Lufthansa pidió permiso al país para volar a Malvinas
Son dos vuelos charter para científicos que se realizan desde Alemania. La Cancillería los autorizó.
en Europa sigue creciendo la ola de consecuencias por el Brexit, la alemana Lufthansa dio un paso simbólico pero diplomáticamente clave para que fortalecen los reclamos argentinos por la soberanía de las islas Malvinas: esta semana, presentó ante la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) y ante la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur la solicitud de sobrevuelo y aterrizaje para realizar dos vuelos chárter con destino a las Malvinas desde Hamburgo: el primero se hará el próximo 1 de febrero y el segundo el 30 de marzo.
Aunque a simple vista pueda parecer un trámite burocrático habitual o un gesto de cortesía hacia Buenos Aires, el pedido de autorización de Lufthansa ante autoridades argentinas implica el reconocimiento de las Islas Malvinas como parte del territorio argentino.
La solicitud informa que ambos vuelos tienen el mismo objetivo de transportar a científicos y personal para recambiar a las personas actualmente presentes en la estación científica alemana en la Antártida “Neumayer III”, así como el recambio de tripulación para el buque de investigación polar “Polarstern”.
La autorización de ingreso de esa embarcación a Puerto Argentino ya había sido solicitada por la Embajada alemana a la Prefectura Naval Argentina.
Lufthansa también informa que todas las personas a bordo de dichos vuelos pasarán 14 días de cuarentena antes del viaje, durante los cuales serán sometidos a tres exámenes PCR (COVID-19), cuatro en el caso de los tripulantes de Lufthansa.
El texto de la solicitud -que ya fue aprobada por la ANAC- indica que el aeropuerto alternativo a Malvinas será el de Ushuaia.
El flujo de vuelos comerciales, turísticos, científicos y humanitarios hacia Malvinas fue históricamente una esclusa que sirvió para regular el nivel de la relación entre Argentina y Gran Bretaña en torno a la cuestión Malvinas.
Luego del “paraguas” bajo el cual Raúl Alfonsín desarrolló la relación con el Reino Unido sin tocar el tema de la soberanía sobre las islas, Carlos Menem desarrolló una política de “seducción” hacia los kelpers, llevada a cabo personalmente por el canciller Guido Di Tella. En aquella era, el permiso de sobrevuelo sobre Argentina de aviones que se dirigían a Puerto Argentino y la colaboración para la llegada de vuelos charters con pasajeros y mercadería fue una de las prendas de paz que alentó el gobierno argentino.
Todo cambió en 2003, cuando Néstor Kirchner endureció la política respecto a los kelpers.w