Fernández, con el PJ en la CGT: “Menos mal que gobierna el peronismo”
Políticos y jueces Sergio Massa propone que todos ellos paguen el impuesto a la riqueza
El Presidente habló en la CGT, acompañado por Massa, Máximo Kirchner, Kicillof y 7 gobernadores. “A la Argentina enferma la curaremos nosotros”, dijo, en busca de respaldo para una gestión complicada con la pandemia.
Cristina no fue, pero publicó un tuit recordando a Néstor Kirchner. Hubo una marcha de micros y camiones por el Centro porteño que impulsó Moyano. Y manifestantes en varios puntos del país con autos y con banderas.
El presidente Alberto Fernández encabezó el acto por el Día de la Lealtad, que se planteó desde las entrañas del Gobierno como un relanzamiento de la coalición oficialista de cara al año electoral. Desde temprano, miles de manifestantes se movilizaron mayoritariamente en autos hacia la Plaza de Mayo en la que se convirtió en la primera movilización en apoyo al oficialismo desde el 10 de diciembre y en el marco de la pandemia.
Desde el escenario montado en saunidad lón Felipe Vallese de la CGT, el Presidente rechazó que el acto fuera una respuesta a los banderazos motorizados por la oposición. “Leí que decían que este era el antibanderazo. Sentimos solo amor por nuestro pueblo, acá no hay odios ni rencores. Aquí lo que hay es ganas de poner de pie a la Argentina”, sostuvo. Un rato antes, en el inicio de su discurso de casi 20 minutos -el único en vivo de toda la jornada- había comparado el escenario de 1945 con el actual.
Lo escuchaban con barbijo y distancia social 50 referentes de todas las extracciones del Frente de Todos: los gobernadores de Buenos Aires, Tucumán, Chubut, Catamarca, Chaco, San Juan y Entre Ríos; los jefes de la CGT y de la CTA oficialista, intendentes del PJ bonaerense, pocos ministros y referentes de las organizaciones sociales con cargos en el Ejecutivo. Sobresalían, entre tantos, el jefe del bloque de Diputados Máximo Kirchner y el titular de la Cámara Baja Sergio Massa. La gran ausente fue Cristina Kirchner, que se limitó a tuitear (ver página 9).
En el Gobierno relativizaron el faltazo y se mostraron eufóricos por la movilización hacia Plaza de Mayo que se replicó en varias ciudades del país.
La presidenta del Senado no siguió de manera virtual el acto. En cambio, sí estaban conectados dirigentes y militantes de todo el país; entre ellos el resto de los mandatarios provinciales del peronismo, incluido el cordobés Juan Schiaretti.
Ni los organizadores del acto ni el jefe de Estado explicitaron el ofrecimiento que el consejo directivo del PJ le trasladó al jefe de Gabinete Santiago Cafiero semanas atrás para que Fernández se haga cargo del partido.
El Presidente envió un mensaje de puertas adentro de la coalición “acá no sobra nadie”, dijo), pero también buscó mostrarse receptivo para sumar nuevos sectores al armado y volvió a tender la mano a los empresarios en el que fue el último de una serie de gestos al sector. “Estoy seguro de cuáles son los intereses que represento (…) y que los primeros que vamos a socorrer son los que están en peor situación y lo vamos s hacer con el acuerdo de todos. Vamos a convocar a los mejores argentinos para que entiendan aquello que dijo Perón: `únanse`”, insistió.
La pandemia ocupó buena parte del discurso presidencial. Fernández defendió la gestión sanitaria del Gobierno y aludió contra la herencia macrista en materia económica, pero también de infraestructura. “Si la pandemia no se fue de las manos es porque cada gobernador y este Presidente nos pusimos al frente para garantizar el sistema de salud que otros destruyeron”, dijo.El mandatario mencionó un comentario que le hizo el gobernador pampeano Jorge Ziliotto. “Dios debe ser peronista, porque menos mal que el peronismo está gobernando en este momento”, enfatizó entre aplausos.
Fernández, que por la mañana en un acto institucional aprovechó para visitar el lugar de detención de Perón en la Isla Martín García junto a Axel Kicillof agradeció a la militancia que salió a las calles para respaldarlo. “Hubiese preferido que se quedaran en sus casas”, dijo.
Desde el mediodía, seguidores del
oficialismo se movilizaron en automóviles hacia la Plaza de Mayo. Grupos minoritarios lo hicieron a pie y sin distancia social posible. La convocatoria digital ideada por el Frente de Todos que permitía elegir una ubicación virtual en lugares icónicos como la Plaza de Mayo naufragó. El sitio colapsó y el subsecretario de Asuntos Políticos Miguel Cuberos habló de ataques virtuales desde 40 servidores extranjeros. Para Kicillof fue otra forma de violencia. “Los cibergorilas no descansan”, remató el presidente del PJ José Luis Gioja.
Más temprano, el frente sindical que conduce Hugo Moyano protagonizó “la caravana de la lealtad” con camiones y colectivos que inundaron la 9 de Julio hacia el Obelisco. “Con la movilización quisimos transmitir nuestro respaldo al Gobierno en su conjunto. Desde el presidente hasta la vicepresidenta; los diputados, los senadores, todos son nuestro gobierno”, expresó el líder camionero, enfrentado con la conducción de la CGT, durante la conferencia de prensa posterior en el gremio de mecánicos SMATA. Moyano cargó contra el gobierno anterior y las marchas “de señoras bien vestidas”. ■