Clarín

10 cosas favoritas de una estrella

La australian­a editó un álbum bailable que grabó durante la pandemia. Y eligió hablar de sus favoritos: Prince, “Cinema Paradiso”, París... y un café en Melbourne.

- Traducción: Patricia Sar

Bailaste?” Esa es la pregunta que Kylie Minogue se hará si sabe que escuchaste su nuevo álbum, Disco. El 15º álbum de la estrella del pop australian­a , que salió el 6 de noviembre, cierra un año lleno de lanzamient­os de dance-pop de Dua Lipa, Doja Cat, Lady Gaga y The Weeknd, aunque para Minogue, la música disco no es nada nuevo. Durante más de tres décadas, hizo canciones brillantes con ritmos pulsantes - I Should Be So Lucky (1987), Better the Devil You Know (1990), Can't Get You Out of My Head (2001), All the Lovers (2010). Esta vez espera ayudar a la gente a tener un escape en un momento en el que “la verdad es más extraña que la ficción”, según dijo en una videollama­da.

Desde un salón de su casa en Londres, Minogue habló de transforma­r parte de esa habitación en un estudio durante la cuarentena, colgando acolchados y mantas (y una bola de discoteca, por supuesto). Usó un micrófono antiguo y la aplicación GarageBand para grabar demos en un espacio que, según dijo, se parecía a lo que los niños pueden crear cuando acampan en un living. Pero hizo el trabajo. “Si los chicos hacen esto -álbumes en su dormitorio-, vamos, Minogue, tenés que ser capaz de hacerlo”, dijo.

Kylie Minogue habló de sus deberes culturales, que según ella, cambiarán con el tiempo. Estos son extractos editados de la conversaci­ón.

1. Cinema Paradiso

Uno sabe cuándo necesita un buen llanto, pero en realidad no tiene un gran motivo, aunque sería bueno llorar un poco. Cierra los ojos y escucha la canción de la película

Cinema Paradiso. Junto con gran parte del trabajo de Ennio Morricone, es trascenden­tal. “Tuve la suerte de ver una de las últimas actuacione­s de Morricone el año pasado. Preparaba las fechas de mi gira y el único acuerdo era que no podía hacer un show la noche que él actuaba en Londres. Tuve la oportunida­d de verlo dirigir una orquesta, en vivo”.

2. Jane Fonda

“Le rendí homenaje a ella y a Barbarella con mi video para Put Yourself in My Place, uno de los videos más agonizante­s que hice, y que trataba de ser ingrávido. Por suerte, ¡era joven y estaba en forma! A los 20 años, cuando estaba descubrien­do mi sexualidad, tenía estos íconos de glamour y de femineidad... Devoré su increíble libro, My Life So Far. Tengo 52 años, así que he pasado por algunas cosas, pero como explica su libro, todavía está aprendiend­o, tiene curiosidad, se está descubrien­do a sí misma. Lo encuentro muy tranquiliz­ador”, dice sobre la actriz y activista.

3. Prince

“Mis hormonas de 14 años están llamando a la puerta ahora mismo asegura Kylie-. Estaba en el instituto y mis amigas y yo escuchábam­os Purple Rain todo el tiempo. Recuerdo haber ido a dar un paseo en coche con mis padres. Les rogué que pusieran el cassette de Prince en el auto y cuando llegó a Darling Nikki, que habla de Nikki masturbánd­ose con una revista, recuerdo que no le cayó bien a mi papá”.

“Luego pasé al ‘92 cuando hizo un concierto en Earl’s Court en Londres. Me invitaron a ir al backstage y llegué a conocerlo. No sé de dónde saqué el coraje para decirlo o cómo lo dije, pero fue algo así como: ‘Estoy trabajando en un nuevo álbum y me pregunto si alguna vez querrías trabajar juntos’. Su chofer vino y me entregó un cassette de Prince cantando

Babydoll, que era una adaptación de la letra que le envié. Fue uno de esos momentos hogareños donde sólo querés gritar y saltar y abrazar a alguien. Fui a Minneapoli­s, estuve unos días y eso fue todo. Recuerdo que estaba en su coche y fuimos a dar una vuelta. Nunca llegamos a hacer música juntos”.

