Clarín

David Letterman

“Pensé que habíamos terminado para siempre”

- Traducción: Patricia Sar Dave Itzkoff

“¿Qué pasa con las familias de las más de 220 mil personas que murieron? Pregunto”.

El exitoso conductor de TV opinó sobre la pandemia, Trump, y la nueva temporada de su ciclo “No necesitan presentaci­ón”.

Unos días después de los ataques terrorista­s del 11 de septiembre de 2001, David Letterman se sentó detrás de su escritorio en el Late Show de la CBS y compartió la historia de una manifestac­ión en Choteau, Montana, con el fin de recaudar dinero para Nueva York. Al sentirse sofocado, dijo a sus televident­es: “Si eso no les dice todo lo que necesitan saber sobre el espíritu de los Estados Unidos, entonces no puedo ayudarlos”.

Diecinueve años después, con el país en medio de una pandemia, a Letterman -que esta semana regresó a Netflix- le fue difícil conjurar cualquier anécdota que fuera igualmente inspirador­a.

Una mañana de la semana pasada, este veterano presentado­r nocturno, locutor y comediante, que ahora tiene 73 años, estaba sentado en un parque, contemplan­do el río Hudson y hablando sabiamente sobre el puente del gobernador Mario M. Cuomo.

“Parece un poco inacabado”, dijo a través de una máscara de tela que apenas le sujetaba su barba rebelde. “¿No parece que el chico nuevo tiene que diseñarlo?”. Pero la verdad es que Letterman estaba más melancólic­o que alegre. Aunque él, su esposa, Regina, y su hijo, Harry, permanecie­ron a salvo, conoce a varias personas afectadas por el coronaviru­s, algunas de las cuales murieron por esa causa. Y se siente profundame­nte frustrado por lo que cree que fueron esfuerzos inconsiste­ntes a nivel nacional para informar a la gente sobre la pandemia y mitigar su propagació­n.

Aunque no es la víctima más devastador­a, el programa de entrevista­s de Letterman en Netflix, No necesitan presentaci­ón con David Letterman, regresó anteayer, aunque casi se interrumpe. Había grabado dos episodios, con Kim Kardashian West y con Robert Downey Jr., antes de la pandemia, y creía que la temporada, y tal vez la serie, había terminado.

En cambio, pudo producir dos episodios más bajo circunstan­cias sustancial­mente diferentes: uno con Dave Chappelle, que se grabó en un pabellón al aire libre en Yellow Springs, Ohio; y otro con Lizzo, en su estudio casero de Los Ángeles, sin público.

Para Letterman, cada uno de estos episodios le ofreció una mayor enseñanza en la evolución del entretenim­iento y una visión más profunda como entrevista­dor y observador de la naturaleza humana.

Aún así, se encontró anhelando lo que llamó “los días despreocup­ados de tonterías”, cuando podía “llevar a la gente al teatro y hablarles durante una hora, y cuando terminábam­os salía a saludar a la multitud y les daba la mano, y todos querían besarme”.

-¿Cómo fue la pandemia para vos? ¿Cómo es ahora?

-Como todo el mundo, te olvidás de ella. A los seis u ocho meses, seguís hablando como si las cosas fueran normales, y luego es, oh, no, no podemos hacerlo debido a la pandemia. Al principio fue más que espantoso. El marido de una mujer que trabajaba en Late Show murió. Un profesor de la escuela de Harry murió. Paul Shaffer y su esposa lo tuvieron. Barbara Gaines, productora del programa, y su pareja, lo tuvieron.

-¿Cómo se siente entrar en contacto con gente en otras partes del país que no parece tomarse la pandemia tan en serio?

-Eso me pone muy triste. Porque aprendimos una lección que estas otras personas están dejando de lado. Estaba hablando con un amigo, y estaba furioso con el alcalde de su ciudad por mantenerla cerrada, y dijo: “Bueno, ese tipo nunca será reelecto”. Y pensé, ¿le digo lo que puede ser esto realmente? Pronto estaremos viendo un cuarto de millón de personas muertas. Pero no quería discutir.

-Después de los ataques del 11S, hiciste varios monólogos en “Late Show” donde trataste de unir los espíritus de sus televident­es. ¿Tenés ganas de decir algo similar ahora?

-¿Algo aplicable a estos tiempos? Desearía tener los medios para decir algo significat­ivo. Pero con relación a toda esta gente que se resiste a la idea de la prevención, no dejo de pensar: ¿Qué pasa con las familias de las 220.000 personas que murieron? Me pregunto cómo se sienten. No lo entiendo. No tengo otra solución que hacer lo que se me dice: cuidá de vos y de tu familia.

-¿Cómo afectó la pandemia tu trabajo en la serie de Netflix?

-Pensé que habíamos terminado para siempre. De verdad. Al principio, parecía realmente como, Dios santo, que venían por encima del muro, todos íbamos a morir. La gente sigue recordándo­me que, a mi edad, soy particular­mente vulnerable. Lo cual no aprecio en absoluto. “Papá, sabés que estás cerca de los 100 años, será mejor que no salgas”.

-¿Cómo decidiste continuar con tu temporada?

-Teníamos dos episodios más (con Lizzo y Dave Chappelle) en preproducc­ión, y estábamos ansiosos por hacer algo. Los hicimos en un período muy corto, y luego volvimos a casa. En ese momento, había protocolos de la compañía de producción y de Netflix que teníamos que cumplir, con mucho gusto, y lo superamos bien.

-Debido a la pandemia, este episodio no tiene público, son sólo ustedes dos hablando en su estudio casero. ¿Te hizo replantear­te cómo podrías enfocar la serie de cara al futuro?

-Se sintió mucho más relajada, y creo que eso es todo lo que hizo. Era tan amable y agradable, y lo que realmente me hizo caer fue su habilidad con la flauta. Siempre fui yo el que pensó que teníamos que tener un público, porque así es como se construyó el espectácul­o, el público generó el momento oportuno. Pero, en el futuro, el requisito de un público no es esencial.

-¿Alguna vez te ves temiendo por el futuro de este país?

-Lo hacía hasta hace poco. Y ahora tengo confianza en que cambiaremo­s de presidente en un par de semanas. Y será una gran victoria. No sólo para nuestra cultura, sino que el simple hecho de votar habrá sido la razón por la que el resto de nuestro país se recompuso, y, en muchos sentidos, se habrá salvado de lo que parece ser una tiranía. Será una gran victoria en muchos frentes, entre ellos el de llamar la atención sobre la valiosa libertad del voto. ■

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NYT Todos unidos triunfarem­os. Cree que, en dos semanas, Trump tendrá que dejar la Casa Blanca.

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