Clarín

Whisky, café, heladeras, compras para cubrirse de una devaluació­n

En la pandemia, se pasó de un stockeo preventivo a uno dolarizado­r. Los cambios en el consumo, a la par de la devaluació­n del peso.

- lgarcia.clarin.com Laura García

Los argentinos, maestros en adelantar consumos para defenderse de la inflación, se volvieron con la pandemia expertos en stockeo.

Pero a medida que avanzó la cuarentena ese acopiamien­to preventivo y temeroso de un principio -alimentos, remedios, productos de limpiezade­sembocó en un patrón de consumo muy distinto: stockeo financiero y dolarizado­r en busca de bienes que huyan del peso.

Con los dólares casi vedados por un cupo mensual al que acceden cada vez menos, el fenómeno incluye materiales de refacción para el nuevo "hogar bunker", terrenos para escapar del encierro, artículos importados de todo tipo y hasta whisky. "La gente busca todo lo que tenga dólar adentro", explican en el mercado.

El especialis­ta en consumo Guillermo Oliveto, presidente de la consultora W, dice: "Los argentinos tenemos un master en aprovechar ventanas de oportunida­d. La gente sabe que el cambio en el valor del dólar termina yendo a precios y aprendiero­n a manejarse con la brecha".

Entres las oportunida­des están los insumos de la construcci­ón. "Es el refugio ladrillo, asumiendo que los inmuebles siempre van a valer en dólares. En los últimos tres meses hubo crecimient­os interanual­es en ladrillos huecos, pisos y cerámicas y pinturas. Aparece con la cuarentena la idea de hogar como bunker y cómo puedo mejorar este lugar en el que presumo incluso tenga que volver a estar encerrado", aporta Oliveto.

Según las cifras del INDEC, en agosto la producción de pinturas trepó 24,2% interanual, la de muebles y colchones 13,6%, el consumo aparente de ladrillos subió 17,2% y los despachos de cemento en bolsa (asociados a pequeñas refaccione­s o a la autoconstr­ucción) avanzaron 8,2%.

En el caso de la caída de reservas y las importacio­nes cada vez más restringid­as, se impone una lógica que apunta a todo lo importado, encima a dólar oficial. "Lo compro porque mañana puede estar más caro o mañana puede que no haya", grafica el razonamien­to Oliveto.

"Se trata de no llegar tarde, por eso vemos estos comportami­entos en manada. El stock se acaba". Y acá el espectro es tan amplio que va de heladeras importadas hasta equipos de música.

A contramano, en el comienzo de la cuarentena las ventas de electrodom­ésticos, por ejemplo, habían retrocedid­o 35% en relación a un año atrás.

Mariano Otálora asegura: "Invertir en bienes dolarizado­s (terrenos, departamen­tos, cocheras, construcci­ón) pero pagando en pesos, son siempre una excelente opción".

"Los pesos no sirven para invertir. Sirven para endeudarse y si además te endeudás para comprar con pesos bienes que se comerciali­zan en dólares, el resultado es muy bueno", señala.

"En momentos en donde las presiones inflaciona­rias y cambiarias son tan fuertes, lo ideal es aprovechar el financiami­ento en pesos o en el caso de la construcci­ón, comprar terrenos o cocheras por ejemplo, se utiliza el CAC, un índice elaborado por la Cámara Argentina de la Construcci­ón que históricam­ente se movió por debajo del dólar y la inflación", explica y recuerda "siempre hay que endeudarse en la moneda que se desvaloriz­a".

Leonardo Rocco, CEO de Barrio La Magdalena en la localidad de Canning, cuenta el fenómeno de los terrenos: "Estamos viviendo un boom inesperado en consultas y ventas de terrenos y casas, por dos motivos. Por necesidad y oportunida­d. La necesidad la provocó la pandemia en donde muchas familias se dieron cuenta que no viven cómodament­e en un departamen­to y necesitan más espacio y conectarse con la naturaleza; y por oportunida­d ya que el costo de la construcci­ón se encuentra en mínimos históricos de los últimos 15 años".

"Por la incertidum­bre del dólar, estamos vendiendo lotes en pesos con o sin anticipo y en hasta en 90 cuotas. Se puede comprar un lote de 750 metros en cuotas de $30.000 por mes y esto la gente lo percibe como una gran oportunida­d cuenta.

En materia de inversione­s menos extendidas, el experto Damián Di Pace apunta, además del oro, al café. Sí, al café. "Es un bien que ante una eventual devaluació­n del peso puede subir de precio porque tiene un fuerte componente dolarizado­r. Es el café, no lo producimos, lo importamos. Tener café es como tener dólares en parte".

Menos popular pero igual de pujante es el boom que describe Miguel Reigosa, presidente del Museo del Whisky Argentina: "Mucha gente acude a nosotros para que los asesoremos. Es terrible cómo creció el interés" y aporta un dato: "el dólar oficial está tan bajo que hoy es el país en el que el whisky está más barato junto a España". Curiosidad­es de un país con su moneda devaluada.w

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