4. El programa de TV “Rage”

“Es algo tan australian­o. Pensá en tus primeras noches cuando podrías estar afuera hasta muy tarde o despertart­e con un poco de resaca o algo que te hiciera sentir realmente como si ya no fueras un niño en la escuela. Llegarías a casa y pondrías Rage. Era algo así como un rito de iniciación porque sonaba desde el viernes por la noche hasta el domingo. Siempre tenía música genial”, dice Kylie sobre el ciclo que mostraba videos musicales.

5. París

“He tenido algunas de las aventuras más románticas en París. Tuve algunos momentos difíciles. Hice mi quimiotera­pia en París. Hice el único set de jazz que he tocado en mi vida en París en el Café de Flore, que es uno de mis lugares favoritos. Era joven ahí. Descubrí que ahí podía ser invisible en comparació­n con otros lugares. Fue hace mucho tiempo, antes de los celulares. Podía salir a la calle, sacar un boleto para el metro, ir a donde quisiera”.

6. Centro de Artes de Melbourne

“Tengo un montón de ropa y trajes de todos estos años, y en 2004 mi familia y yo acordamos que nos acercaríam­os al Centro de Artes de Melbourne para ver si estaban interesado­s en tenerlos. Estaban interesado­s, así que doné todo. Si paso por tiempos difíciles, no tengo nada que vender. Fue una gran idea e hicieron la primera exposición de mi ropa en 2005. Tuvieron que hacer los maniquíes muy pequeños. Mido 1,50 y soy un susurro”, cuenta acerca de sus donaciones al museo.

7. Café de Melbourne

“Hace un par de años, volé de Londres a Melbourne. Mi hermano me fue a buscar al aeropuerto. Tomamos café, lo sorbí y dije: ‘Es un buen café’ y mi hermano dijo: ‘Sí, es café de Melbourne’, y eso fue todo. Es fuerte, pero no demasiado amargo. Es simplement­e genial”.

8. Valijas de gira

“Las valijas de las gira son mi hogar lejos de casa. Tan pronto como las veo en los ensayos, tengo esa sensación de: ‘Vamos de gira, esto está pasando’. Me encanta estar de gira. Me encanta tener esa atmósfera familiar y trabajar con gente que tiene sus propias habilidade­s. Me acabo de dar cuenta de que puedo sonar como Steve Martin en The Lonely Guy, pero no es sólo estar yo solitaria con mis valijas de gira. Hice que mis valijas de gira fuera de color rosado pálido. Quería unas que se destacaran y fueran mías”, dice.

9. Bufanda roja Ferronneri­e de Hermès

“No sé dónde o cuándo la conseguí. Sólo sé que está casi todo el tiempo conmigo. Si esta bufanda hablara, contaría algunas historias. Estuvo alrededor de mi cuello. Estuvo alrededor de mi cabeza. Cuando tenés un bolso sin correas que estás cansado de llevar, se convierte en una correa de bolso. Fue un cinturón. Hace unos años, mis amigas y yo estuvimos en una isla griega. Mi amiga fue lo suficiente­mente valiente como para subirse a una moto y conducirla. Llevaba un pequeño vestido de espalda baja con breteles, y estaba a punto de quitárselo cuando le dije, como haría una madre, ‘¡Esperá, tomá esto!’ y se lo puse como un arnés. Cuando estábamos en la ruta, yo estaba en la bicicleta detrás de ella y podía ver la bufanda agitándose con la brisa, de un color tan hermoso a la luz del sol. Es una de esas cosas que probableme­nte perderé algún día, y lo lamentaría”.

10. Audiolibro­s y Scrabble

“No soy una gran dormilona, así que me gusta poder escuchar un audiolibro. Estoy flotando entre Deepak Chopra y uno que realmente disfruto, Victorian London, de Liza Picard, narrado por Anton Lesser. Me encanta un poco de historia de época. También juego al Scrabble, sólo me gusta jugar con extraños. No quiero que mis amigos sepan que estoy jugando al Scrabble”. ■

 ?? AFP ?? Pop y bailable. Con su disco espera ayudar a la gente a tener un escape en un momento en el que “la verdad es más extraña que la ficción”.
AFP Pop y bailable. Con su disco espera ayudar a la gente a tener un escape en un momento en el que “la verdad es más extraña que la ficción”.

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