La bielorrusa que vivió una pesadilla por protestar contra su presidente
El nombre de Yelena Levchenko tal vez le diga poco a aquella persona no fanática del basquetbol, pero se trata nada menos que de quien fue elegida la mejor pivot del Mundial 2010 y quien fue finalista de la WNBA en la misma temporada con Atlanta. El jueves, a Levchenko, de 37 años y olímpica en los Juegos de Beijing 2008, se le terminó un calvario: fue liberada luego de 15 días de arresto por manifestarse contra el autoritario y controvertido presidente bielorruso Alexandr Lukashenko.
La razón de la detención había sido su presencia en dos marchas realizadas en Minsk, la capital bielorrusa, contra el gobierno que Lukashenko encabeza desde hace nada menos que 26 años.
Levchenko, que se formó basquetbolísticamente en Estados Unidos pero nunca declinó representar a su país, participó de las protestas pacíficas del 23 de agosto y el 27 de septiembre y tres días más tarde se la condenó al arresto administrativo en el centro de reclusión de Okréstina del que se elaboraron múltiples denuncias por abusar y torturar a los manifestantes.
La jugadora había criticado, además, el espacio encabezado por Lukashenko, acusado de manipular los resultados de las elecciones presidenciales del 9 de agosto.
El político, que alguna vez dijo que “mi posición y el Estado nunca me permitirán llegar a ser un dictador, pero gobernar con estilo autoritario es una característica mía y siempre lo admití”, se mantiene en la presidencia desde 1994 y ganó los últimos comicios con alrededor del 80 por ciento de los votos, no sin antes ser acusado de fraude electoral.
“Pusieron mi salud en peligro. Me requisaron el colchón y las sábanas. No había agua caliente. No me dejaron ducharme por 13 días, bloquearon la cadena del inodoro, estuve viviendo en un nido de bacterias, tengo piojos”, enumeró Levchenko.
La basquetbolista, que fue una de 830 deportistas que firmaron una petición para ponerle fin a la violencia policial, castigar a los responsables de la represión, liberar presos políticos y convocar a unas nuevas elecciones, también se mostró muy crítica con el decreto emitido por el ministro de Deportes, Serguéi Kovalchuk, que obliga a los deportistas a cantar el Himno nacional y no hacer declaraciones en los medios sin la autorización del gobierno.
La misma decisión también obliga a los deportistas a utilizar o mostrar sólo la bandera roja y verde de Bielorrusia y los símbolos nacionales alusivos en una clara oposición a la enseña rojiblanca que se convirtió en uno de los símbolos de las protestas.
Levchenko denunció “presión psicológica” sobre los atletas de us país y consideró que los decretos son una violación de los derechos humanos. “Según el artículo 33 de nuestra Constitución cada persona tiene libertad de opinión, convicción y expresión. Nadie puede ser obligado a expresar sus opiniones o renunciar a ellas. ¿Cómo puede ser posible que se viole la Constitución?”, comentó.
Finalmente Levchenko aseguró que Bielorrusia es un país que “se parece cada vez más a Corea del Norte”. Y aseveró: “En el siglo XXI no es posible adoptar esos métodos en un país que está ubicado en el centro de Europa”.