Desinfección, colchones nuevos y un Trump que armó su propio acto de despedida
El ex presidente se irá temprano y pidió alfombra roja, salva de cañonazos y guardia militar en la base aérea.
Donald Trump y su esposa Melania abandonarán el miércoles por la mañana la Casa Blanca y romperán una vieja tradición de la democracia estadounidense: no invitarán al presidente entrante Joe Biden y su mujer Jill a la mansión para ir luego juntos a la asunción presidencial.
La ausencia de uno de los rituales de transferencia de poder más duraderos de Estados Unidos -el presidente saliente dando la bienvenida al presidente entrante en las escaleras del Pórtico del Norte, y luego yendo juntos al Capitolio de los Estados Unidoses sólo uno de los desplantes que los Trump hacen a los Biden en el traspaso de mando.
Los Trump se irán temprano en su último vuelo en el avión presidencial a su casa de Mar-a-Lago en Florida, donde se asentarán al menos por un tiempo. Poco después los Biden serán recibidos por el encargado de la mansión, Timothy Harleth, que era un empleado del hotel Trump International en Washington y que posiblemente sea remplazado por alguien más afín al nuevo matrimonio presidencial. Luego marcharán a la asunción, cerca del mediodía.
Mientras se realice la ceremonia de jura en las afueras del Parlamento, luego del desfile militar, la mayor parte de los efectos personales de los Biden serán trasladados por la tarde a la Casa Blanca.
Para entonces, todos los petates de los Trump habrán desaparecido y se habrá hecho una limpieza y desinfección exhaustiva de todo el edificio, donde han habido varios casos de coronavirus. También se cambiarán los colchones de las camas, algo que es habitual con el cambio de inquilinos. Sin embargo, una parte de la configuración del ala privada será muy diferente a la del nuevo matrimonio: a diferencia de los Trump, los Biden compartirán un dormitorio.
Melania pasó la mayor parte de su tiempo en la Casa Blanca en la gran suite de dormitorio típicamente reservada para presidentes y su cónyuge, al lado del West Sitting Hall, según dijo a CNN una fuente al tanto de las mudanzas. “Donald Trump durmió en su propio dormitorio, que anteriormente era un estudio o sala de descanso durante otras administraciones”, dijo la fuente.
La salida sin saludo de la Casa Blanca de Trump es solo uno de los desplantes del presidente saliente. Tampoco lo acompañará a la ceremonia de asunción y aún evalúa si dejará una carta a Biden en el Despacho Oval, una tradición que probablemente también rompa. Melania Trump, que no ha sido vista en público en dos semanas, tampoco se ha puesto en contacto con Jill Biden. Solo publicó un mensaje de despedida.
Este escenario es inédito ya que, incluso luego de elecciones muy disputadas, el traspaso en la Casa Blanca es una ceremonia amable. Los políticos y sus esposas suelen dejar sus egos de lado y se dedican a la hospitalidad. En Washington todavía se recuerda la calidez con la que George Bush padre y Bárbara recibieron a los Clinton y, años más tarde, cómo las hijas de George W. Bush le enseñaban los secretos de la mansión presidencial a las hijas de los Obama. A pesar de que lo detestaban, Barack Obama y su esposa Michelle recibieron a Trump y Melania formalmente en la Casa Blanca, se intercambiaron regalos, y el demócrata le dejó una nota escrita a mano.
La falta de cortesía de Trump a esta altura no sorprende, pero al menos evitará un momento tenso a los Biden tras el escándalo que el presidente desató luego de las elecciones. Y, de hecho, los futuros habitantes ya conocen la mansión presidencial desde las épocas en las que Biden era vicepresidente. La institucionalidad y las formas parecen haber quedado en manos del vicepresidente Mike Pence. La semana pasada habló por primera vez con quien lo reemplazará en el cargo, Kamala Harris, y su conversación fue descripta como “cordial”. También irá a la jura.
Fiel a su estilo, Trump no quiere irse sin cierta pompa. Trascendió que emitió algunas invitaciones a su círculo íntimo para una ceremonia de su partida. Será en la base Andrews, donde abordará por última vez el Air Force One que lo llevará a Florida. Dijo que para ese momento quiere alfombra roja, un saludo de 21 salvas y una guardia militar. ■