Clarín

El plazo a Guzmán y una duda: ¿a quién le tocará devaluar?

Deseo. El ministro de Economía quiere cerrar el acuerdo con el FMI en diciembre y que el Presupuest­o se vote con consenso amplio. La brecha cambiaria lo complica.

- Ignacio Miri imiri@clarin

El castigo del empoderami­ento le llegó a destiempo a Martín Guzmán. Con los exportador­es liquidando ventas a un ritmo insignific­ante en comparació­n con la marea de personas y empresas que están ansiosos por sacarse los pesos de encima, el ministro de Economía asiste, semana a semana, al desesperan­te espectácul­o de comprobar que sus decisiones viven en el mundo real muchos menos días que los que permanecie­ron en la imaginació­n de los funcionari­os antes de convertirs­e en resolucion­es.

Le ocurrió con las medidas que buscaban fomentar la venta de los granos -que el propio Alberto Fernández ya dio por fracasadas- y le sucedió también con los retoques destinados a bajar el precio del dólar de contado con liquidació­n.

Esa entronizac­ión le llegó a destiempo porque Guzmán -y también el Presidente- apostaba a conseguir que el FMI aprobara en diciembre la nueva línea de crédito para pagar los vencimient­os de la deuda que tomó Mauricio Macri. Las urgencias ya habían pulverizad­o el plazo original de abril para el cierre de esa negociació­n que se había impuesto Sergio Chodos en un principio y por eso en el Gobierno empezaron a hablar de la nueva fecha. Incluso, funcionari­os que hablan con el Presidente analizan la posibilida­d de negociar con los funcionari­os de Kristalina Georgieva una extensión de ese crédito para que la Argentina pueda contar con dólares frescos para apuntalar las reservas del Banco Central.

Antes de esa fecha, el Gobierno tendrá que tener el Presupuest­o 2021 aprobado en el Congreso. La intención del oficialism­o es mostrarle al FMI una ley votada con un consenso importante.

Para lograr ese objetivo, Máximo Kirchner está dedicado a contener a los diputados propios, Eduardo Wado de Pedro a asegurar votos entre los gobernador­es peronistas y Sergio Massa a atraer los de los gobernador­es de Juntos por el Cambio, de los partidos provincial­es e incluso de parte de los diputados cambiemita­s que no responden a gobernador­es. Todo eso se consigue, como le pasaba al muchacho del tango, pagando como un chabón.

Esa agenda tiembla con las distintas encarnacio­nes del dólar escalancon do a cada hora. ¿Cuánto tiempo más será ministro Guzmán? “Alberto lo quiere bancar hasta que se firme el nuevo acuerdo con el Fondo, pero...”, le escribió a Clarín a modo de respuesta uno de los dirigentes que hablan varias veces por semana con Guzmán y con el Presidente. “La duda es si va a devaluar él o va a devaluar el ministro de Economía que venga después de él”, dice un diputado oficialist­a. “No hay una crisis profunda, pero hay un malestar y eso hace que a Martín no le duren ni un día las medidas”, completa uno de los ministros del área económica del Gabinete.

El miedo al fogonazo inflaciona­rio que desencaden­ará una devaluació­n y el aumento de la pobreza que traerán aparejados esos aumentos es lo que está retrasando una decisión que el mercado hace rato da por segura. La percepción de que la distorsión cambiaria no tiene posibilida­d de perdurar es tan ubicua que empresas tan disímiles como las automotric­es y los corralones de materiales toman la misma decisión: no vender. No se ofrecen autos porque tienen componente­s importados y no se despacha cemento porque su precio está atado al dólar, pero tampoco se oferta la arena que se recoge del río. Es el problema que tienen las pizarras del dólar en la Argentina: uno las mira y ya no hay que explicar nada más.

Para dar una idea del dramatismo que viven en el Gobierno esa cuestión, ya hay varios funcionari­os que saludan la iniciativa que impulsaron los ministros de Turismo y de Transporte para permitir los vuelos desde Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y Chile. Esa medida, que será aprobada en los próximos días, permitirá que ciudadanos de esos países lleguen a la Argentina a aprovechar la diferencia cambiaria que ofrecerán los arbolitos que los perseguirá­n en cada paso que den. Van a tener que comer muchos bifes de chorizo y dar muchas propinas en San Telmo para mover algo la aguja del mercado cambiario.

Ese clima enrarecido es el que, a cada rato, genera descontent­os dentro del Frente de Todos. Máximo estuvo el tiempo mínimo y necesario en el acto del 17 de octubre en la CGT. No es momento para andar festejando nada, dijo cuando se fue del evento en el que habló al Presidente. En su espacio también están desalentan­do la fanfarria del 27 de octubre con la que el Gobierno quiere celebrar un año del triunfo en las elecciones presidenci­ales de 2019, una fecha que coincide con los diez años de la muerte de Néstor Kirchner. Sectores del Frente de Todos ya dicen que lo ideal sería dejar flores en la Plaza de Mayo y hacer circular discursos de Kirchner en las redes sociales y no mucho más, como para dejar constancia de la vocación de austeridad. ■

El miedo al fogonazo inflaciona­rio retrasa una decisión que el mercado da por segura hace rato.

 ??  ?? Dólar. La brecha cambiaria entre las diferentes variantes de la divisa estadounid­ense hace crecer los rumores de cambios en el equipo económico.
Dólar. La brecha cambiaria entre las diferentes variantes de la divisa estadounid­ense hace crecer los rumores de cambios en el equipo económico.

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