Pinamar, la contracara: la ocupación es mayor y se ven tarifas exorbitantes
Por una casa, por mes, piden hasta $ 1,4 millón. Ocurre en especial en Cariló, donde las subas rondaron el 50% anual.
“Si tuviera esa plata para alquilar todo el verano, me haría una casa en el mismo country”, ironizaba en un viral desopilante el conductor Migue Granados después de que le pasaran el precio de la casa quinta que alquilaba todos los años con su familia.
Era octubre, la pandemia llevó a muchos a interesarse en propiedades de ese tipo y sus valores se dispararon. Granados contó entonces que le pidieron “¡9.000 dólares por mes! Un millón y medio de pesos”.
La locura por las propiedades en zonas abiertas, rodeadas de verde, con piscina, se replicó en la Costa. “Muchos propietarios entendieron que si en los countries las casas tenían esos valores, por lógica en Pinamar tendrían que ser más caras”, explicó a este diario una agente inmobiliaria del exclusivo balneario.
Así, en medio de una temporada en pandemia, con limitaciones y operadores procurando moderar valores, en Pinamar aparecieron propiedades con tarifas tan desopilantes como las del video de Granados.
Aunque hubo menos propiedades en alquiler que otros años, estimado en un 35%, porque muchos propietarios que este año no salieron del país resolvieron usarlas, en Pinamar la oferta todavía es muy amplia. Pero en Cariló, en estos días con una ocupación del 90%, los valores de un año a otro se habían fijado en principio con un incremento del 40%. Luego, cuando el dólar se movió un poco, se reajustaron las tarifas otro 10%.
Lo mismo ocurrió en Pinamar y en sus satélites Valeria del Mar y Ostende, que habían fijado valores sobre el 30% y con el reajuste quedaron finalmente en un 40%.
Pero no todos los propietarios fijaron valores guiados por profesionales. “Hubo casos de propietarios en zona de countries que tuvieron mucha demanda y, al ver los valores que se publicaban en el GBA, consideraron que acá debía ser mucho más”, contó el operador.
Así, fuera del circuito inmobiliario hay casas en oferta a valores desproporcionados, algunos a más del doble de lo que se cobró por un mes una propiedad de alta gama: nueva, con 4 o 5 dormitorios, a una cuadra y media del mar en la zona norte. Por ejemplo, por todo el mes de enero, esa casa se pagó 8 mil dólares.
Lo mismo en Villa de Mar, en la zona de La Frontera, esos edificios modernos paralelos a la linea de playa con todos los amenities: tres dormitorios, dos cocheras, pileta climatizada dentro y fuera del complejo, servicio de playa, restaurante, cancha de tenis, seguridad y sigue la lista.
“El promedio, en pesos, que se pagó por estas unidades fue de un millón de pesos por enero. Hubo casos de dúplex que alcanzaron valores un poco más altos, $ 1.400.000”, explicó a Clarín Eduardo Santoro, martillero de la inmobiliaria Emeese.
A valores de inmobiliaria, las casas típicas de Pinamar se alquilaron a entre $ 200.000 y $ 450.000. El segmento que quedó al margen fue el de los departamentos más chicos. Santoro cree que ocurrió por cómo afectó la crisis a sus tradicionales inquilinos y por el temor que provoca alojarse en edificios en tiempos de Covid.
Las que tampoco funcionaron fueron las propuestas de los propietarios que fijaron los valores muy por encima del mercado. “Quien lo hizo no alquiló. Por ejemplo al pedir U$S 10.000 por una quincena”, explicó el martillero, que tiene el 100% de las casas y departamentos de 4 ambientes alquilados y el 90% de los dúplex. Por esas casas se llega a pedir más del doble que lo pagado en inmobiliarias. “Entiendo que se tienen que haber bajado”, señaló.
Desde Cariló, una profesional del medio cuenta que que algunas de esas propiedades se alquilaron, pero “porque corredores les pasaron propuestas, aunque ninguna a los valores que pretendían cobrar”. “Perjudica”, coincidieron ambos. “Es un valor que no es real, entonces el año que viene, ¿en cuál nos basamos, en ese, ilógico, o en el que realmente pudo pagar la gente”, dijeron en Emeese.
Su colega del bosque afirma que precios tan altos desvirtúan el mercado y perjudican al destino. “Alguien a quien le hayan pretendido alquilar a esos valores puede pensar que aquí todo funciona igual, y de ninguna manera es así”, cerró. ■