El nuevo Independiente sumó su tercer triunfo consecutivo
En el primer tiempo mostró su mejor versión en el torneo, pero luego puso en riesgo el triunfo.
Aunque mostró dos caras y arriesgó una victoria que en el primer tiempo parecía cómoda y segura, Independiente sigue sumando. Hilvanó su tercer triunfo consecutivo y el ciclo de Julio César Falcioni se fortalece desde los números. En Rosario le ganó 2-1 a Newell’s, un equipo que no encuentra el rumbo y que de los últimos seis partidos perdió cinco, una racha que pone en jaque la continuidad de su entrenador.
Si los nueve puntos cosechados en los últimos tres partidos fueron una buena noticia para Independiente, también lo fue el juego que exhibió en la primera etapa. Fue la mejor versión que mostró en el torneo.
Con aplomo, inteligencia y decisión, Independiente marcó claras diferencias desde el comienzo. Presionó a Newell’s, lo ahogó, le sacó la pelota y expuso todas sus deficiencias. En especial los desacoples defensivos.
La visita interpretó rápido por dónde podía lastimar. Y volcó sus ataques por la derecha, un sector donde Palacios fue imparable en esa primera etapa, Menéndez aprovechó las ofertas cuando se recostó allí y Bustos hostigó con sus proyecciones.
Ocho minutos le bastaron para traducir esa superioridad en el marcador. Un largo pelotazo de Lucas González encontró a Silvio Romero
como pivot y a Palacios para definir con un remate cruzado.
Después de ese gol la visita le cedió la pelota a Newell’s, que se mostraba lento, liviano y previsible en sus avances. Independiente estaba agazapado y cada vez que Palacios arrancaba era imparable. Domingo Blanco se sumaba para distribuir y Juan Insaurralde cortaba los dubitativos intentos del local.
La segunda estocada fue a los 31’. Otra vez por derecha, donde Orihuede la y Lema no hacían pie. Menéndez asistió a Bustos, que picó la pelota con categoría para el 2-0. En el cierre de esa etapa pudo llegar el tercero, pero Romero no llegó a empujar una pelota que cruzó el arco y Aguerre le tapó el gol a Menéndez.
Parecía una historia concluida. No había señales de que Newell’s pudiera comprometer la victoria que Independiente había construido con argumentos sólidos. Sin embargo, el equipo de Falcioni pareció enamorarse de la diferencia. Peligrosamente.
Se recostó en su campo, le cedió la pelota y Newell’s, a diferencia de lo que sucedió en la primera etapa, se mostró algo más incisivo.
El local empezó a inquietar con los laterales, Maxi Rodríguez se retrasó para distribuir el juego y Sosa tapó el descuento dos veces. No fue casual entonces que, con más empuje que estilo, Newell’s lograra convertir. Fue Maxi con un cabezazo el que lo rescató de una derrota segura y le puso suspenso al resultado.
Faltaba más de un cuarto de hora. Tiempo suficiente para que Independiente se complicara un poco más fallando en un par de contras y Newell’s se asomara a un empate impensado con una trepada de Llano que remató por arriba del travesaño.
No hubiese sido justo un reparto
puntos. Lo de Independiente, en el primer tiempo, había sido suficiente para llevarse una victoria merecida. La tercera consecutiva.w