Acerca del poder real de Alberto Fernández
Ante la situación que atraviesa la Argentina me pregunto: ¿no sería más sano para todos que la Vicepresidenta asumiera la presidencia de una vez por todas? Fue ella la que propuso la fórmula. Es ella la que manda. Es ella la que levanta o baja el pulgar con respecto a los ministros.
Además, es ella a quien Alberto Fernández debe obediencia: “Hice lo que me pediste”, admitió él en un acto en el Estadio Único de La Plata en diciembre.
Por otra parte, también es ella a quien todos temen y aplauden. Ojo con los que no aplauden, diría Alicia Castro.
Entonces, no perdamos más tiempo. Al Presidente se lo nota perdido, cansado, irascible, desmejorado. Que dé un paso al costado y deje su sillón a quien lo designó para el puesto.
Irene Bianchi irenebeatrizbianchi@hotmail.com