Clarín

La venta de celulares cae a la mitad y el tiempo de uso ya llega a 30 meses

Por la pandemia bajaron producción y demanda. Dicen que el problema se profundizó cuando los sacaron del Ahora 12.

- Rocío Magnani rmagnani@clarin.com

Por tercer año consecutiv­o, la venta de celulares cerrará a la baja. Así lo determina un estudio de analistas del sector, que proyecta un aproximado de 6,6 millones de equipos adquiridos por compradore­s para el 31 de diciembre, lo que representa la mitad de operacione­s que las concretada­s en 2017. Una de las consecuenc­ias es que la gente usa celulares más antiguos: el tiempo de renovación pasó de 18 meses a los actuales 30 meses.

La consultora Carrier y Asociados publicó un informe, que incluye el mercado informal, en el que advierte que la caída comenzó fuerte en 2018, con 9,4 millones de ventas y se profundizó en 2019 (8,1 millones), en coincidenc­ia con la recesión económica en la Argentina. La disminució­n se destaca en relación a las ventas promedio en los seis años anteriores. Entre 2011 y 2017, se habían vendido unos 13 millones de equipos al año.

“El de la pandemia será el año de menor nivel de ventas de celulares desde el 2004, cuando despegaba la masificaci­ón del servicio –dice el informe-. Que este año estemos hablando de la mitad del volumen histórico habla a las claras del estado del sector. Y del país”.

Es “una situación que se vio agravada por la pandemia, no sólo por sus implacable­s efectos económicos, sino también por haber alterado la normal producción de los equipos, tanto en la provisión desde China como por los cierres de plantas en Tierra del Fuego”, señala el director de la consultora, Enrique Carrier.

Según datos de la Asociación de Fábricas de Electrónic­a (AFARTE), en el primer semestre de 2020 se fabricaron 1.817.765 teléfonos celulares, un 48% menos que en el mismo período del año anterior. La cámara nuclea a las empresas de Tierra del Fuego, donde se producen –por líneas de ensamblado­todos los celulares fabricados de la Argentina por las exenciones impositiva­s de la provincia, y que abastecen –según sus cálculosal 90% del mercado interno.

“Incluso siendo optimista, creo que las ventas de celulares no deberían estar para fin de año por encima de los 5,5 millones”, advirtió a Clarín el presidente de AFARTE, Federico Hellemeyer. “Es difícil prever qué va a pasar de acá a fin de año, porque nosotros tenemos 3,8 millones de celulares fabricados hasta septiembre incluido, pero no sabemos cuánto se va a poder fabricar en estos tres meses que restan por la pandemia”, apuntó.

Las restriccio­nes al mercado de celulares, explicó Hellemeyer, están “tanto por la demanda, porque hay poco poder adquisitiv­o, y por la oferta, porque se fabrica menos de lo que se podría”. El fenómeno de la pandemia, continuó Hellemeyer, se inscribe “en un contexto en el que el consumo venía golpeado de años anteriores, sin ninguna señal de revitaliza­ción hacia principios de 2020”. A partir de octubre, además, el Gobierno nacional retiró el rubro de celulares del plan Ahora 12, que contempla la compra en 12 y 18 cuotas con tres meses de gracia a tasas subsidiada­s de diversos productos y servicios.

“Un celular es un producto con un precio que hace necesario en un contexto como el actual que se estimule su venta a través de algún tipo de herramient­a financiera. Sin el Ahora 12, el consumo se resiente y la gente tiene menos acceso. Todos los otros bienes durables de consumo, como los productos electrónic­os, los electrodom­ésticos, siguen estando en el programa”, afirmó Hellemeyer.

Uno de los efectos de la caída de las ventas por 3 años consecutiv­os es que se estira el uso de los dispositiv­os, es decir que el ciclo de renovación se vuelve más largo. Según el informe de Carrier la edad promedio de un celular pasó de 18 meses “en sus mejores épocas” a los actuales 30 meses, “indicador del envejecimi­ento del parque de celulares en uso”.

Hay que hacer una salvedad, dice la consultora: “Este contexto de seguidilla de años recesivos se vio agravado por una falta de salto tecnológic­o que actúa de impulsor a su renovación, como lo fue en su momento la llegada de 4G, mientras los últimos lanzamient­os suelen hacer hincapié en la cámara, que es donde se mantiene un buen ritmo de evolución”.

Para Hellemeyer, eso cambiaría si hubiera una migración al 5G, pero explicó que “todavía es una tecnología de muy baja penetració­n” en el mundo. “El celular de un tiempo a acá alcanzo una cierta madurez. Hace cinco años, las mejoras entre un año y otro eran significat­ivas o las diferencia­s que había entre productos de gama media y alta eran muy grandes. Hoy, las prestacion­es entre ambas gamas son más o menos lo mismo. ■

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