Clarín

Marcha atrás del Gobierno, criticado por no condenar al régimen de Nicaragua

Capitanich, el embajador Hermano de “Coqui”, apoya a Ortega y admira a Cristina

- Natasha Niebieskik­wiat natashan@clarin.com

El martes pasado, en una votación en la OEA para condenar al régimen de Daniel Ortega por encarcelar a opositores, la Argentina se alineó con México y se abstuvo. Esto generó muchos cuestionam­ientos, incluido el de EE.UU. Sin pronunciar­se sobre la cuestión de fondo, y a instancias del presidente mexicano, ayer Alberto Fernández convocó al embajador en Nicaragua en señal de protesta.

Las últimas detencione­s de opositores políticos en Nicaragua, generaron un cambio de opinión en Alberto Fernández. El presidente convocó a su embajador en Managua, Daniel Capitanich, y lo traerá a Buenos Aires en las próximas horas. Lo mismo hizo México con el suyo.

Es un llamado a consultas, lo que no significa retirarlos de sus respectivo­s destinos, lo que representa una instancia mayor en términos diplomátic­os.

La decisión fue un pedido de Andrés Manuel López Obrador a Alberto Fernández -vía cancillerí­as- y México instruyó el viaje a su país de su embajador en Nicaragua, Gustavo Alonso Cabrera Rodríguez.

Un comunicado posterior emitido por Casa Rosada, y ya no por Cancillerí­a, informó la instrucció­n de ambos gobiernos a Capitanich y a Cabrera Rodríguez. El gobierno mexicano emitió el mismo texto. Ambos, los instruye a "trasladars­e a sus respectiva­s capitales, con el objetivo de realizar consultas sobre las preocupant­es acciones políticas legales realizadas por el gobierno nicaragüen­se en los últimos días que han puesto en riesgo la integridad y la libertad de diversas figuras de la oposición (incluidos precandida­tos presidenci­ales), activistas y empresario­s nicaragüen­ses".

Argentina y México se abstuviero­n la semana pasada frente a la dura resolución del Consejo Permanente de la OEA, que llamó a Ortega a liberar a los presos políticos y respetar las institucio­nes democrátic­as. La posición generó muchas críticas, lo que empeoró con el lavado comunicado que emitieron mexicanos y argentinos a ojos del resto de los diplomátic­os que comparten con ellos el espacio de la OEA. Y observan cómo el embajador Carlos Raimundi genera posiciones más pro chavistas y pro Ortega en el organismo con la excusa de la "no injerencia".

El propio Capitanich -hermano del gobernador chaqueño Jorge Capitanich­es un embajador político que se muestra como un militante a favor del régimen de Ortega (ver pág. 4).

Mimetizado ahora con el sandinismo, Capitanich es un problema que tiene el kirchneris­mo con sus representa­ntes en el exterior. Son militantes. Entre ellos Raimundi, en Washington, representa­nte ante la OEA, donde usa su tribuna de Argentina para defender a Nicolás Maduro y a Ortega. Su voz por Nicaragua también llegó al presidente argentino.

El comunicado expresa que se "mantendrán ahora atentos a la evolución de los acontecimi­entos "con la hermana República de Nicaragua", y seguirán "promoviend­o inequívoca­mente el pleno respeto y promoción de los derechos humanos, las libertades civiles, políticas y de expresión de toda persona", más allá de su nacionalid­ad.

En el comunicado ambos gobiernos se ofrecen a promover "el diálogo para que sean las y los propios nicaragüen­ses quienes superen esta situación por la "vía pacífica, respetando la división de poderes, el respeto a las minorías, las garantías constituci­onales, y, en general, el pleno respeto al estado de Derecho y todos los derechos humanos". Es decir, todo lo contrario a lo que están haciendo Ortega y su régimen.

Se trata de una clara referencia a la tirria que sienten los dos gobiernos por lo que llaman "injerencia" en los asuntos internos de un país, con la mira puesta en el secretario general de la OEA, Luis Almagro, con quien mantienen fuertes diferencia­s sobre este punto.

La ola por parte de Ortega, de 78 años se produce a menos de cinco meses de las elecciones presidenci­ales del 7 de noviembre. Ortega aspira a su tercera reelección para un cuarto mandato consecutiv­o. Pero lo que empezó como una revolución en los ochenta contra la dictadura de Anastasio Somoza lo encuentra a él mismo encaramado en el poder como un dictador que no da tregua a quien intente opacar el gobierno que comparte con su mujer, y vicepresid­enta, Rosario Murillo.

Este fin de semana, el periodista Miguel Morra se convirtió en el quinto aspirante a la Presidenci­a por la oposición en ser encarcelad­o (ver pág. 5). La primera detenida, el 2 de junio, fue Cristiana Chamorro, favorita en la oposición a ganar las presidenci­ales de noviembre. Es hija del héroe nicaragüen­se Pedro Joaquín Chamorro Cardenal y de la ex presidenta Violeta Barrios de Chamorro (1990-1997). Y fueron también presos otra docena de dirigentes. ■

 ??  ?? Afinidad. Alberto Fernández y Andrés López Obrador, durante la visita del argentino a México a fin de febrero. Ambos apoyan a Ortega, que ha encarcelad­o a sus adversario­s electorale­s.
Afinidad. Alberto Fernández y Andrés López Obrador, durante la visita del argentino a México a fin de febrero. Ambos apoyan a Ortega, que ha encarcelad­o a sus adversario­s electorale­s.

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