Mafia de los Contenedores: rechazan el sobreseimiento de veinte aduaneros
El juez Aguinsky se negó a sobreseer a los funcionarios por el ingreso de mercaderías de contrabando.
El juez en lo penal económico Marcelo Aguinsky rechazó este viernes sobreseer a 20 aduaneros acusados de ser supuestamente partícipes de una colosal maniobra de contrabando desde China perpetrada en 2014. Ahora la cámara del fuero decidirá si confirma los procesamientos.
Se trata del caso que investiga un monumental contrabando de 2.500 contenedores en que están procesados los hermanos Paolantonio y que ya suma 163 procesados en total. El contrabando movió, por lo menos, 750 millones de dólares en productos de origen chino.
Además de Paolantonio, están procesados tres ex jefes de la Aduana de la época K: Daniel Santanna, Eduardo Bernardi y Edgardo Paolucci. Este caso se suma al intento de contrabandear cinco contenedores por el que está condenado Claudio "Mono" Minnicelli, cuñado del exministro de Planificación, Julio De Vido, entre otros.
Semanas atrás, los defensores de 20 aduaneros pidieron el sobreseimiento de sus 20 defendidos en razón de que la causa “carecería” de pruebas suficientes para incriminarlos. Además, recusaron al juez Aguinsky por no dar respuesta al pedido de sobreseimiento.
En una resolución de este viernes, Aguinsky reafirmó su convicción sobre la existencia de “una organización delictual a gran escala que logró sustraer al país cifras millonarias de recaudación fiscal y generar destrucción de fuentes de trabajo” en la industria nacional.
No solo se eludieron tributos aduaneros sino “también los demás impuestos que deberían aplicarse a toda su cadena de valor. Claramente lo que ingresa en negro continúa en negro, dañando así las arcas nacionales, provinciales y municipales”.
Luego propuso el axioma “Latas versus Latas”, inspirado en un reciente caso policial ocurrido en Rosario donde una mujer fue interceptada a la salida de un supermercado cuando intentaba hurtar 27 latas de atún escondidas entre sus ropas. El hecho provocó indignación en los medios y redes.
Sin embargo, otro delito, que “también involucra “latas” (así es como se llama en la jerga a los contenedores que sirven para mover mercaderías a través del comercio exterior), a nadie parece importarle ni logra conmover las alarmas institucionales”.
Pero mientras que en el episodio del supermercado, la autora entre sus ropas escondía latas “sin contar con la complicidad de las líneas de control del establecimiento comercial, quienes perpetraron una gigantesca maniobra de contrabando, también en “latas”, contaron con una estratégica complicidad para su negocio criminal: la certeza de impunidad garantizada desde la misma Aduana”. Las modalidades de estas maniobras de contrabando fueron dos. Por un lado, el intento frustrado de ingresar mercaderías acondicionadas en contenedores, que habría sido perpetrado
“recurriendo al uso de documentación apócrifa y a la declaración de informaciones mendaces ante el servicio aduanero en cuanto a la especie, la calidad o el peso de la mercadería a importar” para evadir aranceles. Por otra parte, sí se logró el ingreso ilegal de la mercadería “mediante la confección y posterior presentación de conocimientos de embarque apócrifos, al ingreso de informaciones falsas en el sistema de registro informático y, asimismo, a la presentación y oficialización de despachos de importación que contendrían información y documentación complementaria falaz”.w