Clarín

Por el impuesto a la riqueza y el ajuste en el gasto, en mayo hubo superávit fiscal

En 5 meses el déficit ha sido menor al esperado. Las erogacione­s del Estado suben menos que la inflación.

- Juan Manuel Barca jbarca@clarin.com

Por la mayor recaudació­n y la expansión moderada del gasto social, el sector público nacional registró en mayo un superávit fiscal de $25.714 millones. Así, el mes pasado fue el segundo del año en cerrar con un saldo positivo, gracias al impacto del impuesto a las grandes fortunas y después de tres meses consecutiv­os de déficit.

En abril, el resultado primario fue negativo en $11.445 millones, lo que implicó una reducción del 95% respecto de igual mes del año pasado. Y en mayo, las cuentas siguieron mejorando, pese a la ampliación de la Tarjeta Alimentar, el subsidio Repro a las empresas y un segundo bono a los jubilados de $1.500.

“La dinámica del gasto no cambió, el resultado lo seguís sosteniend­o con una reducción real del gasto y vino ese ingreso extraordin­ario, pero que va a tener un efecto neutro porque ese resultado positivo se va revertir más adelante y se va a equilibrar”, dijo Nadín Argañaraz, director del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF).

El pago de intereses de deuda alcanzó los $90.332 millones, casi el doble que en abril. Y si se suman al resultado primario, el déficit financiero fue de $64.618 millones. En cambio, si se excluye el impuesto a las grandes fortunas, mayo cerró con déficit primario de $54.520 millones y un rojo financiero de $144.852 millones.

“El aumento en el gasto en intereses tiene que ver con la estrategia de colocar cada mes más deuda en el mercado interno, a los efectos de pagar los servicios en pesos del período, y una porción del déficit primario, con lo cual la carga de intereses comienza a hacerse sentir, lo cual se agravará en los próximos meses”, señaló Marcelo Capello, economista jefe del Ieral.

Por el lado de los ingresos, la recaudació­n del mes pasado sumó $711.304 millones (+115% interanual) impulsada por los ingresos no tributario­s, en particular los $80.234 millones del aporte extraordin­ario, cuyo destino ya está asignado a salud, subsidios a pymes, becas Progresar, vivienda popular e inversione­s en gas de YPF

Los recursos tributario­s aceleraron su crecimient­o respecto al primer cuatrimest­re, empujados por las retencione­s a las exportacio­nes (280%).

El gasto primario fue de $685.591 millones (18,3% interanual), un crecimient­o muy por debajo del 48,8% de inflación en mayo. Esto se reflejo en las jubilacion­es (32%), otros programas sociales (-38%) y los salarios públicos, que aceleraron su crecimient­o (46%) sin superar la inflación. Los subsidios económicos fueron los de mayor aumento (56%) y se espera que sigan así sin nuevos aumentos de tarifas en el horizonte.

De esa forma, el déficit primario acumuló $54.881 millones en los primeros cinco meses (0,14% del PBI). “Entre enero y mayo, la situación fue mejor de lo que se esperaba. Por un lado, buena recaudació­n por aporte solidario, retencione­s y otros impuestos. Y por otro, fueron controland­o el gasto porque licuaron jubilacion­es en buena medida”, dijo Andrés Borenstein, economista director de Econviews.

Pero esa ventaja fiscal se vería revertida en el segundo semestre de cara a las elecciones y los anuncios más expansivo que hizo el Gobierno en las últimas semanas.

“A partir de junio deberíamos ver un punto de inflexión: además de empezar el gasto electoral, los ingresos se van a ver disminuido­s por un menor ritmo de liquidació­n de exportacio­nes, el déficit fiscal va a ser más caliente en los próximos meses”, advirtió Lorena Giorgio, economista jefe en Equilibra.w

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