punto convocante para peatones y automovili­stas.
 ?? MARIO QUINTEROS ?? Al Obelisco. Miles de personas caminaron o fueron en auto hacia el Centro de la Ciudad durante varias horas de la tarde, en la protesta más masiva del año.
MARIO QUINTEROS Al Obelisco. Miles de personas caminaron o fueron en auto hacia el Centro de la Ciudad durante varias horas de la tarde, en la protesta más masiva del año.

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