Se golpeó la cabeza jugando al fútbol, tuvo convulsiones y murió
Eder Carranza tenía 29 años. El viernes participaba de un torneo nocturno de fútbol amateur en Villa María, Córdoba, cuando chocó su cabeza muy fuerte con un rival, que se le cayó encima. Siguió jugando, pero minutos después comenzó a sufrir convulsiones. La ambulancia lo llevó a una clínica, pero murió antes de que pudieran asistirlo.
La hermana de la víctima, Solange Carranza, responsabilizó al club organizador en un posteo de Facebook: “Podrán ayudar, podrán hacer ventas o lo que sea para lavarse las manos, pero la vida de mi hermano nadie me la va a devolver, nadie!”.
El partido se disputó en la cancha N°2 del Complejo Cafú, que queda en ruta Nacional 158 y Río Suquía, en el Oeste de la ciudad. Según el calendario, comenzó a las 20.45 del viernes.
Eder, que trabajaba en un local donde se arreglan electrodomésticos, vestía la camiseta del Club Atlético La Pandemia y enfrentaba a Forza Nova por la sexta fecha del torneo, que juegan vecinos de Villa María.
Según fuentes judiciales consultadas por Clarín, Eder “chocó su cabeza con la de un rival”. Solange, la hermana, que estaba en la cancha, completó lo sucedido en diálogo con este diario: “No veo bien el choque, pero sí que el otro jugador se le cae encima. Mi hermano se levanta, sigue jugando y después le dan las convulsiones. La ambulancia apareció a los 10 minutos, estando a 50 metros. Hubo negligencia”. A Eder lo llevaron a la Clínica de la Cañada.
Según las fuentes consultadas, la causa de muerte fue un “paro cardiorespiratorio”, aunque se aguarda el resultado de la autopsia.
“Mandamos un fuerte abrazo a todos y, Eder, no dejes de jugar a la redonda allá arriba", concluye el mensaje que publicó el club Cafú en sus redes sociales ante la muerte.
En su posteo, Solange contó: “Al rato entraste, qué iba a pensar yo que me lo ibas a arrebatar de mi vida, Dios. Qué horrible momento, que jamás voy a olvidar. Te amo hermano y mi corazón se fue entero con vos”, escribió Solange.
Luego, en sus redes responsabilizó al club y se enojó con los que asistieron a su hermano en el lugar, hasta tildó de “inútiles” a los de la ambulancia: “Uno escuchando música con auriculares, que lo llamábamos y no escuchaba hasta que reaccionó. La mujer caminaba. Llegué más rápido yo al lugar corriendo que la profesional: una falta de empatía como profesionales. Mil horas para llegar al cuerpo de mi hermano y, al llegar al lugar, no sabían qué hacer”.
Y siguió: “Decían que estaba bien cuando él no respiraba y estaba tirado sin pulso. Mi hermano murió en la cancha, en la misma clínica nos dijeron que ingresó sin signos vitales”.
Pamela, la viuda de Eder y mamá de sus tres hijos, se despidió en redes sociales: “Ayúdame amor mío. Dame las fuerzas para poder salir adelante por nuestros hijos. La mitad de mi vida y alma se va con vos”.