Aseguran que evitar los “aerosoles” será clave para frenar la segunda ola
Son las micropartículas que exhalamos al hablar o respirar. Los expertos aseguran que fue subestimado su rol.
Tres expertos consultados por Clarín coincidieron en que la principal vía de proliferación del coronavirus es por inhalación de aerosoles, algo que muy poca gente sabe, en parte porque no se informa en las campañas de comunicación oficiales.
Rodrigo Quiroga, doctor en Química, investigador del Conicet, especialista en Biología Molecular y Bioinformática de la UNC, opinó que “el tema de los aerosoles se ha subestimado tanto desde la OMS como desde el Ministerio de Salud. Los países que mejor llevaron la pandemia entendieron desde el día uno que la transmisión era por vía respiratoria, que los aerosoles eran la clave y que había que usar barbijo. Japón es un caso paradigmático”.
Por su parte, Jorge Quarleri, bioquímico experto en virología, investigador del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (INBIRS-UBA-Conicet), explica: “No sé cómo llegar a las autoridades de Transporte para que se insista con fotos e información elocuente acerca del correcto uso del tapa-nariz-boca. Es muy importante que se tapen los dos porque liberamos aerosoles, tanto cuando hablamos como cuando respiramos”.
“La diferencia entre gota y microgota que se aerosoliza es una cuestión de tamaño. Al hablar, cantar, estornudar o toser liberamos microgotas. Si son más grandes, caen, a una distancia que no supera los dos metros. De ahí la distancia que deberíamos guardar”, explicó Quarleri.
Pero esas gotas, dijo, “podrían ser más chicas o quedar aerosolizadas, es decir, suspendidas en el aire por varias horas, lo que aumenta las chances de que otro las inhale”.
En este punto, un barbijo berreta, flojo o debajo de la nariz se vuelve, en palabras de Pineda Rojas, “un adorno”. Pineda Rojas afirma que “la mayor concentración de aerosoles se produce frente a la persona que exhala o habla, y disminuye con la distancia a la fuente. La distancia es central. En espacios cerrados, los aerosoles se dispersan por todo el lugar y se acumulan, si están mal ventilados”.
Según Quiroga, “no hay un cierto tiempo o distancia que evite o produzca los contagios. En síntesis, no queda otra que actuar como si todo el mundo estuviera infectado”. ¿Cómo bajar el riesgo? Se sabe, pero no está socialmente incorporado. “En los ambientes cerrados, buen uso de barbijo -ajustado a la cara y con doble telay reducir el número de personas en el lugar”, resumió Pineda Rojas.
Se suma la recomendación para una adecuada ventilación: la renovación
del aire debe ser permanente.
Quiroga cree central comunicar estas cuestiones, de cara a lo que vendrá: “Ahora bajaron un poco los casos, pero se presume que van a subir porque tenemos circulación comunitaria de la variante británica, de la Río de Janeiro y no sabemos si llegó la de Manaos. El efecto ‘estacionalidad’ favorece la transmisión, sumado a que tenemos las actividades de riesgo habilitadas. Ojalá podamos estirar el alza lo más posible para vacunar, también, lo más posible”.