Intiman al club CUBA a desalojar su predio de Núñez
La comunicación tiene un plazo: 10 días corridos. Ese es el término que la Universidad de Buenos Aires (UBA) le puso al Club Universitario de Buenos Aires (CUBA) para desalojar la sede de la institución deportiva en Núñez. Son tierras que están a la vera del Río de la Plata y le pertenecen a la universidad. La semana pasada fueron reclamadas. En una situación similar están otras dos instituciones: el Centro Naval y el Liceo Naval.
La historia del conflicto se remonta a 1958, cuando el presidente Arturo Frondizi transfirió a través de un decreto una franja de lo que hoy es Ciudad Universitaria, la Reserva Ecológica de Costanera Norte y los clubes CUBA, Centro Naval y Liceo Naval. La UBA fue la destinataria.
Tres años después, la cesión del terreno se convirtió en ley. La norma también señaló que la Armada podía usufructuar una dársena del predio que tiene forma de herradura.
La UBA debía construir una dársena nueva, en otro lugar, para que la Armada luego se retirara. Pero eso no ocurrió y a su vez la Armada le dio un permiso precario de uso al Centro Naval, Liceo Naval y CUBA.
El permiso precario venció cuando, en mayo de 2019, la Armada le restituyó la superficie a la UBA.
Son 20 hectáreas que están detrás de Ciudad Universitaria y que se extienden desde el predio del Círculo de la Policía Federal, y la desembocadura del arroyo Medrano, hasta la avenida Cantilo.
Después de un año y cinco meses, la restitución ahora derivó en la intimación para que CUBA desaloje los terrenos. El plazo vence el jueves.
En un comunicado, CUBA calificó la decisión de la UBA como sorpresiva en un contexto de “conversaciones y tratativas tendientes a establecer un acuerdo respecto a la situación de la sede de Núñez”. Ahí el club tiene dos restaurantes, seis canchas de tenis, dos de rugby, una de fútbol, pileta de natación, 290 amarras y más de 100 barcos en playón.
Desde la UBA dieron a Clarín una versión opuesta. “Tras 17 meses de negociaciones infructuosas -calificaron-, la Universidad intimó al club a desalojar los terrenos que ocupa en forma gratuita hace más de 50 años con un permiso precario”.
“Desde el inicio, la propuesta fue clara”, puntualizó Mariano Genovesi, secretario general de la UBA. Y siguió: “Les dijimos que llamaríamos a una licitación para dar en concesión el espacio y les ofrecimos quedarse hasta ese momento, pero pagando”.