La joven abusada en una fiesta con futbolistas de Vélez complicó a los jugadores
La víctima denunció violencia y falta de asistencia. El único imputado es un DT que sigue prófugo.
La joven que denunció haber sido víctima de abuso sexual en una fiesta organizada por futbolistas de Vélez logró ampliar su declaración. Dio detalles del contexto de la fiesta: habló de drogas y alcohol. También aseguró que le negaron ayuda cuando ella la solicitó. Apuntó contra Thiago Almada y Miguel Brizuela por la presunta violación; y a Ricardo Centurión y Juan Martín Lucero por la falta de asistencia.
Según pudo reconstruir la mujer, en la casa de San Isidro había alcohol, le ofrecieron drogas en reiteradas oportunidades y le robaron su cartera y el celular, para que no llamara a la Policía. Además, advirtió la sospecha de que pudieran haberla drogado para dejarla inconsciente y cometer los abusos.
En su declaración, la joven de 28 años explicó que llegó a esa fiesta con dos amigas, una de ellas invitada por Centurión.
“Nos sentamos las tres juntas y se acerca Centurión y nos ofrece algo de tomar, Noe pidió cerveza, C. y yo, champagne con Speed. Nos trae las 5 bebidas y nos dice que ‘habían vuelto de Colombia que mañana iban a viajar a Santa Fe’, que ‘estaba re en pedo’, que estaban ‘desde las 12 del mediodía escabiando y comieron un falso asado’”, relató la joven en su declaración. Y agregó: “Dijo que estaba ‘re loco, drogado’ y que tenía flores para fumar, por si queríamos, nosotras le dijimos que no”.
Más tarde, la joven y sus amigas se sacaron fotos, se metieron a la pileta y bailaron. “En un momento, el champagne se acabó y Thiago (Almada) nos dice que había vodka con Speed, pero cuando me trae el vaso era vodka puro, un sabor raro”, describió con sospecha.
“Nos quedamos las tres bailando filmando y se acerca Centurión y me dice que los borre porque había salido él, me pongo al lado y le muestro a para que se quede tranquilo que no me interesaba subir a las redes nada de él y los borré”, detalló la joven, identificada con la letra “M” para preservar su identidad.
Después de eso la mujer consintió subir a una habitación para tener un encuentro con Almada, pero éste supuestamente se tornó violento y ella quiso irse. Fue ahí que empezó a sentirse mal y a pedir ayuda.
“Yo no podía abrir los ojos ni moverme. Me desvanecía”, contó la denunciante.
“En un momento siento que abren la puerta e ingresan dos personas más: Brizuela y una morocha grandota de pelo negro. Escucho que Thiago habla con ellos, que se asoman. Me sentía mareada, mal. Eso no me gustó. Le dije a Thiago ¡basta! e intenté irme”, relató la víctima de manera virtual ante la Justicia.
Esas dos personas -según pudo reconstruir la víctima- ingresaron a la habitación y abusaron de ella. “Comencé a sentirme mal, muy mal, y nuevamente dije ‘basta, basta, no quiero más’, no me sentía bien. ‘Me siento mal’, dije, pero ellos continuaron. Yo recuerdo que no podía salirme. Mi cuerpo no respondía”, afirmó la joven, representada por la abogada Raquel Hermida Leyenda.
“Siento que vuelven abrir la puerta, que había más personas en la habitación, sentía manos que me penetraban y manoseaban, personas que entraban y más tarde salían de la habitación”, describió su calvario.
Después de eso, una de las amigas de la víctima logró rescatarla de la escena y fue ahí que se desmayó: “Yo no podía abrir los ojos ni moverme. Me desvanecía”, explicó.
Según declaró su amiga, identificada con la letra C. para proteger su identidad, empezó a gritar y pedir ayuda pero sólo intentaron convencerla de que no llamara a la Policía. Les sacaron las carteras, las billeteras y el teléfono para evitar que pidieran una ambulancia o un patrullero.
Fue después de insistir varias veces -también lo advirtió la amiga de la víctima en su ampliación de declaraciónque lograron que les devolvieran los teléfonos.
Esa testigo denunció haber visto a Juan José Acuña, el director técnico de 42 años que está prófugo. Es que la víctima no logró identificarlo pero la testigo -cuando abrió la puerta para buscarla- logró verlo cometiendo el abuso: “Me tiré encima de la puerta pero ya estaba abierta, veo a mi amiga desmayada (inconsciente) en la cama con una jarra de plástico en la mano. Veo al pelado gordo, salir de encima de mi amiga riéndose y subiéndose los pantalones”, declaró.
“Yo les pedía llorando que llamen a la Policía, en medio del shock que tenía por el abuso que sufrí”, siguió la joven. En ningún momento, ninguno de los integrantes de la fiesta les ofreció ayuda, hasta que dos vecinas las auxiliaron y pidieron al personal de seguridad que llamara a la Policía.
A pesar de la denuncia de la víctima y de una testig, por el momento no hay imputaciones contra ninguno de los jugadores que participaron de la fiesta.
La causa está en manos de Laura Zyseskind. La fiscalía a cargo de estuvo cerrada durante una semana por casos positivos de Covid-19, todavía no están las pericias médicas ni psicológicas.