Clarín

La joven abusada en una fiesta con futbolista­s de Vélez complicó a los jugadores

La víctima denunció violencia y falta de asistencia. El único imputado es un DT que sigue prófugo.

- Natalia Iocco niocco@clarin.com

La joven que denunció haber sido víctima de abuso sexual en una fiesta organizada por futbolista­s de Vélez logró ampliar su declaració­n. Dio detalles del contexto de la fiesta: habló de drogas y alcohol. También aseguró que le negaron ayuda cuando ella la solicitó. Apuntó contra Thiago Almada y Miguel Brizuela por la presunta violación; y a Ricardo Centurión y Juan Martín Lucero por la falta de asistencia.

Según pudo reconstrui­r la mujer, en la casa de San Isidro había alcohol, le ofrecieron drogas en reiteradas oportunida­des y le robaron su cartera y el celular, para que no llamara a la Policía. Además, advirtió la sospecha de que pudieran haberla drogado para dejarla inconscien­te y cometer los abusos.

En su declaració­n, la joven de 28 años explicó que llegó a esa fiesta con dos amigas, una de ellas invitada por Centurión.

“Nos sentamos las tres juntas y se acerca Centurión y nos ofrece algo de tomar, Noe pidió cerveza, C. y yo, champagne con Speed. Nos trae las 5 bebidas y nos dice que ‘habían vuelto de Colombia que mañana iban a viajar a Santa Fe’, que ‘estaba re en pedo’, que estaban ‘desde las 12 del mediodía escabiando y comieron un falso asado’”, relató la joven en su declaració­n. Y agregó: “Dijo que estaba ‘re loco, drogado’ y que tenía flores para fumar, por si queríamos, nosotras le dijimos que no”.

Más tarde, la joven y sus amigas se sacaron fotos, se metieron a la pileta y bailaron. “En un momento, el champagne se acabó y Thiago (Almada) nos dice que había vodka con Speed, pero cuando me trae el vaso era vodka puro, un sabor raro”, describió con sospecha.

“Nos quedamos las tres bailando filmando y se acerca Centurión y me dice que los borre porque había salido él, me pongo al lado y le muestro a para que se quede tranquilo que no me interesaba subir a las redes nada de él y los borré”, detalló la joven, identifica­da con la letra “M” para preservar su identidad.

Después de eso la mujer consintió subir a una habitación para tener un encuentro con Almada, pero éste supuestame­nte se tornó violento y ella quiso irse. Fue ahí que empezó a sentirse mal y a pedir ayuda.

“Yo no podía abrir los ojos ni moverme. Me desvanecía”, contó la denunciant­e.

“En un momento siento que abren la puerta e ingresan dos personas más: Brizuela y una morocha grandota de pelo negro. Escucho que Thiago habla con ellos, que se asoman. Me sentía mareada, mal. Eso no me gustó. Le dije a Thiago ¡basta! e intenté irme”, relató la víctima de manera virtual ante la Justicia.

Esas dos personas -según pudo reconstrui­r la víctima- ingresaron a la habitación y abusaron de ella. “Comencé a sentirme mal, muy mal, y nuevamente dije ‘basta, basta, no quiero más’, no me sentía bien. ‘Me siento mal’, dije, pero ellos continuaro­n. Yo recuerdo que no podía salirme. Mi cuerpo no respondía”, afirmó la joven, representa­da por la abogada Raquel Hermida Leyenda.

“Siento que vuelven abrir la puerta, que había más personas en la habitación, sentía manos que me penetraban y manoseaban, personas que entraban y más tarde salían de la habitación”, describió su calvario.

Después de eso, una de las amigas de la víctima logró rescatarla de la escena y fue ahí que se desmayó: “Yo no podía abrir los ojos ni moverme. Me desvanecía”, explicó.

Según declaró su amiga, identifica­da con la letra C. para proteger su identidad, empezó a gritar y pedir ayuda pero sólo intentaron convencerl­a de que no llamara a la Policía. Les sacaron las carteras, las billeteras y el teléfono para evitar que pidieran una ambulancia o un patrullero.

Fue después de insistir varias veces -también lo advirtió la amiga de la víctima en su ampliación de declaració­nque lograron que les devolviera­n los teléfonos.

Esa testigo denunció haber visto a Juan José Acuña, el director técnico de 42 años que está prófugo. Es que la víctima no logró identifica­rlo pero la testigo -cuando abrió la puerta para buscarla- logró verlo cometiendo el abuso: “Me tiré encima de la puerta pero ya estaba abierta, veo a mi amiga desmayada (inconscien­te) en la cama con una jarra de plástico en la mano. Veo al pelado gordo, salir de encima de mi amiga riéndose y subiéndose los pantalones”, declaró.

“Yo les pedía llorando que llamen a la Policía, en medio del shock que tenía por el abuso que sufrí”, siguió la joven. En ningún momento, ninguno de los integrante­s de la fiesta les ofreció ayuda, hasta que dos vecinas las auxiliaron y pidieron al personal de seguridad que llamara a la Policía.

A pesar de la denuncia de la víctima y de una testig, por el momento no hay imputacion­es contra ninguno de los jugadores que participar­on de la fiesta.

La causa está en manos de Laura Zyseskind. La fiscalía a cargo de estuvo cerrada durante una semana por casos positivos de Covid-19, todavía no están las pericias médicas ni psicológic­as.

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Juntos. Thiago Almada, Juan Martín Lucero, Miguel Brizuela y Ricardo Centurión. No están imputados.

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