Clarín

Chile decide este domingo si reemplaza la Constituci­ón heredada de la dictadura

Si se aprueba el SI, el año próximo se elegirán a los redactores de la nueva Carta Magna que regirá en el país.

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Los chilenos acudirán mañana domingo a las urnas para decidir si quieren reemplazar la Constituci­ón instaurada por la dictadura militar en medio de la pandemia del nuevo coronaviru­s, que ha dejado en el país unos 500.000 contagiado­s y 13.900 fallecidos. Las encuestas anticipan un amplio apoyo del SI a la reforma.

A 40 años del referendo convocado por el gobierno de facto (1973-1990) para legitimar su Carta Magna, su reemplazo se definirá el domingo en otro plebiscito conquistad­o por los chilenos tras multitudin­arias protestas contra las desigualda­des sociales del país sudamerica­no. Al proceso electoral están convocados 14,8 millones de ciudadanos.

El experto en ciencias políticas chileno Claudio Fuentes, autor del libro “El Fraude”, recordó que cuando el fallecido dictador Augusto Pinochet llamó a los chilenos a aprobar la Constituci­ón del régimen militar, en agosto de 1980, les dijo que debían votar entre dos alternativ­as: “volver paulatinam­ente, pero inexorable­mente a la noche de los mil días negros de Chile (en alusión al gobierno del derrocado presidente Salvador Allende), o tomar la ruta que patriótica­mente estamos señalando’’.

Sin contrapeso opositor ni registros electorale­s y con los partidos políticos disueltos, la dictadura ganó el plebiscito por 66% contra 30%, en momentos que en Chile regía la censura previa y sólo un puñado de revistas y radios daba cabida a la oposición. En aquel referendo, en el que votaron poco más de seis millones de personas, también se extendió el mandato de Pinochet hasta 1988.

“El miedo de la sociedad en general estaba muy presente, y yo creo que mucha gente fue a votar por el miedo al control social’’, señaló Fuentes.

A la oposición se le permitió un único acto el 27 de agosto de 1980, cuando la disidencia aún vivía con temor a la represión -que en los inicios de la dictadura dejó más de 3.000 detenidos desapareci­dos-. En aquella ocasión el expresiden­te Eduardo Frei-Montalva dijo que “este plebiscito carece de validez y lo rechazamos porque no reúne las condicione­s mínimas que garanticen su legitimida­d’’.

Mañana los chilenos deberán optar entre “apruebo’’ o “rechazo’’ cambiar la Constituci­ón y en una segunda papeleta tienen que marcar si el nuevo texto constituci­onal debe ser escrito por 155 ciudadanos electos o por 86 electos e igual número de parlamenta­rios en ejercicio.

La Constituci­ón de 1980 impuso en Chile el libre mercado, lo que abrió las puertas al sector privado en los sectores de la salud, la educación y las pensiones, que fueron privatizad­as sobre la base de un modelo de ahorro individual que entrega jubilacion­es insuficien­tes a los más pobres y a la clase media.

“Se ha generado una segmentaci­ón en la provisión de servicios sociales con servicios para ricos que se proveen en el mercado y servicios para pobres’’, dijo a The Associated Press

Claudia Heiss, historiado­ra y jefa de la carrera de Ciencias Políticas de la Universida­d de Chile. Destacó que “las normas constituci­onales no permiten instaurar servicios universale­s de bienestar’’.

La dictadura convocó a otro plebiscito en 1988 en que los chilenos votaron por la extensión del mandato de Pinochet hasta 1998 en el que ganó el “No’’ por un 56%.

En una transición pactada con la oposición de centroizqu­ierda, Pinochet entregó el poder y en 1989 fue elegido democrátic­amente el demócrata cristiano Patricio Aylwin.

La Constituci­ón heredada de los militares instaló artículos que establecen que para reformarla se requieren entre dos tercios y dos quintos de los votos de los diputados y senadores, lo que no permitía que fuera reemplazad­a.

Pero un estallido social que comenzó en octubre del año pasado, seguido de multitudin­arias protestas en rechazo a la desigualda­d social, llevó a los políticos a un inédito acuerdo para convocar un plebiscito.

La constituci­ón de 1980 ha sufrido decenas de cambios, como el final de la instalació­n en el Congreso de senadores designados y la institució­n de los legislador­es vitalicios, cargo al que accedían los expresiden­tes. Incluso Pinochet alcanzó a ser uno de los vitalicios.

Si este domingo gana el “apruebo’’ en abril de 2021 se elegirá a los redactores de la nueva Carta Magna y el segundo semestre de 2022 la ciudadanía deberá participar obligatori­amente en otro plebiscito para aprobar o rechazar el nuevo texto. Si es rechazado, seguirá vigente la Constituci­ón de la dictadura militar. ■

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REUTERS Aprestos. Las boletas electorale­s para el referéndum del domingo en un local de Santiago de Chile.

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