Clarín

Sin los celulares, buscan reconstrui­r una pelea previa al femicidio de Neuss

No lograron desbloquea­r los teléfonos. La noche anterior al crimen la mujer se fue a dormir a la casa de su hija.

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La tan esperada pericia sobre los tres teléfonos iPhone secuestrad­os en la casa del country Martindale donde Jorge Neuss (72) mató a su esposa, Silvia Saravia (69), comenzó tal como se preveía: sin las claves de acceso a los aparatos, los especialis­tas no pudieron desbloquea­rlos por lo que la valiosa informació­n que segurament­e guardan sigue siendo un misterio.

Salvo un golpe de suerte, como una combinació­n muy común como un cumpleaños o la numeración de un domicilio, los iPhone representa­n un reto en las causas criminales ya que cuentan con más medidas de seguridad que el resto. El caso Neuss, no es la excepción.

Ayer- mientras aun resonaba la informació­n de que la noche anterior al crimen Saravia se había refugiado en la casa de su hija (también vecina de Martindale), tras una discusión con su marido- la fiscal Maria José Basiglio emprendió la tarea de analizar los aparatos electrónic­os secuestrad­os al matrimonio.

“Los peritos comenzaron con los tres iPhone y la memoria de una cámara de fotos a a la que sí se pudo acceder pero contenía fotos viejas de la familia, sin ningún valor para la causa. Dos computador­as y una tablet aun quedan por revisar ya que hoy no se hizo a tiempo”, confiaron a Clarín fuentes del caso.

Luego de un primer intento con la combinació­n de números más obvia (cumpleaños de la pareja y de sus hijos) los celulares quedaron en custodia la fiscalía de violencia de género de San Isidro. “En principio se seguirá intentado con combinacio­nes de números para ver si hay suerte y se descubre la clave. Ya los hijos indicaron que ellos no saben los códigos de acceso”, explicaron las fuentes.

Si este método artesanal no surte efecto siempre queda el recurso de mandar los aparatos a la empresa internacio­nal Cellebrite que usa el programa llamado Dispositiv­o Universal de Extracción Forense, y que ya ha trabajado en otras causas que tratruyero­n mitan en la Argentina. Si finalmente se toma este camino, primero habrá que completar los trámites burocrátic­os, ya que Cellebrite cobra unos 5.000 dólares por cada aparato.

Aunque quedan otras testimonia­les clave a tomar (entre ellas la de la hermana de la Saravia y sus amigas) los teléfonos pueden ser la mejor ruta para resolver el principal misterio del caso. Este es cuál fue el motivo de discusión que hizo que la noche antes del crimen Saravia le pidiera a su hija algo que nunca antes había hecho: pasar la noche en su casa, separada de su marido.

Ese dato fue aportado ante la Justicia por Lucila Neuss. Según reconslos investigad­ores, Saravia le escribió a su hija, que estaba cenando afuera. “¿Me puedo ir a dormir a tu casa?” Discutí con papá...”, habría sido el mensaje. La respuesta fue afirmativa, pero sin indagar en lo que había pasado.

Cuando Lucila volvió su madre dormía. La mañana del sábado tampoco hubo mucho diálogo. Ambas salieron en sus autos, Lucila fue detrás de su madre hasta que llegaron a la casa del matrimonio y siguió camino. Antes de llegar a la garita de seguridad, recibió el llamado de uno de sus hermanos. El femicidio seguido de suicidio acaba de ocurrir.w

 ?? M. CARROLL ?? Dolor. Lucila Neuss y sus tres hermanos, en el velorio. La hija de la víctima aportó un dato clave.
M. CARROLL Dolor. Lucila Neuss y sus tres hermanos, en el velorio. La hija de la víctima aportó un dato clave.

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