Samid violó la prisión domiciliaria y fue a comer a un restaurante
Un grupo de comensales lo reconoció y lo echó del lugar. El matarife está preso en su casa.
empresario de la carne Alberto Samid protagonizó un escándalo en un restaurante de Ramos Mejía. El matarife, quien debe cumplir prisión domiciliaria en una causa por la que fue condenado a 4 años de prisión por integrar una asociación ilícita dedicada a la evasión de impuestos, fue reconocido ayer por un grupo de comensales mientras comía en el bodegón y fue echado en medio de gritos y aplausos.
Samid, quien estaba acompañado de otras dos personas, estaba violando sin disimulo la prisión domiciliaria. Por su situación tiene prohibido salir a la calle hasta que se cumpla su condena.
A pesar de su condena, el empresario de la carne estaba sentado sin barbijo en una mesa del restaurante “Paja Rota”, en la Avenida de Mayo 836, Ramos Mejía, muy cerca de su domicilio.
Según los testigos estaba comiendo un bife con ensalada cuando al menos dos mujeres lo reconocieron y se le acercaron para increparlo. Una de las mismas empezó a filmarlo con el teléfono celular e incluso le preguntó si podía "mostrar la tobillera electrónica" que debería monitorearlo. "¿No tiene vergüenza de estar acá?", lo cruzó otro de los presentes.
El restaurante, pese a las restricciones por el coronavirus, estaba repleto de personas.
La mujer que lo filmó, llamada Norma, le contó al canal TN que tras el escándalo Samid y sus dos acompañantes se fueron sin pagar y que los dueños tuvieron que correrlos para que abonen la cuenta. "Es una vergüenza que este paseando en un restaurante sin ningún tipo de problemas", dijo Carlos otro de los testigos que estaba en el restaurante que se mostró indignado. "Se mostraba sobrador", agregó.
Más tarde, Samid ensayó una insólita explicación. Dijo que “estaba trabajando” ya que desde la parrilla, que se encuentra a dos cuadras de su casa, lo llamaron para que los provea con “todo lo que pueda” debido a que desde hoy comenzaría un paro en el Mercado Central. “Tengo salida laboral los lunes, los miércoles y los viernes; de las 9, a las 14. A dos cuadras de mi casa está la parrilla. Me llaman y me dicen ‘traeme todo lo que puedas’. Le dije al mozo ‘usted traiga la mercadería porque yo no la puedo bajar’, les llevé tres cajones”, agregó.
Samid, según corroboró Clarín, tiene habilitadas salidas para trabajar. Pero lo cierto es que el matarife estaba comiendo cuando fue detectado y no se confirmó que hubiese llevado mercadería ni que estuviera trabajando. De hecho ayer fue feriado. En la Justicia empiezan a analizar alguna sanción.
Samid fue condenado a una pena de cuatro años de prisión efectiva por asociación ilícita en el marco de una causa por evasión tributaria. En junio de 2019, el Tribunal Oral en lo Penal Económico 1 (TOPE) le concedió la prisión domiciliaria quien estaba preso. Entre otras cuestiones analizaron su situación de salud y su edad: sufre hipertensión, diabetes y tenía un cuadro severo de estrés.
Samid ya había estado en una situación de incumplimiento ante la Justicia. Cuando se desarrollaba el juicio y estaba a punto de salir su sentencia, el empresario estuvo se fugó a Belice, donde finalmente fue detectado y arrestado. La Justicia lo detuvo y lo obligó a pagar 282 mil pesos para cubrir los costos de su captura, calculados por la Policía Federal, durante los días que estuvo prófugo en abril de 2019. ■