El adiós a Pablo Arcusín, un periodista con fibra
Tenía 63 años y falleció por una afección cardíaca. Desplegó un temple especial en los momentos “calientes”.
Un periodista de mil cierres de mil ediciones del diario. Veterano de muchas batallas contra el bendito reloj que apuraba la puntada final de una página. A la hora de las brujas, como decimos con lenguaje fino si es que no usábamos palabras más fuertes, él siempre estaba tecleando algún título o mejorando un texto con el último dato.
Pablo Arcusín, de él hablo, nos acompañó por muchos años en el cierre de las ediciones de Clarín. Tenía 63 años cuando el pasado lunes 7, a las 8 de la mañana, su corazón ni le avisó que pensaba no bombear más. Así, sin síntomas ni sospechas, dijo basta. Apenas dejó que Pablo se levantara, tranquilo, seguramente listo para imaginar otro día de su rutina, ya fuera del diario. Había optado dos años atrás por el retiro voluntario, tras casi 30 años en la Redacción.
Le gustaba de alma la profesión. Un placer que sólo era superado si su querido Banfield le regalaba un triunfo. Y amargarse y putear cuanto tocaba perder. Era fana del Taladro.
Siempre coincidíamos en que trabajar en el cierre de Clarín requería, si uno estaba al frente del área, un temple determinado. Y siempre recuerdo aquella noche interminable del horror de Cromañón. Con sus reflejos, al máximo, ayudó a poner en marcha esa maquinaria anónima de cronistas y fotógrafos, mientras se impartían órdenes a la planta de Impresión. Eran minutos cruciales para no equivocar prioridades y alcanzar el mejor objetivo en el menor tiempo posible. Y ahí estuvo Pablo Arcusín, con su vozarrón inconfundible. Había ingresado a Clarín atraído por ese misterio que rodeaba años atrás la tarea de hacer un diario. Le habían contado que era apasionante porque, lejos de lo que proyectaba como egresado de una escuela técnica, todo era lo opuesto a la rutina. Que no había dos días iguales, le dijeron. Siempre usaba como latiguillo al llegar y a modo de saludo: “Y hoy, ¿qué nos deparará el cierre?” Y a modo de chanza y desafiando a la mufa, pronosticaba a propósito y para que no se cumpla:“Esta noche, seguro renuncia algún ministro, se cae un avión o se muere alguien importante”.
Nos queda un muy buen recuerdo de un periodista que transitó primero por Información General, donde dejó su huella con su cobertura de casos resonantes hasta su paso, su última escala, a la Mesa de Cierre de las ediciones en papel.w