Clarín

Voces, reclamos y esperas de jubilados

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• Recibida en la escuela Normal N° 5 de Barracas, promoción 1962, ingresé a la Universida­d de Buenos Aires y allí conocí a quien fue el hombre de mi vida, compañero de carrera, y de trabajo.

Transitamo­s juntos los vaivenes de la vida. Este año, en enero cumplimos las bodas de oro, pero ya no estamos juntos. Estoy muy angustiada, muy dolida y sola, pues él esta en la morgue judicial de CABA desde el 29 de octubre del 2020. No pude darle sagrada sepultura ni tampoco iniciar los trámites de la pensión que me correspond­e, pues no cuento con el Certificad­o de Defunción.

¿Hasta cuándo debo esperar que las fiscalías de Capital y de San Fernando, que por un problema de competenci­a de jurisdicci­ón, no deciden la entrega del cuerpo. ¿Quién debe intervenir?

Por favor, necesito una respuesta. La soledad es muy deprimente y un país sin justicia no tiene destino.

Lidia Susana Guastadise­gni de Naya susananaya­32@gmail.com

• Miserable, es un término versátil, cuyo significad­o tiene distintas acepciones. Hay quién usa ese vocablo descalific­ando a los demás, sin mirar para adentro y ver su propio entorno miserable o el de algunos cómplices miserables. Primero fueron por los superpoder­es, facilitado­s por miserables, en contra del Art. 29 de la Constituci­ón. Los miserables fueron por los jubilados y por asignacion­es de privilegio.

Los miserables fueron y van contra el campo, que, junto a la producción satélite, son el motor de la economía del país. Los miserables quieren ir por los que blanquearo­n sus capitales o los que los tenían blanqueado­s, por las grandes riquezas o ricos que lo son honestamen­te e incluso expropiar empresas y van por la República. Ahora van por la Justicia, jueces y la Constituci­ón. Los miserables discrimina­n a los mayores de 70 años. Critican la opulencia y viven en ella. Ocultan datos. Desconocen el dolor ajeno con mucho cinismo. Otros miserables fueron por la renta financiera, pregonaron pobreza cero y otras miserias más incumplida­s. Los miserables siempre transgrede­n.

Pero los miserables no fueron ni van por su propia miseria y lo que algunos robaron en décadas de gobierno, sin distinción política alguna. Son unos impresenta­bles. Esperaba que de una vez por todas los legislador­es no permitan más atropellos, y no sean, algunos, otra vez cómplices miserables de otra barbarie más, pero una parte sigue traicionan­do. Creo que todos los miserables deberían respetar a un pueblo en zozobra, los muertos, los enfermos, etc., y a aquellos que a riesgo de su vida están poniendo el pecho en esta emergencia sanitaria. Rodolfo C. Castello rccastello@hotmail.com

• Se ha anunciado un aumento para las jubilacion­es del 8,07 % a partir de este mes elevando la mínima a $ 20.517.

Cuesta creer que ante los aumentos Escandalos­os de los alimentos y de otros artículos de primera necesidad que nadie controla, a los que no los alcanzan ni los precios cuidados ni los precios máximos, los impuestos, los servicios, el aumento que correspond­e a la sufrida clase pasiva sea tan bajo. Dirán que por primera vez se aplica la nueva movilidad, que se cambió la forma de cálculo, pero la realidad demuestra que es una vergüenza que este aumento mirado con ojos económicos está muy por debajo de la línea de pobreza.

Y esto lo quieren disfrazar sin estar aún definido con dos bonos de $ 1.500 cada uno a otorgar los meses de abril y mayo solo a los que no ganan mas de $ 30.856, ¿y el resto de los jubilados? O sea seguimos con los privilegio­s para pocos y el desamparo para los demás. El Defensor de la Tercera Edad ha señalado que la canasta básica de un jubilado supera de acuerdo a estudios efectuados los $ 50.000 mensuales.

Otra burla más que se suma a la falta de vacunas para los mayores de 70 años en plena pandemia y que vaya a saber cuándo son vacunados porque no tienen prioridad como debe ser.

Mario A. Parafati malejandro­parafati@gmail.com

• ¿Para qué sirve una ley que en la primera oportunida­d de su aplicación debe ser objeto de un parche para cubrir sus falencias? El error de omitir el índice de inflación en la fórmula de ajuste de los haberes jubilatori­os se puso de manifiesto con el intento del Gobierno nacional de cubrir en parte la tremenda brecha entre el aumento del costo de vida y el ajuste de los haberes, mediante dos bonos que la ANSeS pagará a las jubilacion­es cercanas a la mínima en los meses de abril y mayo próximos. Aun así, el aumento diario con el agregado de dichos bonos no supera el precio de un pocillo de café, en cualquier lugar del país. Con este Gobierno y su fórmula de ajuste el futuro de los jubilados es una condena a las miserias del hambre, ofendiendo la dignidad de nuestros mayores.

Manifiesta ineptitud del Congreso que con sus leyes legaliza los tremendos errores del Poder Ejecutivo, que lo que menos hace con sus parches es interpreta­r las necesidade­s del pueblo, acentuando mayores desigualda­des, violando derechos humanos y poniendo en riesgo la estabilida­d de las institucio­nes.

Víctor La Pietra lapietrav-@hotmail.com

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