Fernández mantiene el Gabinete, pero pide “más acción” de sus ministros
En medio de la suba del dólar, el Presidente insiste en que no hará cambios. Pesce tendrá un perfil más técnico.
"Necesitamos diez Katos más". En el anillo de funcionarios de mayor confianza que rodea a Alberto Fernández hay una frase que se repite cada vez que se alude a las críticas que desde afuera -y no tanto- del Gobierno reciben los ministros. No se trata de una cuestión de afinidad: la mención al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, tiene que ver con su alto nivel de ejecución presupuestaria cercana al 70 por ciento, con una ampliación incluida- y el equipo homogéneo de trabajo que trazó en un ministerio nuevo y a pesar del impacto en el funcionamiento operativo que dejó la pandemia. Y por la predisposición del ex alcalde de San Martín para erigirse en un defensor del Gobierno en todos los temas en los medios de comunicación.
Pese a todo, el Presidente asegura estar decidido a no hacer cambios y a mantener el mismo equipo. Esto implica apuntalar a ministros a los que considera claves, como Martín Guzmán, que producto de la anomia en la toma de decisiones económicas había quedado golpeado, y también darles una nueva oportunidad a otras figuras cuestionadas, como María
Eugenia Bielsa (Desarrollo Territorial y Hábitat) y el titular del Banco Central, Miguel Pesce.
En un momento de fragilidad interna y fuerte tensiones internas dentro de la coalición gobernante, el mensaje que baja el Presidente, junto al jefe de Gabinete, Santiago Cafiero;
a todos es simple, pero contundente: "Necesitamos más acción".
En el respaldo a Guzmán hay también una autocrítica implícita del Presidente: fue él quien tomó el consejo de Pesce, de endurecer el cepo, pese a la resistencia del ministro que venía de lograr el acuerdo con los bonistas y apostaba a que el goteo de dólares se detuviera sin imponer más restricciones, con una estrategia de confianza. Con el resultado puesto, una mayor volatilidad de los mercados, Fernández no tardó en entender el error. De ahí a que haya definido, como explican cerca suyo, la necesidad de que haya "un solo interlocutor económico".
Pesce sigue en la mira. Es cuestionado por el kirchnerismo duro desde aquel viernes de abril, cuando en plena cuarentena dura y por una mala organización del Banco Central, millones de jubilados se agolparon en las puertas de los bancos para cobrar sus haberes, exponiéndose a contagios. Esto le valió el cargo en la ANSeS a Alejandro Vanoli,.
El lunes a la noche, Pesce mantuvo una larga reunión con Fernández. El saldo, hacia adelante es claro: su trabajo será técnico y no habrá más disputas de poder.
Diferente es la situación de Bielsa. El jefe de Estado le pidió más iniciativa en la gestión dos veces, pero el nivel de ejecución de su ministerio sigue muy bajo y los reproches de gobernadores e intendentes oficialistas y opositores, sin distinción partidaria, se acumulan. “No descartamos nada”, se atajan desde el entorno del jefe de Estado, quien la próxima semana de todos modos flanqueará a la ministra: “Estamos dejando todo para que arranque", deslizan, con ironía.
El Presidente pidió más ejecución del gasto al ministerio de María Eugenia Bielsan.
Fin de año, con los números ya consolidados del Presupuesto, será una fecha clave en ese sentido. Por lo pronto, ya empieza a sonar el nombre de un intendente del Conurbano como su posible reemplazante.
El caso del secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, es atípico. Cultor del perfil bajo, en las últimas horas sorprendió al romper el silencio en un acto con el Presidente.
Pero no se trata todo de gestión. Los funcionarios recibieron además el pedido de disputarle el terreno mediático a la oposición y "no dejarle pasar una" al ala dura de Juntos por el Cambio. El affaire Venezuela, en el que Carlos Raimundi y Alicia Castro desafiaron al Presidente, generó reproches al canciller Felipe Solá por no zanjar más rápido la discusión mediática.■