Choque entre Italia y el Papa por una ley contra la homofobia
El Vaticano pidió a Roma que frene la norma en discusión porque reduce la libertad de la Iglesia.
En un acto sin precedentes en la historia de las relaciones entre Italia y la Santa Sede, el Vaticano reclamó por canales diplomáticos la reforma de la ley contra la homofobia que discute el Parlamento de Roma.
Se trata de una acción que puede producir conflictos políticos serios porque los partidos derechistas se oponen al proyecto de ley presentado por el diputado del partido Democrático de centroizquierda Alessandro Zan, ya aprobado por esa Cámara por 265 votos a favor y 193 en contra. El proyecto se encuentra desde entonces en el Senado, donde se ha encendido un debate muy tenso por la oposición rabiosa de los partidos de derecha.
El Corriere della Sera, principal diario italiano, publicó ayer todos los detalles del conflicto. En el texto de protesta se afirma que “algunos contenidos del proyecto que examina el Senado reducen la libertad garantizada a la Iglesia” en el Concordato de 1929. Entre las objeciones del Vaticano se apunta a que la ley requeriría que todas las escuelas, incluyendo las católicas, organizasen actividades en un día designado nacionalmente para combatir la homofobia y la transfobia.
El “ministro” de Relaciones Exteriores del Papa, monseñor Paul Gallagher, presentó el jueves una “nota verbal” pidiendo formalmente a Italia que modifique el proyecto de ley. El Vaticano nunca había intervenido mientras se discute en el Parlamento una futura ley italiana.
El proyecto de Zan persigue las agresiones y todo tipo de ataques contra homosexuales y transexuales. El Vaticano teme que la ley agreda la libertad de pensamiento de los católicos hasta con posibles consecuencias judiciales. La Iglesia sostiene que “una ley que pretende combatir la discriminación no puede y no debe perseguir ese objetivo con la intolerancia”. Ya en dos ocasiones en el último año la Conferencia Episcopal Italiana se opuso al proyecto. Las agresiones contra gays y transexuales, incluidos asesinatos además de palizas graves, son cotidianos en Italia.w