Un informe de la CNEA cuestiona la eficacia de los barbijos del Conicet
Polémica. Un reciente estudio científico advierte que la protección de tela no impide el traspaso de partículas sólidas.
Un memo producido por la Gerencia de Ingeniería Nuclear de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) concluye que los “súper barbijos” del Conicet, capaces de desactivar el coronavirus en 5 minutos, serían más ineficientes que otros tapabocas comunes para filtrar partículas. El informe técnico de nueve páginas se titula “Reporte de la eficiencia de retención de aerosoles medida en barbijos Atom Protect”.
En realidad, el término usado en el documento es “aerosoles”, el concepto que utilizan infectólogos para tratar de concientizar sobre la principal vía de contagio de coronavirus: la inhalación de aerosoles que podrían estar infectados y que flotan y se acumulan en ambientes cerrados. Sin embargo, los aerosoles del experimento de la CNEA fueron partículas sólidas que poco se parecen a los de la “vida real”: gotículas de soluciones salinas exhaladas al hablar, cantar, gritar o solo respirar.
Estas explicaciones se desprenden de una charla con Ana María Llois, investigadora Superior del Conicet y directora del Instituto de Nanociencia y Nanotecnología, quien estuvo a la cabeza del desarrollo científico de Atom Protect. Mientras el memo salió del Centro Atómico Bariloche, Llois tiene su lugar de trabajo en el Centro Atómico Constituyentes.
Los investigadores de Bariloche compararon la eficacia de la tela del barbijo del Conicet con nueve muestras de otros barbijos: desde los prestigiosos N95 y los de tipo quirúrgico hasta otros más simples, como los de tela no tejida (SMS, de simple y doble capa) y los de algodón con fibra sintética (de doble capa). En todos los casos perdía Atom Protect.
Sin embargo, Llois y otros científicos explicaron que “las telas tratadas no ofrecen una barrera mecánica sino química, que permite enfrentar procesos lentos y dentro de una dinámica de movimiento browniano, como es el caso de los aerosoles que quedan flotando en el ambiente desde varios minutos hasta algunas horas, según el tamaño de las gotículas”.
También enfatizaron la importancia de que virus, bacterias y hongos “quedan inactivadas” gracias al tratamiento de la tela del barbijo, “disminuyendo el peligro representado por la manipulación del usuario”.
En cuanto a posibles limitaciones del producto -de uso social, “para usar en la calle, en la oficina, en la casa, en presencia de aerosoles estáticos o casi estáticos”- aclararon que “el material no está pensado para soportar un alto impacto, como es el caso del material usado para fabricar máscaras tipo N95, que son de uso clínico” y que la “tela no es apta para fabricar productos o insumos de uso médico porque no tiene la capacidad filtrante requerida por las normas sanitarias para, por ejemplo, las máscaras N95, que deben cumplir con la legislación vigente y aplicable (ANMAT)”.
Alan Gontmaher, director de KOVI SRL, la empresa que fabrica y comercializa los barbijos Atom Protect, subrayó las numerosas pruebas de eficacia por las que pasaron estos barbijos: “Tenemos los estudios de comprobación del INTA y del INTI, ambos entes oficiales. Los ensayos dan que este barbijo elimina el 99,9% de los patógenos, sin contar los estudios de respirabilidad, todo aprobado y certificado bajo normas IRAM”.
El especialista agregó que, a mediados de marzo, “se estará lanzando con Conicet un nuevo desarrollo: el barbijo Atom Protect N97, que supera, en cuanto a su capacidad de filtrado, al N95. Su aspecto es casi igual al Atom Protect, pero cuenta con el ajuste metálico, es decir, el clip nasal que tienen otros tapabocas”.