Temen en Bolivia que haya hechos de violencia tras los comicios
Esto hizo que la ONU, la Unión Europea, EE.UU. y la iglesia boliviana salieran a pedir calma a los distintos sectores.
En medio de temores de nuevas protestas y violencia en la calles, Bolivia se prepara para elegir este domingo al próximo presidente, en un clima de polarización que hace temer nuevos episodios de violencia como los que se vivieron luego de las cuestionadas elecciones del año pasado, que terminaron anuladas por sospechas de fraude. En ese escenario, la ONU, la Unión Europea y la propia iglesia boliviana llamaron a una jornada de calma para evitar otra crisis.
El fantasma de un nuevo estallido de violencia sigue vivo un año después de los comicios de octubre de 2019, en los que el entonces presidente Evo Morales se proclamó ganador para un polémico cuarto mandato pero finalmente debió renunciar -denunciando un golpe de Estado en su contra- en medio de una revuelta que se potenció cuando un informe de la Organización de Estados Americanos (OEA) denunció "irregularidades" en el proceso electoral. Este domingo, cinco candidatos se miden para buscar la presidencia del país, aunque de acuerdo a los sondeos son dos los que tienen chances.
El candidato del Movimiento al Socialismo, Luis Arce, ex ministro de Economía de Morales, encabeza las encuestas de intención de voto. Pero lo sigue a poca distancia el ex presidente Carlos Mesa, que se presenta por la coalición de centroderecha Comunidad Ciudadana.
Según varios analistas, es muy probable que ambos deban disputar una segunda vuelta en noviembre. Y en ese caso, Mesa aparece con más chances, ya que lograría unir el voto "anti MAS".
Pero la crisis política que se desató hace un año no se aplacó y la confrontación entre seguidores y detractores del ex presidente sigue muy viva en las calles y en los discursos de campaña. En los últimos días, en La Paz, Santa Cruz y otras grandes ciudades del país los supermercados y estaciones de servicio se llenaron de clientes que buscaron cargarse de provisiones y combustible para estar preparados ante un eventual estallido de violencia.
El gobierno interino de Jeanine Áñez, lejos de tranquilizar los ánimos, este viernes afirmó que las fuerzas de seguridad están listas "para usar las armas". “En caso de que exista cualquier activación, de cualquier grupo irregular que quiera romper el orden público, vamos a actuar, vamos a actuar de acuerdo a ley. En caso de que estas personas no logren replegarse, en disuasión vamos a usar agentes químicos, en caso de que ellos utilicen armas, nosotros también estamos listos para el uso de armas”, afirmó el viceministro de Régimen Interior, Javier Issa.
El funcionario agregó que la Policía está equipada con agentes químicos, que son elementos empleados para la dispersión de manifestaciones y marchas. Pero “los dirigentes del Movimiento Al Socialismo han indicado que van tomar las armas y para esta situación también estamos preparados, el Ejército está preparado”, enfatizó.
Ante este lenguaje incendiario, la alta comisionada de la ONU para los derechos humanos, Michelle Bachelet, dijo este viernes que le preocupan las amenazas que han sufrido algunos políticos y el aumento de los ataques físicos.
"Es fundamental que todas las partes eviten más actos de violencia que puedan provocar una confrontación", pidió la más alta responsable de derechos humanos de la ONU. "Saludo la determinación del pueblo boliviano de participar en las elecciones", señaló la ex presidenta de Chile, y agregó que "todos deberían poder ejercer el derecho al voto en paz, sin intimidaciones ni violencia".
La anulación de las controvertidas elecciones del 20 de octubre del año pasado dio lugar a manifestaciones ciudadanas a favor y en contra de Morales, a enfrentamientos y represión por parte de las fuerzas de seguridad, en una serie de eventos en los que murieron al menos 37 personas y más de 800 quedaron heridas.
Bachelet recordó esos hechos y recalcó que "nadie quiere que se repitan" porque la consecuencia fue que "todos salieron perdiendo" con esa explosión de violencia.
Frente a las graves violaciones de los derechos humanos que ocurrieron luego de la anulación de las elecciones de 2019, la oficina de Bachelet envió una misión especial a Bolivia, que desde noviembre supervisa la evolución de la situación e informa si detecta hechos alarmantes.
La ONU suscribió otro llamado junto a los obispos católicos bolivianos y la Unión Europea -que envió una misión de observación electoral al país- donde pide a los líderes políticos locales "evitar la violencia durante y después del proceso electoral".
La Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) también llamó este viernes a celebrar unas elecciones “en paz” para un país "justo y libre" y condenó todo acto de "violencia" e "intolerancia". En un comunicado, el secretario general de la CEB, Aurelio Pesoa, pidió votar "en conciencia y libertad".
"Reiteramos la llamada a los electores bolivianos a participar activamente en la jornada electoral emitiendo su voto, en conciencia y con libertad ante las diferentes alternativas políticas", señaló Pesoa.
El obispo apuntó, además, contra los grupos que están promoviendo una reacción violenta si los resultados electorales no son favorables a sus candidatos. “Condenamos cualquier intento de empañar la jornada electoral con llamadas a la violencia, actos de intolerancia y vandalismo”, enfatizó.w
El gobierno interino dijo que las fuerzas de seguridad están listas “para usar las armas”.