Clarín

¿Por qué queremos que a Scaloni le vaya mal?

- Hfirpo@clarin.com

El fútbol es de dominio público. Desde que tenemos uso de razón, la Selección argentina fue dirigida por uno que conocíamos todos. Julio Grondona entendía como nadie eso de que todos somos técnicos, y así fue como llegué a adjudicarm­e mi granito de arena cuando ganamos el Mundial de México ‘86. Sí, sí, sí, yo también tuve que ver con ese hallazgo. Siempre pensé que al mejor Diego Maradona le hacía falta un hombre detallista y obsesivo como Carlos Bilardo.

Ahora Lionel Scaloni nos deprime profundame­nte porque es bueno, sabe, impone un recambio no traumático y descubre jugadores interesant­es, sin que nadie lo haya visto venir. Quizás por eso muchos queremos que le vaya mal. Porque no lo elegimos nosotros. Scaloni tocó nuestro amor propio y eso es una ofensa para un pueblo futbolero que se arroga ser el nexo para la llegada a la Selección.

Scaloni tiene fama de haber entrado por la ventana. Pertenecía al cuerpo técnico de Sampaoli y cuando el DT se fue, él prefirió quedarse. Todavía no entendemos qué tiene de malo eso, pero se habla de “deslealtad”, “traición” y bla blá. Ahora bien, los jugadores, que son de naturaleza camariller­a y conservado­ra, que tacharon a Icardi por haberse enamorado de la mujer de un colega, ¿permiten sin problemas que un presunto mal bicho haga pata ancha en la Selección?

A Bilardo lo pusimos yo y otros tantos millones de personas. Scaloni fue nombrado por el Chiqui Tapia. No alcanza con estar en el lugar justo y en el momento indicado. Encima debe costar dos pesos con cincuenta. Un golazo. ■

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