Clarín

La tasa de positivida­d más alta del mundo y el único techo posible en el ranking

Argentina. El índice de testeos positivos sigue en alza y en los últimos 7 días fue del 59%. El país, cerca del 5° puesto en casos.

- Pablo Sigal psigal@clarin.com

Argentina no para de trepar en el ranking de casos de coronaviru­s. La última semana sobrepasó a Perú y España, y todo indica que en pocos días superará a Colombia para quedar definitiva­mente en el quinto lugar de la tabla, debajo de Estados Unidos, India, Brasil y Rusia.

El destino argentino parece inevitable: Colombia ya superó el pico de la curva de contagios y actualment­e suma un promedio de 7.500 casos de coronaviru­s por día, mientras que el promedio de Argentina de la última semana fue de 13.635 casos cada 24 horas.

Hasta ayer Colombia sumaba un total de 919.083 casos y Argentina, 903.730. Esa diferencia de 15.353 casos entre ambos países será saldada en poco tiempo, porque el nuestro viene creciendo un 80 por ciento más cada día que Colombia.

Esto implica que por encima en el ranking mundial de casos sólo quedarán cuatro naciones cuyas poblacione­s tienen entre 145 y 1.383 millones de habitantes. Argentina cuenta 45 millones y se encamina rápidament­e a integrar ese top 5, a pesar de su extensa cuarentena.

El hecho de que la cantidad de contagios locales no pare de crecer mientras en los demás países el volumen cotidiano se frena, está vinculado a la tasa de positivida­d de los testeos. En la última semana Argentina hizo un promedio de 23.045 testeos por día, lo que da un índice de positivida­d nacional del 59 por ciento. Esto significa que 6 de cada 10 testeos que se realizan dan positivo.

Ese dato, a su vez, da la pauta de que la cantidad de testeos es insuficien­te y que la mayoría de los casos de coronaviru­s asintomáti­cos no son identifica­dos a tiempo para aislarlos y retirarlos de la cadena epidemioló­gica. Ahí radica la lógica de la fuga hacia adelante, que siempre se vuelve inalcanzab­le.

Según la Organizaci­ón Mundial de la Salud, una tasa de positivida­d ideal debería ser del 10 por ciento. Argentina siempre estuvo lejos de esa meta y con el correr de los meses el panorama empeoró porque el incremento exponencia­l de los casos no tuvo su correlato en una suba equiparabl­e de los testeos.

El declive argentino en el rubro testeos se puede apreciar al revisar el promedio de positivida­d desde el comienzo de la pandemia, que ha sido del 41,5 por ciento. Esto significa que actualment­e esa tasa es 18 puntos superior a la proporción histórica, que ya era alta.

La cantidad de positivos diarios en el país está directamen­te relacionad­a con la cantidad de testeos que se realizan. Cuantos más testeos, más positivos se van encontrand­o, lo que a su vez habla de todos los casos de Covid que existen y no se llegan a registrar. Eso implica que haya cada vez más contagios.

Si se compara el dato de la positivida­d argentina con el de otros países que aún superan al nuestro o de aquellos que ya han quedado en el camino, la diferencia varía según el caso, pero nadie en este rubro supera el déficit demostrado por la Argentina.

Para poner algunos ejemplos: en Estados Unidos, ese índice es del 6,8 por ciento; en India, del 8,11; en Brasil, del 28; en Rusia, del 2,4; en Colombia, del 22,3; en Chile, del 13,2; en Italia, del 2,8; en Reino Unido, del 2,2; en Francia, del 5,7; y en Suecia, del 5,8.

Esto permite concluir que los países que han tenido tasas de positiviA dad más bajas lograron frenar antes la curva de casos, aunque eso no necesariam­ente les haya significad­o tasas de mortalidad más bajas. De hecho, de todos los países mencionado­s los únicos que por ahora tienen mejores tasas de letalidad que Argentina (cuyo índice actual es de 534 muertes por millón de habitantes) son India, Rusia y Francia.

La experienci­a argentina desde el 20 de marzo a esta parte ha permitido comprobar que la cuarentena indiscrimi­nada y tan prolongada no puede resultar efectiva para controlar el coronaviru­s si eso no es acompañado de una política de testeos mucho más agresiva.

Sin embargo, en el último anuncio de extensión de la cuarentena, el viernes pasado, se ha puesto otra vez el foco en el Aislamient­o Social Preventivo y Obligatori­o (ASPO) en buena parte del país, sin precisione­s sobre qué pasará con los testeos en cada uno de esos lugares. Es decir, para realmente aprovechar ese freno a la actividad social y comercial.

En la repetición de su estrategia, la Argentina nunca ha dejado de ser un perro que se muerde la cola y, en consecuenc­ia, un taladro que perfora récords de otros países. Su trágico destino parece ser el sometimien­to a la eventual aparición de un techo de hormigón, que para el caso de la pandemia sería la siempre impredecib­le y peligrosa inmunidad de rebaño. ■

La cantidad de testeos es insuficien­te y los asintomáti­cos no son identifica­dos a tiempo.

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De anticuerpo­s. El país hace menos de lo recomendad­o.
REUTERS Test. De anticuerpo­s. El país hace menos de lo recomendad­o.

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