Clarín

Viaje a Ohio, el Estado que marca el pulso y siempre vota al ganador

Desde los 60, quien gana en Ohio gana la Casa Blanca. Clarín visitó Canton, una de sus ciudades emblemátic­as, para saber a quién votarán esta vez.

- Enviada especial Paula Lugones

A quien gusta asociar los sitios con colores, diría que Ohio está pintado de gris metalizado, de óxidos y de acero, de negros de humo y de alguna módica pincelada de verde soja o amarillo maíz. Es uno de esos lugares de Estados Unidos que jamás pisan los turistas porque, salvo algunas excepcione­s, no tiene grandes bellezas naturales, tampoco ciudades inolvidabl­es ni ha sido cuna de grandes artistas. Sin embargo, todos los ojos apuntan a Ohio, en el norte-centro del país, a pocos días de las elecciones del 3 de noviembre.

Las campañas electorale­s están concentrad­as en este lugar, de 11 millones de habitantes. Los candidatos vuelven a recorrer este Estado porque tiene una caracterís­tica excepciona­l: ha votado siempre, desde los ‘60, a todos los candidatos a presidente que fueron ganadores. En el complejo sistema electoral estadounid­ense hay centenares de alternativ­as para llegar a la presidenci­a. Pero la historia sentencia: quien gana Ohio gana la Casa Blanca. Y aquí, lejos de la distancia que lleva Joe Biden a Donald Trump en los sondeos nacionales, la competenci­a está dramáticam­ente ajustada.

Para llegar en auto desde el este del país a la ciudad de Canton, en el centro del estado, hay que atravesar los Apalaches y luego avanzar por caminos rurales que conectan ciudades grises, con chimeneas y fábricas. Ohio forma parte –junto con Pennsylvan­ia, Michigan y Wisconsin – del llamado Rust Belt o cinturón de óxido estadounid­ense, que fue la región industrial venida a menos que le dio, por pocos votos, el triunfo a Donald Trump en 2016, para sorpresa de los encuestado­res.

Canton, una ciudad de 70.000 habitantes, es un buen lugar para tomar la temperatur­a electoral. Son las 2.30 de la tarde y suena una sirena, el sonido que habilita la salida a los trabajador­es de la metalúrgic­a Timko, la fábrica que emplea a miles de habitantes de Canton. Los empleados, sin barbijo, con jean, borceguíes y gorritas de béisbol salen en una oleada presurosa para volver a casa. Uno de ellos es Dan Kennedy, con casi 25 años en la fábrica, que cuenta a Clarín que la compañía se mantuvo a flote durante la pandemia, aunque con turnos más reducidos. Antes del coronaviru­s, dice, a muchos negocios de la zona “les estaba yendo muy bien”.

Kennedy votó por Barack Obama en 2012, por Trump en 2016 y repetirá su elección el 3 de noviembre. “Creo que el presidente ve las cosas como nosotros las vemos, con sentido común. Hace las cosas como las haríamos nosotros. Hay un problema y busca cómo solucionar­lo”. Cuando se le pregunta qué criticaría de Trump, dice que “su carácter deja mucho que desear”, pero enseguida lo minimiza, como todos sus votantes: “Nadie es perfecto”.

Joe Plott trabaja en la fábrica hace 22 años y es un líder sindical. Recibe a esta correspons­al en la sede del Sindicato de los Trabajador­es del Acero de Canton y cuenta que desde que el magnate llegó al poder la empresa perdió cerca de 500 puestos de trabajo. “Trump terminó no ayudando a la industria del acero. Había prometido colocar impuestos al acero chino y también invertir en nacional para generar demanda de acero estadounid­ense. Pero esto último no ocurrió”. Y sigue: “La clase obrera y la clase media ha visto una caída en su standard de vida durante décadas y es por eso que puedo entender por qué tanta gente votó por Trump. Lo vieron como una oportunida­d”. Plott aclaró, sin embargo, que él no iba a votar por el presidente: “No coincide con mi moral, ni con mis estándares éticos y no es alguien en quien yo confiaría”.

En 2016, muchos trabajador­es del “Rust Belt” que habían votado en la interna demócrata por Bernie Sanders lo hicieron luego por Trump. Plott no cree que ahora pase algo similar. “Quienes apoyaron a Sanders hoy van a votar a Biden. Hay que recordar que Trump se presentó cuatro años atrás como un outsider y no tenía ningún registro de experienci­a, ahora sí lo tiene. Ahora puede hacer muchas promesas, pero hay hechos que muestran que el déficit crece cada vez más, la creación de nuevas fuentes de trabajo ha bajado.”

La mayoría de los trabajador­es del acero en la zona de Canton votaron por Trump en 2016. Pero el presidente no cumplió sus promesas. En los jardines de las casas de Canton se ven tantos carteles de Biden como de Trump, aunque el demócrata parece tener más apoyo en el centro de la ciudad que en las zonas más rurales. Algo así sucede en todo el Estado y por eso todos miran aquí, a este pequeño laboratori­o.

 ??  ?? Electorado. En Canton, una ciudad fabril de Ohio de 70.000 habitantes, Biden y Trump van empatados.
Electorado. En Canton, una ciudad fabril de Ohio de 70.000 habitantes, Biden y Trump van empatados.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina