Oíd mortales, el grito sagrado por Maradona
En todo el país y a la hora exacta en la que Diego gambeteaba defensores, se celebraron los 35 años del gol a Inglaterra.
Presente en la ausencia, vivo tras la muerte. Diego Maradona y su gol mítico a Inglaterra en el Mundial ‘86 es la nueva fecha patria futbolera, a 35 años de aquel desafío al sentido común y a casi siete meses de que el astro dejara este mundo. Si es que realmente lo dejó.
A los 6 minutos había cometido la ¿picardía o trampa? de meter la mano sobre Shilton. A los 9, si fue picardía, la ratificó; si fue trampa pagó la multa con el segundo gol. “22 de junio 1986. 16:09 hs. 52 metros, 44 pasos, 12 toques, 6 rivales, 10.87 segundos. 35 años del mejor gol de todos los tiempos”, escribió en sus redes sociales Javier Mascherano. Palabra de Jefe, resumen exacto, quirúrgico.
Y a las 16.09, e n todo el país, se volvió a gritar aquel gol. “GritaloporD10s!” fue el hashtag de la AFA que convocó a la celebración. Y lo acompañó con un video emotivo que no cruzó la raya del melodrama. Las imágenes de la gambeta desde el pase de Enrique hasta que la pelota entra, el relato de Victor Hugo Morales, el beso de Diego a la camiseta azul. El desamparo absoluto de los ridiculizados hijos de la Rubia Albion. Fue hace 35 años. Se recordó ayer.
Los hinchas cumplieron. Lo gritaron de nuevo. Quienes lo vivieron en su momento y los que no habían nacido y aprendieron de qué se trata. Salieron a los balcones, se juntaron en las esquinas, lo gritaron en las calles de asfalto o en las de tierra de esas “atroces ciudadelas” de las que hablaba González Tuñón. Allá, al sur, entre Flores, Lugano, Soldati hubo fuegos artificiales caseros. Algún arma
se disparó al cielo. Con más o menos gente, el gol se gritó en Jujuy y en Santa Cruz, en Misiones y en Mendoza. Y así, por todos lados.
A las 16.09, Miranda, de Tristán Suárez le convertía un gol a San Martín de San Juan. Miranda llevaba la 10 en la espalda. ¿Azar? A la hora señalada se detuvieron los partidos de Ascenso y los jugadores aplaudieron.
A las 16, Inglaterra empezaba sus partido ante República Checa, en Wembley, por la Eurocopa. En la Catedral nadie hizo mención a la fecha, pero el juego regaló una ironía: a los 12 minutos Raheem Sterling convertía el gol que sería el de la victoria. La jugada previa fue calcada a aquella que inició Barnes y definió Lineker en el Azteca para poner el angustioso 2-1 de hace 35 años. ¿Casualidad?
Los clubes locales saludaron en sus redes. Boca, Independiente, Argentinos y San Lorenzo subieron el video del gol histórico. La cuenta oficial de Napoli también se sumó a la recordación. En el estadio de La Paternal hubo reunión de hinchas. En la sede y en el estadio del Bosque se juntaron los de Gimnasia. En el Obelisco, por supuesto, también hubo gente que le puso el pecho a la primera tarde del invierno para calentarse con el grito sagrado.
En Segurola y Habana, un centenar de personas gritó el gol, frente al edificio donde viviera el 10. Detalle: alguien sacó la chapa que decía “Habana” y pegó otra que dice “Maradona”.
En Diputados, Carlos Heller, quien fue vicepresidente de Boca cuando Diego volvió al club, pidió un aplauso pero otros legisladores pidieron seguir con la sesión.
Sergio Goycochea, que no jugó aquel Mundial, dio su testimonio en la TV Pública; La Nación + tuvo una cámara en Italia, TN una en el estadio Azteca. Todos los canales parecían haber entrado en cadena.
Juan Pablo Sorin subió un video gritando el gol como si fuese en vivo. Agustín Calleri, presidente de la Asociación Argentina de Tenis, escribió: “Es imposible que no se te ponga la piel de gallina viendo estas imágenes. ¡Qué genio fuiste Diego!”. Nadia Podoroska resumió a más de una generación: “Yo no estaba en este mundo, pero me emociono cada vez que lo veo. ¡Sin excepciones. Feliz cumpleaños, golazo!”.
Fue la primera vez que Diego no pudo contar cómo hizo aquel gol.
Nunca más se escuchará de su voz el relato de su obra. Otro Dios, acaso más poderoso, se lo llevó antes de tiempo. Fue un Dios que jamás gambeteará a seis ingleses.w